Luka Doncic, de debutante a estrella olímpica en solo un partido en Tokio

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BRIAN SNYDER | REUTERS

El esloveno anotó 48 puntos ante Argentina, segunda mejor marca de siempre

27 jul 2021 . Actualizado a las 12:26 h.

Conquistó Madrid. Conquistó España. Arrasó en Europa vestido de blanco y con la camiseta de la selección. Se fue a Estados Unidos y puso su pica, no en Flandes, sino en todos los estados que cuentan con franquicia de la NBA enfundado en el jersey de los Dallas Mavericks. Y ahora, el esloveno, va a por Japón.

Doncic ya es el segundo jugador que más puntos ha logrado en un partido de unos Juegos tras jugar con Argentina —actual subcampeona del Mundo— como un gato con un ovillo. El alero anotó 48, capturó 11 rebotes y repartió 5 asistencias en 31 minutos de juego. Era su debut olímpico.

Único en treinta años

En 1976, en Montreal, hubo más cosas aparte de Nadia Comaneci. El australiano Eddie Palubinskas anotó 48 puntos de los 120 que hizo su selección ante México, lo nunca visto. Doce años después, en Seúl, el año del último zarpazo de la Unión Soviética en el baloncesto, llegó el brasileño Oscar Schmidt para poner su nombre —y el de España— en los libros de historia. Anotó 55 puntos de los 110 tantos en la derrota de los sudamericanos ante el equipo de Antonio Díaz-Miguel, un récord que sigue vigente treinta y tres años después. Nadie se le ha acercado tanto como Doncic en estas tres décadas.

El brasileño todavía es el jugador con el promedio más alto de puntos en una cita olímpica, además del máximo encestador de la historia de los Juegos. Pero su carrera se circunscribió a su país y a la Liga italiana, a excepción de un par de temporadas en el Fórum Valladolid. No dio el salto a Estados Unidos, en parte porque por entonces jugar en la NBA era incompatible con acudir con la selección. Eddie Palubinskas sí fue drafteado. Fue elegido por los Hawks —como Doncic—, pero nunca llegó a debutar.

El esloveno de los Mavs ya ha igualado los 48 puntos del australiano y, visto su papel ante Argentina, es difícil pensar que los registros de Schmidt sean imbatibles. Su participación con su selección se cuenta por victorias. Ha jugado 14 partidos oficiales con Eslovenia y los ha ganado todos.

Su superioridad ante Argentina fue insultante, contribuyendo de manera capital al saco de puntos en contra que se llevó la albiceleste. Solo Estados Unidos, en los Juegos de Londres, había logrado hacerles más (126). Al descanso, Doncic había jugado 16 minutos y 25 segundos. El resultado parcial fue de Doncic 31-Argentina 29.

No quiere récords

El alero estaba de dulce, podría haber asaltado el altar de Oscar Schmidt, pero Aleksander Sekuli, seleccionador esloveno, le dio descanso cuando la victoria ya era segura. «No me preocupan los récords, queríamos una victoria y es a lo que vinimos. No importa, creo que ya teníamos ganado el partido, no importa», manifestaba el exterior tras el encuentro en el Saitama Super Arena. El exmadridista guía a su país en su primera vez en unos Juegos. Y en su estreno ya piensa en ganar el oro.

Debido a la ausencia de Goran Dragic, un baluarte del oro en el Europeo del 2017, en la lista para los Juegos, la selección eslava solo cuenta con dos jugadores en la NBA: Doncic y Cancar —Nigeria, por ejemplo, tiene a ocho—. El resto se reparten por Francia, la ACB (Mike Tobey, Prepelic, Zoran Dragic y Nikolic), la liga belga, Lituania o en su propio país. Y aún así, aspiran a lo más grande por la mera presencia de Doncic, que tras colarse esta temporada en el quinteto ideal de la NBA, todavía no ha encontrado su límite.

Pese a que el 77 ya piense en el oro, queda mucho por recorrer y muchos interrogantes sobre el nivel real de todos los participantes. Pero el dubitativo inicio de Estados Unidos en el torneo —sumado a sus preocupantes resultados en los amistosos previos— parecen pintar el escenario de Tokio como el idóneo para acabar con el dominio norteamericano.

España en el horizonte

Es cierto que es pronto, pero Argentina es la actual subcampeona del mundo y cuenta con jugadores sobrados de talento como Campazzo, Deck, Vildoza o el incombustible Scola. Pero el de Liubliana estuvo imparable. «Sabíamos de su calidad, pero tuvo un partido excepcional», dijo Vildoza. «No hemos podido detenerle en ningún momento», se lamentó Deck. «Jugamos a su ritmo en todo momento», se resignó Facu Campazzo. Lo cierto es que ante Argentina Doncic anotó de todas las meneras posibles. Destrozó a los sudamericanos desde el triple, sacó canastas con tiro adicional y castigó a la defensa cargando el rebote ofensivo. Y desde el tiro libre tampoco falla.

En el horizonte aparece también la selección española, que comparte el Grupo C con Argentina y la Eslovenia de Doncic. Ambas escuadras se enfrentarán el próximo domingo. La presencia de jugador de los Mavericks, asusta. España, pese a la baja sensible de Juancho Hernangómez, tiene argumentos. La última vez que se midió con Doncic en pista, España perdió el partido por 20 puntos.