Al técnico del Getafe, cuestionado por los numerosos incidentes que acumula con otros técnicos y jugadores rivales, han dejado de acompañarle los resultados
26 feb 2021 . Actualizado a las 10:17 h.«Yo no tengo nada con ningún entrenador. Sí que he visto que él ha tenido problemas con muchos». La flecha de José Bordalás (Alicante, 1964) iba entonces dirigida a Marcelino García Toral. Una tangana había ensuciado la eliminatoria copera entre Getafe y Valencia del 2016. Bordalás acumula desde entonces numerosos encontronazos con técnicos y futbolistas rivales. El último, en la penúltima jornada disputada por el Getafe ante la Real Sociedad. Su equipo —que suma un empate y cinco derrotas en las últimas seis jornadas y está a un paso del descenso— volvía a caer y Bordalás fue expulsado en el tiempo de descuento. Salió al campo para arrebatarle el balón a Barrenetxea con el juego parado, insultó al canterano realista y se encaró con Carlos Fernández, al que dejó un amago de manotazo. El acta de González Fuertes reflejó «conducta antideportiva grave».
«Creo que lo que hay alrededor de mí es una falta de respeto tremenda y lo que pido es respeto por parte de todos, jugadores, árbitros... Es un sinsentido», se quejó ante la prensa después. Bordalás regresaba al banquillo tras un cumplir un partido de sanción frente al Real Madrid, fruto de otra tarjeta roja por un incidente con Julen Lopetegui en el partido ante el Sevilla.
Un dardo a su presidente
«El comportamiento de Lopetegui es inaceptable. No he hablado y me habría gustado que hubiera descolgado el teléfono y se hubiera disculpado conmigo», le reprochó Bordalás. «La única víctima que ha habido aquí es Lucas Ocampos», le replicó el técnico del Sevilla, haciendo referencia al jugador que había abandonado el campo tras sufrir una aparatosa entrada cometida por Djené.
La brusquedad en el juego de los madrileños volvía a apuntar a su técnico. «Siempre se habla de agresividad de nuestro equipo con un tono ofensivo y, cuando es para otros, es elogio. No andamos llorando», se despachó Bordalás, que llegó a acusar a su propio club, con el que le resta un año más de contrato, de no defenderles lo suficiente: «Me esperaba más por su parte, no hemos matado a nadie». El dardo iba entonces dirigido a su presidente, Ángel Torres. La relación entre ambos se ha deteriorado.
En noviembre del 2019, tras un empate entre el Getafe y Osasuna, Bordalás la tomó con Jagoba Arrasate, que había sugerido en la previa que jugar en el Coliseum era sinónimo de partido trabado. «Cuando se dice una mentira de manera tan reiterada, se la acaba creyendo todo el mundo. Y llevo así cuatro años en el Getafe, y ya no lo aguando ni lo consiento. Quien haga eso es un caradura y se lo digo en la cara. Es un caradura. Es de no ser profesional y mal compañero». Osasuna publicó un comunicado reclamando respeto y educación.
Reproche del técnico del Ajax
Bordalás tuvo también sus más y sus menos con el técnico Erik Ten Hag en el partido disputado en Ámsterdam ante el Ajax durante la pasada edición de la Europa League. «Empezó a discutir con Daley Blind y eso es algo que nunca deberías hacer como técnico visitante. Me metí en la discusión para dar la cara por mi jugador», alegó luego el preparador del Ajax.
El delegado de campo tuvo que intervenir para separar a ambos técnicos, que acabaron amonestados. «Bordalás lo hizo a propósito», le recriminó luego ante la prensa Ten Hag.
«Ojalá no asciendan»
La propuesta futbolística de Bordalás ya le había originado reproches cuando todavía dirigía en Segunda. Era el año 2013, entrenaba entonces al Alcorcón y Quique Setién al Lugo. «Tienen las directrices muy bien marcadas. Espero que no asciendan, da pena jugar contra ellos. Este equipo tiene líos con todos», reprochó el técnico cántabro tras el encuentro entre ambos.
Las lesiones truncaron la discreta carrera como futbolista de Bordalás —no pasó de Tercera División— cuando tenía 28 años. Cuestionado por sus controvertidas formas, al preparador que llevó al Getafe a su techo liguero los resultados han dejado ahora también de acompañarle.