Rodrigo Conde renuncia al peso ligero pese a tener plaza para Tokio

La Voz VIGO

DEPORTES

Las dificultades para mantener el peso, que estaban pasando factura a su salud, le llevan a tomar la decisión a unos meses de los Juegos Olímpicos

27 feb 2021 . Actualizado a las 17:20 h.

El remero moañés Rodrigo Conde ha comunicado este viernes a través de sus redes sociales su decisión de renunciar a competir en peso ligero, donde había logrado plaza para los Juegos de Tokio, el gran reto de su carrera, junto a su compañero Manel Balastegui. En un vídeo colgado tanto en su cuenta de Instagram como en la de Facebook, el deportista, de 23 años, explica que aunque como resultado de la dieta que venía siguiendo en los últimos meses se encontraba mejor que nunca -de ello hablaba a La Voz hace unas semanas-, los resultados de las últimas pruebas médicas no han sido los esperados y ha sido eso lo que le ha llevado a dar este difícil paso.

«La dieta me está sentando bien, estoy más fino que nunca, me encuentro mejor físicamente que nunca», comienza. Pero el pero viene en los últimos controles médicos. «He pesado 79 kilos con un 7 % de grasa, eso quiere decir que me quedan cinco kilos de grasa corporal y tendría que perder nueve kilos», indica. Tras esto, ha tomado conciencia de que no le «compensa» pasar por todo lo que pasa para alcanzar el peso de competición. «Me he dado cuenta de que los entrenadores, Manel y todos no me lo dicen, pero lo entienden».

«La única forma que tengo de llegar al peso es deshidratándome mucho, mucho, mucho. Eso me produce estar mal conmigo mismo, con los demás, que todo me moleste. No ser yo. Soy una persona súper alegre, feliz, de cachondeo», comenta sobre sí mismo antes de profundizar en que cuando llega el momento de dar el peso, lo pasa realmente mal, llegando a sufrir insomnio y mucho estrés. «Me he cansado de pasar por esas cosas. Creo que me está limitando mucho mi carrera como deportista», revela.

Conde reflexiona sobre que lleva toda su trayectoria así y sabe que muchos pensarán que solo eran cuatro meses más por delante. «Pero imaginad lo que supone a nivel psicológico para mí, no me compensa», repite. Ni siquiera aunque lleve toda la vida entrenando para llegar a unos Juegos, como él mismo recuerda. «Después de la cuarentena y todo esto, he entendido que el camino es lo importante y, si no lo disfruto, el resultado que consiga después no vale nada».

El moañés asegura que sus buenos resultados los ha disfrutado «durante diez o quince minutos, la entrega de las medallas, luego no vale nada, te acuerdas de los momentos que has pasado buenos, la gente que conoces, las historias que te pasan, las experiencias que vives». Y agrega que «tener malos recuerdos siempre, de todos los años, no es agradable».

Confiesa Conde que su idea era retirarse después de los Juegos, que lo tenía prácticamente decidido, aunque no sabía si de manera temporal o definitiva. Ahora su visión es diferente y piensa en el largo plazo, pero sin Tokio. «Tengo 23 años y mucha carrera deportiva por delante. He entendido que lo que tengo que hacer es competir en una categoría adecuada para mí, que no me haga estar, no diré depresivo, pero sí pasándolo realmente mal a nivel psicológico».

Dice Rodrigo que entenderá a quienes le digan que está loco. «Es verdad, estoy como una puta cabra, no es nada nuevo. Pero tengo que ser egoísta, pensar en mí, seguir con mi vida como deportista. Lo que no quiero es que por culpa del peso y los problemas que me acarrea a nivel psicológico plante mi pasión, que es el remo», destaca. Asegura que disfruta de cada entrenamiento, de cada serie de «cada día con sabor a sabre en la boca». «Pero desde el Europeo de este año no encontraba esa chispa. Era pensar en el peso y me entraba una ansiedad de la hostia».

Por último, se dirige a toda la gente que pueda sentir que le ha fallado prometiendo que seguirá entrenando mejor y más que hasta ahora. Tampoco renuncia a ser olímpico. «Espero que nos veamos pronto en unos Juegos. Hasta aquí la vida de ligero de Rodri y ahora empieza una parte muy buena, creo, de mi vida deportiva».