Basura, ratas o «Griezmann muérete»: Así fue el recibimiento de la afición del Atleti al francés

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LaLiga, a través de su departamento de integridad, estudiará las imágenes y podría denunciar los cánticos ante la Comisión Antiviolencia

02 dic 2019 . Actualizado a las 15:08 h.

Como era de esperar, la afición del Atlético de Madrid decidió, por unanimidad, recibir al francés Antoine Griezmann, que volvía al Metropolitano como rival cinco meses después de abandonar el club rojiblanco, de la manera más hostil posible. No hubo perdón en ningún momento. La hinchada del Wanda, que casi llenó el flamante estadio en una noche, la primera del mes de diciembre, fría y lluviosa, considera una deslealtad la fuga del internacional francés al Barcelona el pasado verano.

Y Griezmann no fue acogido con amabilidad. Todo lo contrario. De hecho, un grupo de aficionados se encargó de tirar basura y varias ratas de peluche sobre la placa que recuerda las cinco temporadas como rojiblanco del delantero una hora antes del comienzo del duelo. En ese momento, Griezmann ya se encontraba en las entrañas del estadio, un recinto que conoce a la perfección, pero esta vez ubicado en el vestuario visitante, consciente de lo que le esperaba a la salida al terreno de juego.

257 partidos y 133 goles en sus cinco temporadas con los de Diego Simeone pasaron a un segundo plano en el Wanda. Griezmann llegó al Metropolitano tranquilo. Con su mate en la mano derecha, absorto con sus cascos inalámbricos en los oídos y mochila a la espalda, enfiló, vestido con el atuendo juvenil de desplazamiento de los barcelonistas, el largo pasillo que conduce a las casetas. Media hora antes del pitido inicial saltó con sus compañeros al césped. Fue entonces cuando se desataron los peores impulsos de la grada, la que ocupa el Frente Atlético. «Griezmann muérete, Griezmann muérete», se escuchó desde esa zona.

De igual formal, la silbada fue estruendosa cuando se anunció su nombre en la alineación visitante desde megafonía, e igualmente sonora resultó cada vez que tocaba un balón. Así durante todo el encuentro. El francés no se dejó intimidar. Llegó a la capital de España preparado para esa recepción. Sin embargo, situado la mayor parte del tiempo en la banda izquierda del ataque barcelonista, acompañando a Messi y Luis Suárez, su influencia en el juego fue pobre. «Querías tener un nombre y se te olvidó ser hombre», desplegó el Fondo Sur en una pancarta en la segunda mitad. Por entonces, Griezmann seguía desaparecido en el verde. No había noticias de él. 

Al finalizar el encuentro nadie defendió al francés. Ni los suyos reprobaron los cánticos que emitió un sector de la grada. Guillermo Amor se limitó a decir que es «respetable. El público puede tener su opinión y hay que aceptarlo». Por su parte, el Cholo Simeone  repitió lo dicho en la rueda de prensa previa al partido: «No opino de lo que dicen los demás. Nunca lo he hecho y no lo haré».

En su regreso al Wanda Metropolitano con la camiseta del Barcelona, Antoine Griezmann fue víctima de cánticos violentos por parte de la grada. El jugador francés tuvo que convivir con los pitos de la grada durante el partido en cada ocasión que tocaba el balón. Pero la animadversión del público fue más allá, que llegó a desear su muerte.

La Liga, a través de su departamento de integridad, denunciará los cánticos ofensivos ante el comité de competición de la Federación y Española y su Comisión de Antiviolencia. El resultado podría ser una multa económica o bien el cierre de la grada desde la que se profirieron los insultos.