VAR sí, pero con otro protocolo

emilio rosanes

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

La aplicación de nuevas tecnologías en el fútbol supone un beneficio, pero por ahora está rodeada de polémica

14 feb 2020 . Actualizado a las 18:07 h.

La implantación de las nuevas tecnologías en el mundo del fútbol ha supuesto una modificación en el objetivo de la diana de la polémica. El tradicional error humano ha sido sustituido por la decisión de la intervención del Sistema de Videoarbitraje VAR en el análisis de las jugadas dudosas. El indudable beneficio que pueden reportar al mundo del deporte los avances tecnológicos han quedado, esta vez, oscurecidos por la implantación de un sistema dependiente de un protocolo que algunos entendemos mejorable.

Los principios de actuación del VAR han supuesto la generación de una serie de situaciones que podemos entender perjudiciales y, en cierta forma, corregibles en su desarrollo de ser suplidas algunas de sus carencias:

1. El peligro que supone para el fútbol la toma de decisiones a través de las imágenes visibles en una pantalla

El fútbol es un deporte de contacto y no todos los contactos son susceptibles de infracción. Una imagen no es capaz de medir la intensidad de un contacto, corriendo el riesgo de que, en un corto espacio de tiempo, seamos testigo de que puedan ser aprovechados los contactos visibles desde las cámaras por parte de los jugadores para desarrollar conductas inapropiadas y exageradas que puedan inducir a un error de interpretación en su favor. El sistema actual logra corregir conductas de simulación ante contactos inexistentes, pero puede inducir a la aparición de conductas aún más difíciles de juzgar.

2. La nula información al aficionado

Los auténticos dueños de este deporte son los aficionados. Con el actual protocolo, el aficionado es el gran olvidado. Si se pretende la máxima transparencia en la toma de decisiones, deberían ser públicas en los videomarcadores de los estadios las imágenes que han dado lugar a una revocación de la decisión inicial del colegiado, siguiendo el modelo de la Premier League o del fútbol americano.

3. Formación deportiva de quienes legislan

La introducción de modificaciones reglamentarias en un deporte seguido en todo el planeta debiera exigir una experiencia y una formación multidisciplinar. No debe ser únicamente el estamento arbitral el encargado de la elaboración de normativas.

4. Sobre los equipos arbitrales

Los colegiados principales están sujetos a un sistema de puntuación, en base a la cual, al final de la temporada, al igual que ocurre con los clubes, según la posición clasificatoria obtenida optarán al ascenso a la categoría superior, al mantenimiento de la categoría o al descenso a la categoría inferior.

En el caso de la Liga SmartBank, los dos primeros clasificados ascenderán a la máxima categoría, con el privilegio de dirigir encuentros en grandes estadios, mientras que los dos últimos descenderán a categoría no profesional, con el consiguiente diferencial que redundaría en sus respectivos emolumentos.

El hecho de que formen parte del mismo equipo arbitral, en funciones de colegiado principal y asistente VAR, colegiados que compiten entre sí para obtener una mejor clasificación a final de temporada, con posibles conflictos de competencia en intereses y aspiraciones personales, no resulta la fórmula más idónea para la designación de equipos arbitrales.

5. Sobre la figura de árbitros y árbitros asistentes

El arbitraje español siempre ha estado a la altura de los mejores del mundo. El protocolo actual está generando la omisión de numerosas decisiones, conducentes a una imagen, por parte de árbitros principales y árbitros asistentes, de indecisión y debilidad, con la consiguiente repercusión negativa en la calidad de la dirección del juego.

6. Identificación de los operadores de imagen

La transparencia que se pretende alcanzar a través del sistema de Videoarbitraje no alcanza la identificación pública de los operadores de cámara. La influencia que tiene en el análisis de una jugada dudosa el ángulo o la velocidad con la que se capta una imagen resulta totalmente decisiva para una correcta concreción de la decisión adecuada.

7. El rearbitraje de jugadas anteriores a la acción principal

La consigna inicial del sistema de Videoarbitraje VAR consistía en que su intervención se iba a restringir a jugadas muy concretas en las que el árbitro pudiera haber cometido un error grave. El hecho de ser introducido en el Protocolo VAR la revisión de posibles infracciones cometidas por el equipo atacante en la fase de ataque previa a la obtención de un gol, rearbitrando situaciones ya juzgadas por el colegiado principal, se aleja notoriamente del objetivo inicialmente perseguido.

Con la redacción actual del protocolo VAR tiene cabida la anulación de un gol porque en el lanzamiento de un saque de banda de una jugada previa el lanzador pudo cometer alguna infracción en el posicionamiento de sus pies, el lanzamiento de un tiro libre con el balón no colocado exactamente en el punto de lanzamiento o la existencia de un contacto previo ya juzgado por el colegiado principal, como ocurrió en el Anxo Carro en la tarde del pasado domingo, rearbitrando, en todos los casos, situaciones ya juzgadas por el colegiado principal.

8. Cambio del sistema actual

La implantación de la tecnología en otros deportes ha supuesto una interesante evolución. Es el caso del tenis, en el que los jugadores tienen derecho a una serie de revisiones de jugadas, a petición propia. Copiar el modelo del tenis ayudaría a reducir la polémica.