Tres fiscales para saber si Maradona pudo salvarse

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Maradona con su médico, Leopoldo Luque
Maradona con su médico, Leopoldo Luque

El médico personal y la psiquiatra del astro argentino están siendo investigados por un presunto delito de homicidio culposo

04 dic 2020 . Actualizado a las 08:41 h.

«Están buscando un culpable, no se entiende qué están haciendo». Leopoldo Luciano Luque, un neurocirujano contratado en los últimos años como médico personal por Diego Armando Maradona, asistía al registro de su domicilio, ordenado por los tres fiscales que asumieron la investigación de la muerte del Pelusa. Pretenden dilucidar si Luque, que ha pedido testificar voluntariamente sin éxito, puede ser acusado de homicidio culposo o negligencia médica. Su papel y el de la psiquiatra Agustina Cosachov, que también atendía al astro argentino y cuya vivienda fue también inspeccionada, están siendo chequeados con lupa. Incluso el de los propios hijos de Maradona, que desestimaron la recomendación médica de mantenerlo ingresado. «La muerte de Diego era evitable» espetó ante la fiscalía Mario Baudry, abogado de su hijo menor. «Fue un evento fortuito, común en un paciente de sus características», replicó en público Luque.

¿Qué motivó el ingreso de Maradona inicialmente en una clínica?

El lunes 2 de noviembre Maradona fue internado en un centro sanitario de La Plata. Según el diagnóstico que se le hizo entonces por presentar un cuadro de anemia, estar deshidratado y con bajo estado anímico. Había cumplido 60 años tres días antes. Ese mismo día ya había dejado muestra de su endeble estado de salud. Gimnasia, el equipo al que dirigía, debutaba en la Copa de la Liga Profesional ante Patronato. Era el regreso a la competición 228 días después. Su club asumió que Diego —que ya solo había podido asistir a un entrenamiento en las once semanas que duró la pretemporada— volvería a estar ausente. Los hinchas de Gimnasia fueron a buscarlo con bengalas y bombas de humo a su casa. Maradona se presentó en el estadio visiblemente debilitado y con muchas dificultades para caminar. Apenas pudo presenciar dos minutos del partido antes de volver a su casa.

¿De qué lo operaron y por qué se concedió el alta hospitalaria?

En la clínica de la Plata sometieron a Maradona el día de su ingreso a pruebas que revelaron la presencia de un hematoma subdural en la cabeza. Fue trasladado un día después a otra clínica, la Olivos de Buenos Aires, en la que fue intervenido quirúrgicamente por el propio Leopoldo Luque. «Creo que necesita muchos cuidados. Diego es muy difícil y sigue insistiendo en que quiere dejar el hospital». El cirujano íntimo que lo trató en la clínica, junto a la psiquiatra Crosachov, avanzaba a las puertas el conflicto que se había abierto dentro. Maradona quería irse a casa. Permaneció en la Olivos apenas nueve días.

Swiss Medical, la compañía médica, pidió por escrito que se continuase con el tratamiento clínico, psiquiátrico, de rehabilitación y toxicológico internado en un centro. «Esta propuesta no es aceptada por la familia. El seguimiento médico queda a cargo de los profesionales elegidos por el paciente y su familia, ajenos a Swiss Medical», quedó registrado en el parte de alta voluntario del centro. Un parte, puesto bajo el foco de la justicia, que firmaron el director de la clínica Olivos, Pablo Dimitroff, Leopoldo Luque, Agustina Cosachov y dos de las hijas de Maradona, Gianinna y Jana. «Se encuentra en condiciones de externación sanatorial, no se encuentra de alta médica», aclaraba el centro en ese parte.

¿Qué sucedió la noche que murió y con quién estaba en la vivienda?

«Ellas firmaron el alta para sacarlo porque creían que Diego iba a tener una clínica dentro de su casa. Esa no era una casa para Diego, cualquiera se hubiera ofrecido a darle una casa digna». Claudio García, el Turco, amigo personal de Maradona, volvía a poner el foco sobre la decisión de las hijas de Maradona. «A Diego nadie lo cuidó durante sus últimas 12 horas», denunció Matías Morla, el abogado de Maradona. El mismo que exculpa a Leopoldo Luque. «Yo sé lo que hiciste por la salud de Diego, cómo lo cuidaste, acompañaste y cómo él te quería». El enfermero que había terminado su turno a las 06:30 de esa madrugada, desdice al abogado: «Antes de dejar mi turno entré en la habitación y estaba vivo. Lo controlé. Estaba descansando», testificó ante la fiscal. Otra de las enfermeras cuestionó que Diego estuviese bien atendido allí. «Se cayó y se dio un golpe en la cabeza. Lo pusieron de pie y no le hicieron ninguna prueba». Uno de los cometidos de los enfermeros era que evitaran su consumo de alcohol.

A las 11:30 del miércoles 25 de noviembre, los psiquiatras entraron en la habitación de Maradona para darle la medicación. En la vivienda estaban en ese instante Johny Espósito, sobrino del Pelusa y la última persona con la que estuvo la noche anterior, un asistente, un empleado de seguridad, una enfermera y una cocinera. No había ningún médico. Tampoco desfibriladores. Diego no respiraba.

¿Se retrasó la ambulancia media hora desde que fue alertada?

Un médico vecino, avisado por el sobrino de Maradona tras ser alertado de que el astro no respiraba, fue el primero en intentar reanimarlo. «Llama a la policía y a la fiscalía», concluyó su reconocimiento. Maradona ya estaba muerto. Según certificaron media docena de forenses por una insuficiencia cardiaca aguda, congestiva y crónica que le generó un edema agudo de pulmón. «La ambulancia tardó más de media hora en llegar, fue una criminal idiotez», denunció el abogado Morla. El informe pericial lo desmiente. La llamada quedó registrada a las 12:16. Las cámaras certifican que el primer vehículo asistencial llegó a las 12:28.