Carla Suárez: «Contar que tenía un cáncer fue casi más duro que superarlo»

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso TOKIO

DEPORTES

La canaria, que ya planeaba retirarse para ser madre, explica cómo superó un linfoma de Hodgkin: «Nunca pensé que no podría volver a jugar»

24 jul 2021 . Actualizado a las 12:45 h.

Carla Suárez (Las Palmas, 1988) supo el pasado agosto del 2020 que sufría un linfoma de Hodgkin; unos días después, lo compartió con transparencia; ocho meses más tarde volvió a entrenar, al estar curada y dejar atrás las sesiones más duras de quimioterapia y radioterapia; en junio recibió el cariño de Roland Garros y Wimbledon; ahora disputará sus cuartos Juegos en Japón, y dentro de unas semanas se retirará en Nueva York durante el US Open. La canaria explica a La Voz en Tokio con la misma naturalidad su deseo de ser madre —el motivo por el que ya quería retirarse en el 2000—, sus expectativas en la pista y la crudeza de la lucha contra un cáncer a sus 32 años. «Pasando calor aquí, como todos», arranca la conversación.

—¿Cómo se encuentra?

—Es evidente que físicamente mi cuerpo ya no es el que era antes. No me recupero igual. Aunque he estado trabajando de la mejor forma posible. Física y competitivamente mis compañeras también me sacan ventaja, pero voy a luchar hasta el final. En la pista me olvido y doy el 100%.

—Viene a participar, no a ganar. Pero usted es una ganadora. ¿Cómo gestiona saberse algo por debajo y asumirlo?

—Hay que ser realista, vengo de una enfermedad y eso lo cambia todo. Cuando te pasa algo así, cuando la salud se ha visto perjudicada, mi mentalidad y mi forma de ver la vida y el deporte cambian. A Río fui con la opción de lograr una medalla con Garbiñe [en dobles] o hacer un buen papel en individual, pero aquí es diferente. Terminé mi tratamiento de radio y quimio en abril y estamos en julio. Cuando has estado tan arriba [llegó a ser la sexta jugadora del ránking mundial], quieres ganar más, pero ahora mi visión es distinta.

—¿Cuál es su visión del deporte y de la vida de las que me hablaba?

—Estoy en mi último año, ya me iba a retirar el anterior, pasamos una pandemia y estar aquí significa muchísimo para mí. Sé qué es lo importante. Ahora para mí perder o ganar pueden significar lo mismo después de todo lo que he superado.

—Al reaparecer, hubo dos momentos ya muy emotivos, la acogida en Roland Garros y la despedida en Wimbledon ante Barty en la pista central?

—Sí. Jugar por última vez en Roland Garros y Wimbledon y competir allí fue especial. Aún más emotivo en Londres. El público me dio mucho cariño y estoy muy agradecida.

—La presencia de su madre en Wimbledon fue un añadido.

—Sí, no pudieron estar en Roland Garros y en Wimbledon sí estuvo ella y lo disfrutó mucho. Fue emocionante para ella por todo lo que ha tenido que sufrir estos meses.

—Su madre ha estado todo el tiempo a su lado durante la enfermedad.

—Ha estado siempre conmigo, ayudándome en todo. Durante la enfermedad hubo momentos en que ella me lo tenía que hacer prácticamente todo, y eso es lo importante. Nos tocó vivir esto y lo intentamos llevar de la mejor manera posible con ella a mi lado

—Por un motivo físico y de cabeza.

—Sobre todo, mental. Yo había decidido que el 2020 sería mi último año en activo. El día a día ya se me hacía muy duro y, en un deporte como el tenis, para estar a un alto nivel tienes que hacer todo al 100 %. Veía que las cosas no me iban como antes, por eso había decidido dar ese paso atrás. Todo me costaba un poquito más, voy a cumplir ahora 33 años y tengo otros objetivos en la vida. No soy tan joven.

—¿Qué otros objetivos tiene?

—Hay muchas cosas en la vida al margen del tenis que me gustaría descubrir. Conocer unas experiencias que, cuando juegas por todo el mundo, no puedes hacer.

—Se refiere a la maternidad.

—Sí. Tengo el deseo de ser madre y para mí no es compatible jugar al tenis profesional y viajar a los torneos con criar un niño.

—El linfoma de Hodgkin tiene buen pronóstico, pero, al saber su enfermedad, ¿pensó que ya no volvería a competir al máximo nivel?

—No. Nunca pensé que la enfermedad me retirase, que no podría volver a jugar. No pensé de esa manera, aunque pudiese suceder, claro. Me lo tomaba con tranquilidad. Decidí yo cuando retirarme. Aunque, si no podía volver a jugar, tampoco pasaba nada.

—¿Cómo fue la lucha contra la enfermedad?

—Evidentemente, hay momentos duros, días difíciles, pero por suerte mi enfermedad evolucionó bien desde el primer momento, fue rápido y en cuatro meses estaba mucho mejor.

—Cree que le ayudó a resistir ser deportista de élite en una modalidad solitaria como el tenis.

—Sí, me ayudó a fijarme objetivos ante ciertos obstáculos. El tenista desde joven lidia con muchas circunstancias adversas.

—Considera que el impacto de enterarse de la enfermedad y pensar en contárselo a sus íntimos fue más duro que la propia enfermedad en sí.

—Sí, Contar que tenía un cáncer fue casi más duro que superarlo. La enfermedad y el tratamiento ya sabes cómo van a ser, y que el cuerpo puede reaccionar bien o mal. Pero el susto de la noticia es delicado. Nadie se lo espera e implica muchos cambios que no sabes si se van a solucionar.

«Durante cinco días no podía ni salir de casa y, cuando vas a reaparecer, eso se nota»

Volvió a competir en junio, pero el regreso le supuso a Suárez un enorme desgaste. «Sí que cuesta. Durante la enfermedad, durante cinco días ni salía de casa por las sesiones de quimio y eso se nota. Vas perdiendo musculatura, y para recuperar se necesita tiempo; y yo ese tiempo no lo he tenido. He tenido que correr para estar en los torneos que quería jugar, y eso lo dificulta», explica.

—Trató su enfermedad con naturalidad, y sigue haciéndolo. ¿Le interesa que su caso contribuya a que el cáncer deje de ser tabú?

—Al principio lo hice porque yo había anunciado mi retirada en el 2020. Me diagnosticaron ese verano, con Roland Garros y el US Open por delante, y tenía que dar una explicación de por qué no jugaba. Pero luego, sí, evidentemente ayudé a visibilizar algo que a veces se magnifica porque son enfermedades a vida o muerte. Intenté darle normalidad.