El fantasma de las estrellas pasadas

DEPORTES

El Barça revive la pesadilla de perder a una de las mayores estrellas del mundo por desavenencias con la directiva, algo que ya sucedió con Cruyff y Maradona

27 ago 2020 . Actualizado a las 10:30 h.

Los problemas de Johan Cruyff con la directiva del Barcelona propiciaron que el holandés abandonase el club en 1978.

Los problemas de Diego Armando Maradona con la directiva del Barcelona propiciaron que el argentino abandonase el club en 1984.

No hay dos sin tres. Agosto del 2020: la afición del Camp Nou comienza a digerir, sin omeprazol que lo alivie, que Messi —un caso más grave si cabe que los dos anteriores— abandonará la capital catalana por la misma razón por la que lo hicieron dos de los tres mejores futbolistas de la historia. Vuelven los fantasmas del pasado agitando un patrón común: la incapacidad de la entidad blaugrana para retener a sus emblemas.

El ciclo Cruyff

El Johan Cruyff jugador lo fue todo en el Barcelona. Llegó en 1973 procedente del Ajax a cambio de 120 millones de pesetas convirtiéndose en el que probablemente haya sido el fichaje más importante de la entidad de todos los tiempos. Llegarían otros más caros, pero que el Flaco se enfundase la blaugrana supuso la irrupción del Barça al mercado internacional. Firmó un contrato inicialmente por tres temporadas y, como Messi, pronto se convirtió en mucho más que un jugador de campo. Cuando su primer contrato expiraba, presionó en los despachos para que el alemán Hennes Weisweiler —que marcaba un regio estilo de juego, restando libertad a Cruyff— no continuase como entrenador.

Evidentemente, como si del 2020 se tratase, el tres veces ganador del Balón de Oro contó con el apoyo de la masa social barcelonista —un elemento de presión fundamental—, incendiada por la eliminación en semifinales de la Copa de la UEFA de 1976. Los «que se vaya la junta y el entrenador. Viva Cruyff» o «estamos cansados de hacer el ridículo», fueron declaraciones habituales que perviven en el archivo de TVE.

Cruyff no solo consiguió eliminar a Weisweiler del mapa tras la derrota europea frente al Liverpool, sino que consiguió que su sucesor el siguiente curso fuese su compatriota Rinus Michels. El holandés fue el primer entrenador de Cruyff tras su llegada desde el Ajax y continuaría en el banquillo hasta el fin de la etapa de Cruyff en Barcelona.

Fueron los primeros síntomas de problemas graves, de falta de sintonía con el club presidido entonces por Agustí Montal Costa, que como en el 2020, trató de complacerlo inútilmente. Cruyff se fue del Barça en 1978 rumbo a Estados Unidos, un contrato que se fraguó en pleno proceso electoral en el club.

Pese a que Cruyff no continuaría en el Camp Nou, no evitó pronunciarse sobre el proceso poniéndoselo imposible a Ferran Ariño, candidato continuista a la presidencia y entonces miembro de la junta de Montal Costa. «Trabajé cinco o seis meses con él. Tengo una idea sobre él que no es la mía. Si él es presidente no aceptaría ningún cargo. Al resto no les conozco», llegó a decir. Cruyff se fue a final de temporada y Núñez ganó las elecciones.

Otro argentino incomprendido

Fue José Luis Núñez quien sacó a Diego Armando Maradona de la Bombonera para embarcar al Pelusa en su primera aventura europea en el Camp Nou. El ex de Boca le costó al Barcelona 10 veces más de lo que le había costado Cruyff 10 años antes: 1.200 millones de pesetas.

Pero el gran drama maradoniano para el barcelonismo no fue por lo vivido con el argentino en sus filas, sino por la perspectiva de haber cometido un error histórico. De hecho, Diego solo estuvo dos temporadas en el club, marcadas por los problemas físicos y las broncas.

En su primera campaña sufrió una grave lesión tras una salvaje entrada de Goikoetxea en un duelo ante el Athletic y su segunda temporada la finalizó con el famoso rodillazo a Sola tras perder la final de copa contra los vascos. Maradona —al que le fue impuesta una dura sanción— no se sintió respaldado por la directiva tras su vergonzosa acción y el Nápoles aprovechó para echar sus redes sobre el argentino y crear un equipo legendario sobre el que se cimenta buena parte de su leyenda.

Las comparaciones duelen

Es difícil ponderar los casos de Maradona y Cruyff con el de Messi. El argentino es ya por méritos propios el mejor jugador de la historia, como mínimo, del Barcelona. Eso obviando el componente sentimental. Leo llegó a La Masía hace más de 19 años y es hijo del ADN culé. Ver al 10 competir con otra camiseta será un trauma histórico para el aficionado del Barcelona.

Ronaldo, Laudrup, Figo o Neymar, más ejemplos de una fuga histórica de estrellas

La historia no les depara el hueco que Maradona, Cruyff o Messi se han labrado, pero el rosario de grandes estrellas que decidieron abandonar Barcelona es nutrido. Schuster, Figo, Eto'o, Romario...

El club fue incapaz de retener más de un año a Ronaldo Nazario, que tras maravillar al Camp Nou en su debut en la Liga se marchó al Inter. «Estaba negociando mi renovación con el Barcelona, pero decidí no seguir porque no confiaba más en los dirigentes del Barça», llegó a decir el dos veces Balón de Oro —la primera como culé, la segunda como madridista—.

Sobran los ejemplos. Desde Laudrup al reciente y doloroso de Neymar —esta última salida también se produjo durante la presidencia de Bartomeu—. Por su parte, el centrocampista danés fue reclutado por el Real Madrid tras su enfrentamiento público con Johan Cruyff, entonces inquilino del banquillo del Camp Nou.

De sobra conocido es el caso de Figo, otro que hizo las maletas al eterno rival. Florentino Pérez se lo birló a los culés y obtuvo ese mismo año el Balón de Oro por sus méritos como blaugrana.