Lance Armstrong no descarta que su cáncer testicular fuese causado por el dopaje

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El ciclista estadounidense confiesa que comenzó a administrarse sustancias prohibidas con solo 21 años

19 may 2020 . Actualizado a las 20:16 h.

Pasan los años desde su tramposo dominio incontestable y siguen conociéndose detalles sobre el dopaje sistemático de Lance Armstrong. El exciclista estadounidense ha concedido una atractiva entrevista a la cadena ESPN en la que cuenta «su verdad» y no descarta que su cancer testicular se deba a las drogas consumidas para mejorar su rendimiento. Se trata de un documental acerca de los años más oscuros de la carrera de quien llegara a ganar siete Tour de Francia consecutivos, más que nadie en la historia, si bien luego admitió que lo hizo dopado. «Esto comienza fuerte, yo tenía probablemente 21 años», responde Armstrong a la periodista Marina Zenovich, que pregunta a cuándo se remonta su primera experiencia de dopaje. Este intercambio de palabras aparece a modo de cebo o promoción de 90 segundos, hecha pública el lunes, de ese documental en dos partes bautizado Lance, que será difundido en Estados Unidos el 24 y el 31 de mayo.

En este anuncio, donde varios excompañeros de Armstrong en el US Postal, como Tyler Hamilton y George Hincapie, responden a la misma pregunta sobre su primera experiencia de dopaje, el texano, que en la actualidad tiene 48 años, precisa que hay «varias formas de definir el dopaje». «La forma más fácil, es decir que no es respetar las reglas. ¿Recibíamos inyecciones de vitaminas y otras cosas así antes de tener 21 años? Sí, pero no era ilegal. ¿Preguntaba siempre lo que se me daba? Siempre supe lo que había en las inyecciones y fui siempre yo el que tomé la decisión», explicó. «Nadie me dijo 'no preguntes, te damos esto y ya está'. Nunca habría aceptado eso. Me informé, y fue un paso que di», confiesa Armstrong. «La primera vez que tomé la hormona del crecimiento fue en 1996. La primera vez que me dopé diría que fue con 21 años», remarca. «No quiero que sirva de excusa, pero todo el mundo lo hacía y yo hubiese ganado igualmente estando limpio», admite quien fuera rey del ciclismo profesional en los años 2000 y que ganó el Tour de Francia de 1999 a 2005.

«En mi primera temporada como profesional ya tomaba cortisona. La EPO era otro nivel», describe. El texano es incluso cuestionado sobre los motivos del cáncer que sufrió: «¿Si enfermé a causa del uso de sustancias dopantes? No puedo asegurar que no sea así», dice. Es más, sobre este tema, el propio Armstrong reflexiona: «Las hormonas del crecimiento tienen un efecto estimulante del crecimiento en algunos tipos de células y se utiliza para fomentar cosas buenas, pero, ¿no tendría sentido que, si esas células tuvieran algo malo, también se fomentara?». El antiguo líder de los equipos US Postal y Discovery Channel fue desposeído de sus victorias tras haber sido suspendido de por vida en 2012 tras una investigación abierta por la Agencia Estadounidense Antidopaje (Usada), que estableció que estaba al frente del «sistema de dopaje más sofisticado, más profesional y más eficaz de la historia del deporte».

En el 2013 reconoció haberse dopado a partir de 1996 en una entrevista muy seguida, acordada con la estrella de la televisión estadounidense Oprah Winfrey. Tras estas nuevas confesiones sobre sus inicios con las sustancias dopantes en 1992 o en 1993, aparecen sombras en su título mundial conquistado en 1993 en Oslo.