Un récord de otro planeta

x.r.c. REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

LUCY NICHOLSON

Karsten Warholm, el atleta del método, se convirtió en el primer hombre en bajar de los 46 segundos en 400 metros vallas para ganar una final memorable

04 ago 2021 . Actualizado a las 10:16 h.

Karsten Warholm se convirtió en el primer hombre en bajar de los 46 segundos (45.94) en los 400 metros vallas. El noruego, todo trabajo y método, tuvo que batir su propia marca para llevarse el oro en la carrera de la distancia más colosal que se recuerda, con siete atletas batiendo sus mejores marcas y regando de récords de área sus palmarés.

«Es de locos. De largo, el momento más grande de mi vida, porque lo define todo, todas las horas que he puesto en él, todo aquello por lo que mi entrenador ha estado trabajando. Soñé con esto como un maníaco. Dormía todas las noches con el récord miles de horas pensando en él. Esta medalla completa mi colección», comentó en pleno estado de euforia minutos después de arrancarse la camiseta asombrado por la marca que había conseguido en el estadio olímpico de Tokio. Se llevó las manos a la cabeza y soltó un grito de época. Más de fornido lanzador que de fino velocista.

Warholm es una rara avis, un obseso de las vallas hasta el punto (cuenta su leyenda) de ir por las calles contando los pasos como si estuviera en el tartán. Un blanco en una prueba tradicionalmente dominada por los atletas de raza negra. El ránking de todos los tiempos lo dice todo: de los 17 atletas más rápidos, solo el primero es blanco. El siguiente en el ránking es Harald Schmid (47.48), el décimo octavo.

El noruego, campeón del mundo en el 2017 y 2019, tuvo que correr como nunca. Afilando su técnica de los 13 pasos para atacar las vallas altas (91,4 centímetros) con la pierna izquierda. Fue la presión del americano Ray Benjamin la que llevó al límite la carrera, tanto que Warholm vio el hombro de su rival tan cerca en la recta de meta que necesitó meter una marcha más para rebajar en 76 centésimas su récord anterior mundial. Curiosamente, su primer registro tuvo una vida de 33 días, cuando el de Kevin Young había permanecido intacto 29 años.

El éxito del método

El récord, por encima del oro, es el fruto del método. De una manera espartana de concebir el atletismo, con entrenamientos de siete horas tres días a la semana y con sesiones más cortas y aeróbicas otros tres días a la semana. El domingo es el único día de descanso y para ir al jacuzzi del entrenador.

La dieta es otra parte fundamental de las patas del banco del campeón. Contrató a un nutricionista, que como gran novedad apuesta por una ingesta ligera al mediodía, apenas un sandwich. Por la noche: carne o pescado con vegetales. Y de sus asuntos, como agente, se encarga su madre. Para que el noruego solo tenga que dedicarse a correr y a descansar. Todo para cumplir un sueño cuya realidad superó a la mejor de las fantasías. La final de los Juegos.