El danés Andersen reina en Lyon y Roglic defiende el amarillo antes de la montaña

carlos torres

DEPORTES

ANNE-CHRISTINE POUJOULAT

El nórdico pasó la línea de meta en pleno centro de Lyon con 15 segundos sobre el pelotón y consiguió la segunda etapa del Tour para el Sunweb

13 sep 2020 . Actualizado a las 10:50 h.

Una postrera escapada a 3 kilómetros de meta que sorprendió a los esprinters permitió el triunfo y su estreno en el Tour de Francia al danés Kragh Soren Andersen (Sunweb), vencedor en Lyon en una jornada previa a la montaña del Grand Colombier que mantuvo las posiciones de la general con el esloveno Primoz Roglic dueño del maillot amarillo.

Todo apuntaba a un esprint, pero el Sunweb peleó la etapa de diversas maneras y funcionó la de Soren Andersen, quien soltó un latigazo que le permitió levantar los brazos como ganador de la decimocuarta etapa disputada entre Clermont Ferrand y Lyon, con un recorrido de 194 kilómetros.

El latigazo de Sorensen, de 26 años, supuso el segundo éxito de su equipo, tras el alcanzado por el suizo Marc Hirschi en Sarran. El ciclista nórdico pasó la línea de meta en pleno centro de Lyon con 15 segundos sobre el pelotón, comandado por el esloveno Luka Mezgec (Mitchelton Scott) y el italiano Simone Conconi (Cofidis), más rápidos que el eslovaco Peter Sagan, cuarto.

Aunque al final hubo nervios por la colocación, los favoritos pasaron página la víspera con el reencuentro de la montaña en el Jura, donde este domingo espera la meta elevada del Grand Colombier. Dos compatriotas eslovenos al frente, Roglic y Tadej Pogacar, separados por 44 segundos, les sigue el frente colombiano con Bernal a 59, Urán a 1.10 minutos, Nairo Quintana a 1.12 y «Supermán» López a 1.31. Cierran el «top ten» el británico Adam Yates a 1.42 y los españoles Mikel Landa y Enric Mas, octavo y décimo a 1,55 y 2.54.

En definitiva, la general está compuesta en los 10 primeros puestos por corredores de 5 nacionalidades y de 10 equipos diferentes. Desde 2018 no había dos corredores del mismo país en cabeza, cuando en la decimocuarta etapa se pusieron en lo alto los británicos Geraint Thomas y Chris Froome.

Escapadas a ninguna parte, manda el pelotón

La jornada estaba señalada para un esprint y la lucha por el maillot verde. El Bora de Sagan dejo claro de salida que iba a luchar por todo y lanzó una catarata de ataques desde el banderazo inicial. El objetivo era castigar al hombre que ahora viste de verde, el irlandés Sam Bennett, objetivo que consiguió el cuadro del triple campeón del mundo eslovaco.

Theuns y Kung anduvieron unos kilómetros escapados, pero no llegaron muy lejos, el pelotón marchaba a ritmo elevado y no estaba dispuesto a dejar escapar las opciones elegidas por cada uno. El Deceuninck se desquició en defensa de Bennett y tiró la toalla cuando su esprinter quedó descolgado.

Hubo dos equipos especialmente combativos, el Bora, enrabietado por haber perdido en Puy Mary la doble opción de Schachmann y Kamna y el CCC del campeón olímpico belga Greg Van Avermaet, aún inédito. Con el pelotón agrupado la carrera cambió la cara en los últimos 15 kilómetros.

Andersen sorprende en un final animado

Los alicientes del día eran dos pequeñas cotas de 4a concentradas en los últimos 10 kilómetros, colofón de un trazado ondulado y sinuoso. El sprint masivo no estaba para nada garantizado atendiendo a los incesantes ataques que se fueron produciendo.

En la Cota de la Duchère (4ª,1,4 kms al 5,6 %) atacó el belga Tiesj Benoot (Sunweb), quien coronó con 17 segundos. Después atacó el alemán Kamna subiendo La Croix-Rousse (1,4 kms al 4,8%), pero coincide con una violenta arrancada de Alaphilippe, a quien sigue De Gendt.

Con un quinteto delantero volvió a intentarlo Marc Hirschi, otro Sunweb, a quien responden dos pesos pesados: Sagan y Van Avermaet. Mientras se miran y estudian los movimientos salto Kragh Soren Andersen, el enésimo Sunweb, con fuerza, capaz de mantener el ritmo en las complicadas calles de Lyon. Directo a la gloria. Su estreno en el Tour y segunda victoria de la temporada, ya que ganó una jornada de la París Niza.

El Grand Colombier como desafío

Convertido en un clásico de los últimos años, el Grand Colombier se estrena este domingo como meta del Tour de Francia en una etapa atípica del Tour, con una sucesión de tres puertos en los últimos 80 kilómetros con pendientes brutales.

En vísperas de la segunda jornada de descanso y de la traca final en los Alpes, los 174,5 kilómetros que parten de Lyon aparecen como un terreno ideal para reventar la carrera.

La jornada ofrece terreno para ataques más lejanos, desde una primera subida al Grand Colombier, por el lado menos tradicional y sin llegar a su cima, que comienza a los 98 kilómetros y que durante 11 ofrece una pendiente media del 8,1 %.

En esa primera ascensión, los ciclistas afrontarán rampas de hasta el 22 %, las mayores que se pueden encontrar en Francia, según el director deportivo de la carrera, Thierry Gouvenou.

Un segundo trampolín se inicia nada más descender el primero, con el ascenso a la Biche y sus 6,9 kilómetros al 8,9 % de pendiente, antes de que se suba hasta la cima, esta vez sí, del Grand Colombier por su vertiente más conocida, la de Culoz.

Para llegar a su cima, que a más de 1.500 metros ofrece una imponente vista desde la que se divisa el Mont Blanc, techo de Europa, y el lago de Annecy, hay que superar sus 17,4 kilómetros al 7,1 % de pendiente media, una subida menos explosiva pero más exigente.

Tras las revelaciones que el viernes ofreció la subida a Puy Mary, el Gran Colombier derribará muchas de las últimas dudas que persisten entre los pretendientes a la general. Sin contar con el prestigio que supondrá apuntarse una etapa que, por vez primera, acaba en esta cima ya convertida en mito.