La zarpa de Benzema y un americano en Madrid

Pablo Carballo
Pablo Carballo PATROCINIO-SANTANDER

DEPORTES

SERGIO PEREZ

28 abr 2021 . Actualizado a las 15:28 h.

Si esperaban a un Chelsea a la expectativa en Madrid, pronto lo habrán descartado. A Tuchel hay que agradecerle el propósito de no esconderse desde el punto de partida. Kanté y Jorginho asfixiaron a Kroos y a Modric. Por fuera, con Azpilicueta sirviendo como carrilero, las limitaciones de Marcelo salieron a la superficie. Tuchel lo percibió y quiso sangre. Zidane barajó a Nacho con el lateral, en su línea de cinco, para contener la hemorragia. El Chelsea llegó, llegó y llegó. Marcó Christian Pulisic, un tipo de Pensilvania. La primera vez que un estadounidense hace un gol a estas alturas de esta competición. Los tiempos cambian. Si no, qué hacía un fondo yanki patrocinando la liga de soccer privada de Florentino Pérez.

El Chelsea desplegó en el primer tiempo ocasiones para haber vuelto a Londres con la eliminatoria decantada. Pero, como ese boxeador que se obtura en el golpe que conduce a la lona, no fue quién de rematarlo. Con el Madrid desarbolado y el Chelsea flaqueando en la última decisión, se elevó Benzema.

En noviembre del 2017, Benzema recibió la música de viento del Bernabéu. En diciembre, Zidane lo retiró en el clásico ante el Barcelona y el francés escuchó la mayor pitada de su carrera. No dejaron de abatirlo. En enero. Febrero. Marzo. El día del derbi con el Atlético, en abril, recibió otra sacudida del respetable. Llegaron a silbarle en un partido contra el Deportivo sin haber jugado siquiera. «Nunca habían pitado a un jugador que no ha saltado al campo. Es incomprensible, una falta de respeto, no se entiende esto», bramó entonces su agente. Si el Madrid se mantiene intacto en esta semifinal, miopía blue mediante, es por su zarpa. Suma ya 71 goles en la máxima competición continental, solo por detrás de Cristiano, Messi y Lewandowski. Esta vez no había nadie para aplaudirle.