Roglic, sí; Chris Froome, no

La Voz

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Kiko Huesca | EFE

El esloveno, empujado por el poderío de su equipo, se coloca líder de la Vuelta tras vencer en un primer día durísimo y el británico sufrió en su regreso

20 oct 2020 . Actualizado a las 20:36 h.

En lo alto de la clasificación general de la Vuelta del 2020, el primer día acabó como el último de la del 2019: con Roglic en lo más alto. El ciclista esloveno demostró dos cosas en el santuario de Arrate: que el Jumbo-Visma tiene el mejor equipo de la carrera y que viene dispuesto a no volver a pecar de la inocencia que tuvo en Francia. Un esprint en el último kilómetro, al que ninguno de los favoritos pudo siquiera coger la rueda, le sirvió para llevarse el primer triunfo por delante de Carapaz —visto lo visto, su gran rival— y de paso sumar la bonificación de 10 segundos en línea de meta.

El mal tiempo agita la carrera

Que la Vuelta se está celebrando dos meses más tarde de lo que comenzó el año pasado se notó desde el primer día. La lluvia y el viento dejaron claro ayer en el País Vasco que la meteorología será un factor clave en una carrera que transcurre en su totalidad por el norte del país. Las hojas caídas de la arboleda otoñal en el asfalto mojado hicieron temer por la salud del pelotón, que, además, tuvo que rodar en varias ocasiones muy estirado por la estrechez de algunos tramos de la calzada.

Aunque con precauciones, la carrera transcurrió con cierta tranquilidad tras los dos primeros puertos del día: el de Udana y el alto de Kanpazar, ambos de tercera categoría. Se encargó de alegrar la primera mitad de la jornada la locomotora que Remi Cavagna (Deceuninck) tiene en sus piernas, haciendo saltar una fuga a la que se unieron Wellens (Lotto Soudal), Bol (Burgos BH), Sütterlin (Sunweb) y Jauregui (AG2R). A la llegada al esprint intermedio, la fuga estaba ya neutralizada.

Por detrás, comenzaban los problemas. Ilan Van Wilder y Mathias Frank fueron los primeros abandonos de la carrera. El colombiano del Education First Daniel Felipe Martínez se cayó, aunque pudo recuperarse para llegar junto a los favoritos a los pies del ascenso definitivo a Arrate y Geniez (AG2R), un cazaetapas profesional en la Vuelta, también tuvo que decir adiós.

Froome, la imagen del día

El auténtico drama comenzó en la subida al alto de Elgeta (3.ª categoría). Era el tercer puerto del día y Chris Froome dijo basta. El cuatro veces ganador del Tour y dos de la Vuelta —además de un Giro— comenzó a perder la estela del pelotón de favoritos. La imagen del ciclista del Ineos en su regreso a una grande tras su grave lesión forma ya parte de la historia de la ronda española.

Kuss, para Roglic

En el ascenso a Arrate, de primera categoría, se decidía la primera jornada. Antes de empezar el ascenso, la escabechina continuaba. Michael Woods (EF), un hombre fuerte del pelotón y vencedor en el 2018 en el Monte Oiz, se fue al suelo. El Astana también acumulaba líos demasiado gordos para un debut. Si Ion Izagirre ya había sufrido en el anterior ascenso, una avería dejaba a Omar Fraile sin opciones de etapa y Vlasov no podía seguir el ritmo de los favoritos.

Por delante, el Ineos aplicaba el rodillo. Andrey Amador e Iván Ramiro Sosa marcaban un ritmo endiablado en la cabeza, preparando el terreno para Richard Carapaz. Pero el que hizo la criba final fue Sepp Kuss. El americano, gregario de élite del Jumbo-Visma, sigue igual de fuerte que en el Tour. Con sus cambios de ritmo hizo ceder, entre otros, a Valverde o, con fuego amigo, a Dumoulin. Con los favoritos hechos migas, Roglic atacó para irse solo hasta la meta dejando atrás a Dan Martin, Mas, Chaves, Carapaz y compañía.