La Vuelta más loca: Ocho líderes en diez etapas

LA VOZ

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Javier Lizón | EFE

El esloveno Primoz Roglic se impuso en la última contrarreloj en una carrera donde el maillot rojo no tiene dueño

04 sep 2019 . Actualizado a las 11:53 h.

Diez etapas de una Vuelta de auténtica locura. La igualdad está siendo la tónica a una carrera donde nadie es favorito. Siete líderes en diez etapas lo justifican. Nairo Quintana llegó portando el maillot rojo a la última contrarreloj. Antes, el colombiano se lo había quitado a Nicolas Edet tras una de las etapas más esperadas de esta edición, con cinco puertos y tramos de tierra concentrados en 94 kilómetros por las montañas de Andorra. Pudo haber pasado de todo.

De cara a la contrarreloj y después de 9 días de carrera, el esloveno Primoz Roglic llegó a la etapa 10 como favorito tras resistir a los primeros exámenes de montaña. Y las expectativas se cumplieron. Roglic, ciclista de Jumbo vista se impuso en la décima etapa de la Vuelta a España, una contrarreloj individual entre Jurançon y Pau, de 36,2 kilómetros, un triunfo que le permite enfundarse el maillot de líder. Imbatibe Roglic, de 29 años, marcó en meta un tiempo de 47.05 minutos, a una media de 46,131 kms/hora. Superó en 25 segundos al neozelandés Patrick Bevin (CCC) y en 27 al francés Remy Cavagna (Deceuninck). El primer español ha sido Marc Soler (Movistar), a 1.22 minutos.

Roglic superó con creces a todos sus rivales directos. Metió 1.29 minutos a su compatriota Pogacar, 1.38 a Alejandro Valverde, 2 minutos a Miguel Ángel «Supermán» y 3.06 a Nairo Quintana. En la general Roglic luce la roja. A 1.52 figura Valverde, a 2.11 Supermán López, a 3 minutos Quintana y a 3-05 Pogacar.

Una semana intensa

La segunda semana de competición en la Vuelta a España se prevé intensa. El miércoles tendrá lugar una etapa de media montaña entre Saint-Palais y Urdax, a medio camino entre Francia y Navarra y con dos puertos de montaña en la última mitad del recorrido que podría evitar una llegada masiva. Un terreno que huele a escapada si hay conformismo en el pelotón, y que podría servir de descanso para los grandes gallos.

Al día siguiente Bilbao acogerá la llegada de la duodécima etapa, con salida en el Circuito de Navarro. Un día muy «clásico», con un recorrido llano salvo una pequeña cota en su primera mitad, pero con tres puertos enlazados, todos de tercera categoría y cortos y duros para llegar a Bilbao con el corazón a mil y, quizá, con opción de abrir brecha.

Será el viernes el primer gran día, el señalado en el calendario de muchos. La decimotercera etapa, pese a estar lejos del final de la Vuelta, promete. Con salida en Bilbao, Los Machucos pondrán fin a la batalla después de 166,4 kilómetros de una etapa con siete puertos de montaña y, el último, de 6,8 kilómetros al 9,2 por ciento de pendiente media y muros de casi el 30 por ciento.

Un auténtico martirio sobre todo si los aspirantes a la general deciden mover el árbol a ver si hay alguna manzana en mal estado. Además, al día siguiente, una etapa llana entre San Vicente de la Barquera y Oviedo apunta a día tranquilo en el que recuperar fuerzas, con una opción clara para aquellos esprinters que sobrevivan todavía en carrera. Y es que la llegada a Asturias será lo único tranquilo que brinde el Principado a la Vuelta. El domingo, otra gran etapa entre Tineo y el Santuario del Acebo, quizá la auténtica etapa «reina» de esta Vuelta. Serán 154,4 kilómetros sin descanso, con cuatro cotas de montaña.

El Puerto del Acebo (1ª) se subirá de entrada, se enlazará con el Puerto del Connio (1ª) y con el Puerto del Pozo de las Mujeres Muertas (1ª), para ir a buscar en un descenso largo la subida final al Santuario del Acebo (1ª) a 1.200 metros, tras 7,9 kilómetros al 9,7 de pendiente media y muchos tramos por encima del 11 por ciento, en una vertiente inédita y exigente. Al día siguiente no habrá tregua, salvo que no haya fuerzas para seguir poniendo la carras patas arriba. Con salida en Pravia y llegada al Alto de la Cubilla en Lena, con 144,4 kilómetros de etapa, la decimosexta jornada cuenta con La Cobertoria como paso previa a la subida Especial al Alto de la Cubilla, un puerto sin grandes rampas pero interminable, con 17,8 kilómetros al 6,2 por ciento, y que apunta a que puede dictar una sentencia previa, aunque no firme, a la Vuelta.

Tras esta semana larga y exigente, el pelotón viajará a Burgos para tener la segunda jornada de descanso, antes de afrontar las últimas etapas que cuentan con la sierra madrileña y con una última subida a la Plataforma de Gredos que sí pondrá punto final a una guerra que empezará a tomar forma desde este mismo martes en Pau.