Thiem se gradúa en Nueva York

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

JUSTIN LANE

El austríaco conquista su primer «grand slam» en el Abierto de Estados Unidos tras firmar una gran remontada en la final al cañonero Zverev

14 sep 2020 . Actualizado a las 09:22 h.

Cuando Zverev ganaba por 2 sets a 0 y un break arriba en el tercero, pocos pensaban en que el gigante alemán se derrumbaría. A Thiem, de 27 años, le estaba pesando la responsabilidad de ser señalado como favorito. Pocos sospechaban que el austríaco acabaría remontando (2-6, 4-6, 6-4, 6-3 y 7-6), para inscribir su nombre con letras de oro en el Abierto de Estados Unidos, primer gran torneo de tenis celebrado tras la pandemia y también el primero que ve a un ganador diferente del Big Three desde hace cuatro años (Wawrinka, también en Nueva York).

El gigante germano, de 23 años, se aprovechó en el inicio de los nervios de un Dominic Thiem (27 años) al que le pesó en exceso la responsabilidad. Al austríaco se le vio cohibido, con las piernas pesadas y el brazo encogido, sobre todo en el saque .Una doble falta y una caña pusieron contra las cuerdas al de Neustadt en el tercer juego del primer set y facilitaron a Zverev lograr la primera rotura de servicio de la final. El alemán había comenzado más suelto y lo demostraba desde muy pronto en el marcador.

El de Hamburgo, de ascendencia rusa, amenazó con un nuevo break en el quinto juego (se puso 0-30) y lo materializó en el séptimo, gracias a una extraordinaria derecha, afilada por los problemas con el saque de su adversario. Sasha, segurísimo con su saque en el primer set, materializó sin grandes agobios este primer parcial, resuelto en apenas media hora (6-2).

Y no cambió demasiado el panorama en el segundo. Zverev, muy metido siempre en pista, siguió ganando con solvencia su saque y presionó al de Thiem. El alemán perdonó una bola de rotura en el primer juego, pero confirmó una nueva amenaza en el tercero, para encarrilar el segundo set a su favor. Un golpe anímico que fue todavía mayor cuando el de Hamburgo repitió break en el quinto para situarse 4-1 arriba.

Solo los fallos de Zverev metieron en el partido a Thiem. El alemán desperdició cuatro bolas de set, a las que sumó un octavo juego repleto de errores con el saque (ese que parecía infalible), situando al austríaco con 5-4 tras tres juegos seguidos. Al de Hamburgo le costó (30-30 en el décimo juego), pero acabó apuntándose también el segundo set.

Las dudas

Aunque Zverev ganó el parcial, el partido ya había dejado de ser el mismo. Thiem había comenzado a soltarse y el encuentro cambió. Y eso que Sasha consiguió un break en el tercer juego del tercer set que hizo zozobrar a Thiem, pero el austríaco respondió con un contrabreak y un servicio en blanco que le devolvieron la ventaja (3-2). Al fin había final. Con 4-4 y 30-30, a Thiem le cantaron una bola mala, que el ojo de halcón rectificó y dio buena por milímetros. Una acción clave que minutos después le acabaría valiendo el tercer set por 6-4.

Thiem prolongó su racha y llegó a contar con dos bolas de break en el sexto juego (3-2 y 15-40). Fue un aviso, porque en el octavo el austríaco consumó la rotura tras aprovechar varios errores del alemán y acabó cerrando el set por 6-3.

El último set fue una montaña rusa, en el que la calidad en el juego fue aumentando con el paso de los puntos. Arrancó con break y contrabreak, se estabilizaron y ambos desperdiciaron un saque para ganar (con 5-3 para Zverev y 5-6 para Thiem). Finalmente el tie break sonrío al austríaco (8-6), a pesar de que estaba roto físicamente.