El último baile de Javier Gómez Noya: los Juegos Olímpicos de Tokio

DEPORTES

JOSE LUIS CARRASCOSA MARTINEZ

A los 38 años, el triatleta más laureado en distancia olímpica se despide este domingo de la modalidad con el reto del oro olímpico, en una cita adelantada a la madrugada de Tokio para mitigar el calor extremo

25 jul 2021 . Actualizado a las 10:51 h.

El último baile que este domingo afronta Javier Gómez Noya resulta superlativo mire por donde se mire (Eurosport, 23.30). El triatleta con el mejor palmarés de todos los tiempos en distancia olímpica —5 títulos mundiales, 3 europeos, 1 subcampeonato olímpico en Londres 2012, 3 Copas del Mundo cuando encumbraban al mejor de toda una temporada...— cambia de modalidad con el ironman en el horizonte. Tiene 38 años, una edad a la que ya nadie rinde sobre los 1.500 metros a nado, 40 kilómetros en bici y otros 10 a pie porque con el tiempo se pierden chispa y explosividad. Por eso el Capitán del triatlón se ha quedado solo, sin rivales de su generación a su alrededor, sino chicos con otras inquietudes. No llegó a la despedida en la marina de Odaiba, en la bahía de Tokio, entre lesiones y contratiempos, ni Alistair Brownlee, su enemigo íntimo, el rival con el que escribió las páginas más prodigiosas de su deporte. El campeón al que felicitó en el 2012, ambos tirados sobre la alfombra azul de la línea de llegada de Hyde Park, extenuados por el esfuerzo, en una imagen que ya forma parte de la mejor historia del olimpismo. La pelea que hoy tiene por delante el ferrolano tiene también algo de extrema. Se esperan unos 24 grados —con una sensación térmica mayor—, con un 75% de humedad, cuando comience la prueba en la capital de Japón a las seis de la mañana del lunes en la hora local. A partir de ahí, el sol irá apretando más y más, en una cita cuyo horario ya se adelantó para atenuar el impacto del tiempo.

No se declara máximo favorito Gómez Noya, que apunta al británico Alex Yee como principal candidato al oro. Y entiende que otra docena de rivales pueden estar en el podio. ¿Puede soñar entonces con el título, el único que le falta antes de volcarse en el ironman? La respuesta es sí. Los Juegos celebrados con calor extremo convierten un triatlón en un escenario mucho más impredecible. La gestión del esfuerzo en una situación extrema y el estrés máximo de una cita cuatrienal —una cadencia alterada ahora por la pandemia— suelen descartar rivales que en una prueba cualquiera terminarían pisando el podio.

No habrá hoy en el pontón de salida ni un triatleta con más experiencia que Gómez Noya, quien se adaptó al calor extremo durante dos concentraciones esta temporada en Cozumel (México). Allí, llegó a experimentar, los primeros días, un calor corporal superior a los 39 grados, antes de adaptarse al medio. Hoy se aguarda una temperatura del agua sobre los 30. Un caldo. Ahí comenzará una batalla extenuante. El último baile del capitán Gómez.