La jornada parcial o total al regresar al fútbol

YAGO CASAL

DEPORTES

MANUEL LORENZO

14 may 2020 . Actualizado a las 09:03 h.

La mayoría de las Sociedades Anónimas Deportivas y de clubes deportivas han apostado por ERTEs, que han sido solicitados de manera total o reduciendo la jornada a sus trabajadores (entre ellos los deportistas) como consecuencia del patrón de su actividad por el coronavirus. Se acogen a esta figura con dos objetivos: por un lado disminuir las obligaciones económicas de la empresa, para que una parte las soporte el Estado, y por otro, con la reducción de jornada, mantienen una parte de los salarios de los deportistas, asumiendo estos la obligación de seguir trabajando en sus casas manteniendo una buena forma física. Los futbolistas del Elche, o los de cualquier otro club, pueden considerar que el regreso a la rutina de entrenamientos implica que realizan toda su jornada y que, por tanto, ya no se les debería de aplicar el ERTE en el que están incluidos.

Sin entrar al detalle en cada caso, parece razonable que un deportista demande el levantamiento del ERTE, o que, en todo caso, que se disminuya la reducción de su jornada. Por otra parte, el trabajador no puede dejar de trabajar de motu propio, excepto que, como dice el Estatuto de los Trabajadores en su artículo 19, exista un riesgo para su integridad física. En este sentido, lo razonable sería que los futbolistas siguiesen acudiendo a entrenar mientras renegocian sus contratos, con un ajuste menor en los porcentajes de reducción de jornada con el club, o bien con un acuerdo de rebaja salarial entre las partes (como ha recomendado, por ejemplo, la Euroliga de baloncesto a los clubes y jugadores que participan en ella). En último caso y como último recurso, los futbolistas que no consideren adecuada su situación laboral conforme a la labor que desempeñan, tienen derecho a plantear las acciones que consideren oportunas.

El regreso a los entrenamientos de forma gradual podría interpretarse, por ahora, como que los futbolistas de un equipo no realizan su jornada completa, algo que, si se cumplen los protocolos de La Liga, en tan solo unos días, cuando comiencen los entrenamientos grupales, dejaría de poder sostenerse.

Otro asunto que puede afectar a la vigencia de los ERTEs en el fútbol es el motivo que se aduce para solicitarlo: bien por causas económicas, bien por fuerza mayor. En todo caso, esa media estará vinculada a la merma de ingresos por derechos televisivos o por la no celebración de partidos y la reducción de venta de entradas y el reembolso de los abonos. Ese escenario cambiaría parcialmente cuando se reanude la competición, sometiéndose a diversas interpretaciones en función de los intereses de una y otra parte que esperemos que puedan solucionar con la adecuada empatía en la negociación colectiva que lleven a cabo.

Yago Casal Mera, abogado, socio de López y Casal Agogados