España pierde en la final contra Brasil y se queda sin oro en la prórroga (2-1)

DEPORTES

Fernando Bizerra | EFE

Un gol de Malcolm en el tiempo impide reeditar el triunfo de Barcelona 92 y el grupo de Luis de la Fuente se cuelga la plata

07 ago 2021 . Actualizado a las 17:49 h.

En el partido número 73 de Pedri en la temporada 2020-2021 y el 949 de Dani Alves como futbolista profesional, había una medalla de oro en Juego. España, la quinta del covid, buscaba darle el relevo a la generación de Cobi, saborear el cajón más alto del podio olímpico casi 30 años después de Barcelona. El rival, Brasil, campeona en Río 2016. No había adversario mejor para escribir una página de oro del fútbol español, tan falto de tinta últimamente ante el claro retroceso que la Liga vive frente a sus vecinos europeos. Autoestima para tiempos difíciles.

Los primeros minutos de juego de la final, fueron de tanteo. El punto de mayor interés estaba en ver el sorprendente desempeño de los recogepelotas japoneses, una exhibición de velocidad y coordinación. Una muestra de lo en serio que se toma todo la cultura nipona.

Sobre el verde, España amasaba la pelota y Brasil apostaba por un juego directo. Lo previsible. El juego era trabado y sobraba tensión. Errores y refriegas que calentaron el partido antes de que ningún aspirante hubiese siquiera disparase a puerta.

La primera ocasión fue para España. Y fue clarísima. Asensio colgó una pelota al área desde la banda derecha que Oyarzabal cabeceó y acolchó para la incorporación de Dani Olmo. El del Leipzig no llegó, pero el despeje de Diego Carlos le hizo un sombrero a su portero y el del Sevilla tuvo que dejarse la vida para sacar la pelota bajo palos y no anotarse un gol en propia meta.

Fernando Bizerra

Con una —otra— pérdida de balón de España, Brasil dio la réplica. Pau Torres se quedó enganchado rompiendo el fuera de juego. Richarlison, referente ofensivo de Brasil, vio la llegada de Douglas Luiz, que empaló como pudo un remate flojo dentro del área. Zubimendi llegó a tiempo para que todo se quedase en un susto.

Richarlison, futbolista del Everton —como no la Premier ya le echó la red nada más entrar en la veintena— es el gran talento de la canarinha olímpica. Muy móvil e inteligente, es el verso libre en el ataque que aporta el ADN típicamente brasileño a su selección en un fútbol cada vez más táctico y físico. Él dio el segundo aviso a España, aprovechando un pase profundo de Arana dentro del área, a la espalda de su marcador. Estrelló el esférico en el lateral de la red de Unai Simón. Hubo que contener la respiración un segundo para comprobar que ese balón había golpeado la malla por fuera y no se había colado dentro. Tiene talento, pero también sangre caliente y poco temple, lo que le costó una amarilla a la media hora por una falta sin pelota de por medio a Eric García. Le devolvió un rodillazo que el central del Barça le había propinado tres minutos antes y que también le costó la tarjeta al español.

Penalti absurdo

Unai Simón, otro de los futbolistas españoles que lleva un carro de partidos esta temporada, cometió un error. El del Athletic conjunta sus espectaculares reflejos con desconexiones —basta recordar que su titularidad fue debate nacional durante la Eurocopa—. En la final, tocó lo segundo. Salió a por uvas en un centro, midió mal y se llevó por delante a Matheus Cunha, que no tenía posibilidad alguna de rematar. Penalti tan absurdo como claro. Richarlison tomó la responsabilidad, y la responsabilidad pudo con él. Una ejecución pésima mantuvo las tablas. Se fue por encima del larguero.

Bofetón y al vestuario

España, ahogada en defensa, pedía la hora. El colegiado dio dos minutos de descuento para compensar todos los trámites del VAR en el penalti que concedió a Brasil. Richarlison avisó antes de que Claudinho colgase un balón al segundo palo que Dani Alves, listo como pocos, salvó de que se perdiese por la línea de fondo —que con 38 años le ganó en hambre a Cucurella— logrando bombearlo al punto de penalti. Pau Torres se comió esa pelota cuando tenía todo de cara para despejar. Cunha se encontró con la pelota y batió a Unai Simón para poner en ventaja a Brasil antes del descanso. Gol psicológico le llaman. Si el partido tenía pinta antes del gol, al descanso era aún peor.

Buscó mejorar España intercambiando en la segunda parte Merino por Soler y a Bryan Gil por Asensio. Adelantó la línea defensiva Luis de la Cruz, ambicioso, pero concedió más especio Brasil al contraataque. Richarlison perdonó de milagro una ocasión clarísima, en una contra montada en un abrir y cerrar de ojos recibió dentro del área, sentó a Óscar Gil con un quiebro y mandó la pelota al larguero en colaboración con el portero del Athletic. Pau Torres —poco fino— y el portero, añadieron todavía más incertidumbre al no entenderse para despejar el rechace. Se habla mucho de Pedri, pero nadie en toda Europa ha jugado más minutos que el defensor del Villarreal (5.549).

Fernando Bizerra

Se debió de tirar de los pelos, por muy cortos que los tenga Richarlison, pero tras fallar esa ocasión cantada llegó el empate de España. Fútbol fácil. Centro de soler desde la derecha y remate perfecto de Oyarzabal en el segundo palo. El de la Real le ganó esta vez a Dani Alves, su marcador. Gol sencillo tras un remate complicadísimo al primer toque. Partido nuevo.

Brasil se quedó en shock y España pasó a dominar y a sentirse a gusto en el partido. Por fin. Solo cedió el testigo en los últimos diez minutos del tiempo reglamentario. Como en la primera parte, la selección volvió a sufrir a la espera del pitido final para una nueva prórroga, la tercera en las últimas tres rondas. Sin embargo, el último coletazo al partido lo pegó España, con Bryan Gil estrellando una pelota en el larguero.

Media hora para la historia

Hubo cambio de capitán en la prórroga. Vallejo y Miranda dieron relevo en los costados defensivos a Cucurella y Óscar Gil.

La primera parte de la prórroga, Brasil goleó a los puntos, pero no logró marcar pese a la pesadilla constante por banda que fue Arana.

Con Rafa Mir en el campo en la segunda parte del tiempo extra, España buscaba una machada como contra Costa de Marfil, pero el cambio decisivo acabó siendo el defensivo. En un balón al espacio, Vallejo midió mal en un despeje y Malcom estuvo más rápido para meter el pie. Logró prolongar el balón y, en velocidad, dejó en la cuneta al jugador del Real Madrid. Un tanto similar al famoso de Bale superando a Marc Bartra en aquella final de la Copa del Rey entre Real Madrid y Barcelona. El delantero del Zenit no perdonó ante Unai Simón. Brasil lo buscó más cuando las fuerzas flaqueaban y se llevó el premio de oro. España repite lo logrado en Sídney y suma su decimoséptima medalla, la octava de plata para la delegación y la cuarta presea para Galicia. Esta vez en el cuello de Iván Villar.

Ficha técnica:

1 - Brasil: Santos; Dani Alves, Nino, Diego Carlos, Arana; Douglas Luiz, Bruno Guimaraes; Antony (Menino, m.112), Claudinho (Reinier, m-106); Cunha (Malcom, m.91) y Richarlison (Paulinho, m.114).

1 ? España: Unai Simón; Óscar Gil (Vallejo, m.91), Eric García, Pau Torres, Cucurella (Miranda, m.91); Zubimendi (Moncayola, m.111), Mikel Merino (Carlos Soler, m46), Pedri; Asensio (Bryan Gil, m.46), Oyarzabal y Dani Olmo.

Árbitro: Chris Beath (Australia) amonestó a Arana (m.19), Richarlison (m.31), Cunha (m.64), Douglas Luiz (m.89) y a Eric García (m.26) y Bryan Gil (m.105+1) en España.

Goles: 0-1, min. 45+2: Cunha. 1-1, min. 60: Soler.2-1, min.108: Malcom.

Incidencias: Final masculina de fútbol de los Juegos Olímpicos de Tokio disputado en el Estadio Internacional de Yokohama (Japón). Sin público por las restricciones debido a la pandemia del coronavirus.