La FIFA, la Unión Europea y grandes gobiernos declaran la guerra a la Superliga

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

POOL

El primer ministro británico, Boris Johnson, y el presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, ya se han posicionado en contra de la nueva competición impulsada entre otros por los tres grandes del fútbol español

19 abr 2021 . Actualizado a las 18:22 h.

El anuncio anoche por parte de doce de los principales clubes europeos de crear una nueva competición, la Superliga, ha desatado una ola de reacciones en contra entre las instituciones rectoras del fútbol europeo y mundial, pero también entre los mandatarios de algunos de los grandes países del viejo continente, apunta EFE. Frente a ellos, tocará comprobar la capacidad que tienen los clubes españoles Real Madrid, FC Barcelona y Atlético de Madrid, los italianos, Milan, Inter y Juventus y los ingleses Liverpool, Manchester City, Chelsea, Manchester United y Tottenham, fundadores de la anunciada Superliga, para resistir presiones que se antojan brutales frente a su intento de desgajar el fútbol de súper élite del resto del balompié profesional, pero más terrenal.

La FIFA, el máximo órgano rector del fútbol mundial, expresaba anoche, a través de un comunicado, su «desaprobación a una 'liga europea cerrada y escindida'» muy poco después del comunicado en el que los doce clubes fundadores de la Superliga hacían público un proyecto del que ya se venía hablando desde hace tiempo.

Desde la FIFA se incide en que «desea aclarar que se mantiene firme a favor de la solidaridad en el fútbol y de un modelo de redistribución equitativa que pueda contribuir al desarrollo del fútbol como deporte, especialmente a nivel mundial, ya que el desarrollo del fútbol mundial es la misión principal» del organismo.  

Declaración de guerra contra la nueva competición

«En nuestra opinión, y de acuerdo con nuestros estatutos, cualquier competición de fútbol, ya sea nacional, regional o mundial, debería reflejar siempre los principios fundamentales de solidaridad, inclusión, integridad y redistribución financiera equitativa», indica. El máximo organismo futbolístico mundial continúa apuntando que «los órganos rectores del fútbol deben emplear todos los medios legales, deportivos y diplomáticos para garantizar que esto siga siendo así» y asegura que «en este contexto» «no puede sino expresar su desaprobación a una 'liga europea cerrada y escindida' que se encuentra fuera de las estructuras del fútbol internacional y que no respeta los principios mencionados».

En defensa de la unidad en el fútbol mundial la FIFA «hace un llamamiento a todas las partes implicadas en las acaloradas discusiones para que entablen un diálogo tranquilo, constructivo y equilibrado por el bien del juego y con espíritu de solidaridad y juego limpio» y señala que «hará todo lo que sea necesario para contribuir a un camino armonizado en el interés general del fútbol».  

La Unión Europea, Macron y Johnson ya son enemigos políticos declarados 

En esta guerra que se presenta entre los gigantes del fútbol europeo y el resto, este último bando empieza a sumar grandes aliados en la esfera de la política. Empezando por la Unión Europea. El vicepresidente para la Promoción del Estilo de Vida Europeo de la Comisión Europea, el griego Margaritis Schinas, defendió este lunes un modelo de deporte europeo basado «en valores, en la diversidad y en la inclusión» tras la decisión de doce de los clubes más importantes del mundo, entre ellos Real Madrid, Barcelona y Atlético Madrid, de crear la Superliga.

Para el vicepresidente del ejecutivo comunitario «no hay margen para reservarlo a los pocos clubes ricos y poderosos que quieren romper los vínculos con todo lo que representan las asociaciones: ligas nacionales, ascensos y descensos y apoyo al fútbol aficionado de base».

«La universalidad, la inclusión y la diversidad son elementos clave del deporte europeo y de nuestro modo de vida europeo», concluyó el alto cargo de la Comisión Europea

Más rápidos en mostrar su oposición a la iniciativa disruptiva de los doce grandes del fútbol europeo y mundial fueron los mandatarios de dos de los principales estados del viejo continente. El británico Boris Johnson, cuyo país cuenta con la mitad de los fundadores de la Superliga, y el francés Emmanuel Macron, este último en apoyo a su federación y su liga profesional en un movimiento preventivo al estar el nombre del Paris Saint Germain en boca de todos a la hora de identificar a uno de los tres clubes que ocuparán las vacantes para completar las quince plazas en propiedad con las que contará la nueva competición, según avanzaron sus promotores. 

El presidente de la república francesa, Emmanuel Macron, se mostró contrario a la propuesta de la Superliga y en en un comunicado anunció que actuará para proteger la integridad de las competiciones federales, a nivel nacional y europeo: «El presidente de la República saluda la postura de los clubes franceses que han rechazado participar en un proyecto que amenaza el principio de solidaridad y méritos deportivos», señala el Elíseo.

Macron salió de inmediato en respaldo de la Federación Francesa de Fútbol (FFF) y la Liga de Fútbol Profesional (LFP) gala, que ya se habían pronunciado taxativamente en contra de la Superliga. En un comunicado conjunto, ambas entidades denuncian que la nueva competición rompería el equilibrio y acabaría con un sistema de méritos que ha logrado poner en marcha mecanismos de solidaridad entre todas las federaciones europeas, «amenazando toda la pirámide del fútbol europeo». Un reflexión que acompañan señalando que «los sueños hegemónicos de una oligarquía supondrían la desaparición de un sistema europeo que ha permitido al fútbol un desarrollo sin precedentes en el continente europeo».  

Despertando la flema británica 

Al otro lado del canal de la mancha, el primer ministro británico, Boris Johnson, expresó también su postura en contra del proyecto de una Superliga europea, manifestando en sus redes sociales, hasta el punto de comprometerse a «hacer todo lo que pueda» para evitar que el proyecto de la Superliga europea de fútbol «sale adelante como está planeado».

Johnson declaró que «los planes para una Superliga europea serían muy perjudiciales para el fútbol» y que apoya «a las autoridades futbolísticas para que tomen medidas». A juicio de Johnson, la iniciativa golpearía «el corazón del fútbol nacional» y preocuparía a los aficionados del país: «Los clubes implicados deben responder ante sus aficionados y la comunidad futbolística en general antes de tomar cualquier otra medida».

La postura de Johnson parece caminar hacia la unanimidad en el arco parlamentario británico, con el líder de la oposición laborista, Keir Starmer, aficionado del Arsenal, pidiendo en un tuit que los clubes implicados en esta Superliga «vuelvan a pensar inmediatamente» la decisión. 

Pero es que ya han empezado a aparecer también voces cualificadas en contra en los entornos de los propios clubes fundadores de la Superliga. Así, el expresidente del Manchester City David Bernstein dijo este lunes sentirse «realmente avergonzado» por la decisión de seis clubes ingleses, Arsenal, Chelsea, Liverpool, Manchester United, Tottenham Hotspur y el club que en su día dirigió él mismo, de unirse a la Superliga europea.

En unas declaraciones a Radio 4, Bernstein resaltó hoy que apoyó toda su vida al Manchester City, pero que está decepcionado porque estos clubes, «con la historia» que tienen, «deberían tener más responsabilidad que el resto».

Uno de los más críticos en estas primeras horas de reacciones frente al anuncio de creación de la Superliga en Gran Bretaña es Gary Neville, excapitán del Manchester United: «He sido aficionado del Manchester United durante 40 años, pero estoy asqueado. Totalmente asqueado. 100 años de club, creado por trabajadores y se van a ir a una liga donde no hay oposición y de la que no pueden descender. Es una absoluta desgracia», dijo Neville, comentarista de Sky Sports. «Es avaricia. Son unos impostores», apuntó Neville. El United no está ni en Champions. El Arsenal tampoco, es más, es una ruina como equipo de fútbol. El Tottenham tampoco está. ¿Tienen un poder divino para estar ahí? Sinceramente, tiene que haber un regulador independiente que impida a estos equipos tener ese poder. Ya basta«, criticó Neville.

Sobre posibles sanciones, Neville fue muy claro: «Que les quiten todos los puntos mañana. Que les manden a lo más bajo de la tabla y les quiten todo el dinero. En serio, no podemos quedarnos parados con esto. Es criminal. Es un acto criminal contra los aficionados al fútbol en este país», añadió el exjugador del United.