La increíble historia de Adrián San Miguel: de la nada a supercampéon de Europa en solo unos días

Manuel Sánchez Gómez EFE

DEPORTES

TOLGA BOZOGLU

El héroe que dio el título al Liverpool se entrenaba hace un mes con el Pilas, de la Primera Andaluza

15 ago 2019 . Actualizado a las 21:00 h.

Adrián San Miguel descuelga el teléfono un domingo y llama a José Mari Moreno, director deportivo del UD Pilas, equipo de la Primera Andaluza. Le pide si puede entrenarse en sus instalaciones, a la espera de recibir alguna oferta interesante. Un mes después de aquel momento, Adrián es supercampeón de Europa con el Liverpool.

El primer trofeo de su carrera, además. Por ello no era extraño verle disfrutar como un niño en la celebración. Mientras el resto de sus ahora compañeros habían lamido la Copa de Europa unos meses antes, él se estancaba en el banquillo de un West Ham United que le cerraba las puertas.

Sin jugar apenas, su último partido desde el inicio había sido en la FA Cup, encajando cuatro goles ante un Tercera división como el histórico Wimbledon.

Su contrato con los Hammers terminó y a la espera de una oferta interesante, decidió entrenarse en las instalaciones del Unión Deportiva Pilas, un club humilde de la Primera Andaluza.

En su llamada a José Mari le explica que le gustaría entrenar en el campo de la localidad situada a unos 30 kilómetros de Sevilla. «No hay problema», responde el directivo.

En ese momento ningún equipo utilizaba las instalaciones, puesto que se encontraban de vacaciones.

Adrián comienza a entrenar ese lunes. Acompañado por un preparador físico y un entrenador de porteros, el meta sevillano se presenta a las 10 de la mañana y pregunta lo que cualquiera preguntaría al encontrarse un campo de fútbol 11 vacío. «¿Cuál es mi portería?».

José Mari le deja en el vestuario un par de botellas de agua y alguna pieza de fruta. Tras unas dos horas de entreno, Adrián se despide. «Si no hay ninguna novedad, vuelvo mañana».

Aun así, cada noche escribe a José Mari por la noche y se lo confirma.

«Poco a poco voy cogiendo más confianza con él. Es una gran persona, además», explica cuando es cuestionado sobre si Adrián soltaba prenda sobre su posible futuro.

El meta se entrena mientras recibe ofertas de España, Inglaterra y Alemania. Solo falta al campo por un par de reuniones en Madrid y Londres. Su acuerdo con el Liverpool está más cerca.

«Es un viernes cuando me dice que el lunes tendría equipo y que prefiere no arriesgar entrenando», dice José Mari.

Llegó entonces el momento de la despedida. Adrián entrega al directivo unas botas y un par de camisetas firmadas, una para él y otra para su hijo.

«También me pregunta dónde comprábamos el material deportivo».

Lo que no sabía José Mari es que al día siguiente Adrián se personaría en el campo con una postal, agradeciendo el favor durante los 25 días que se entrenó en el campo del Pilas, y acompañada por un cheque regalo para comprar balones, petos y picas.

La recompensa al duro y humilde esfuerzo de Adrián se desencadenó entonces. Fichó por el Liverpool y debutó a los 40 minutos de comenzar la temporada por una lesión de Alisson, el meta titularísimo de los Reds.

El incidente y la confirmación de Klopp de que el brasileño estaría fuera varias semanas le ponen de titular en Estambul contra el Chelsea en la final de la Supercopa de Europa.

Adrián nunca ha ganado un título y ve sus opciones desvanecerse un poco tras un polémico penalti en la prórroga que da el empate a los 'Blues'.

«Lo pasé hasta mal, se me salía el corazón», exclama José Mari, que vivió la final como un aficionado del Liverpool más.

Pero la tanda de penalti le devuelve la gloria cuando con el pie desvía el lanzamiento de Tammy Abraham. Adrián, un chico que hacía unos días entrenaba en las instalaciones de un modesto club andaluz, acababa de hacer supercampeón de Europa al Liverpool.

Recibió la medalla de campeón con una toalla amarilla con la imagen de la Virgen de los Dolores grabada y en el levantamiento del título apareció enfundado con la bandera de España, mientras sus compañeros lucían las impecables indumentarias del Liverpool.

Era su merecido trofeo tras un durísimo año en el West Ham y la confirmación del gran portero que salió de España en 2013 para labrarse una carrera fuera.

Un sueño de una noche de verano, desatado por una llamada al Pilas y 25 días de entrenamiento. «¿Cuál es mi portería, José Mari?». La de Anfield.