Chuso García Bragado, el último dorsal de una leyenda

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

KIMIMASA MAYAMA

El marchador se despide tras convertirse en el único atleta que participó en ocho Juegos Olímpicos

07 ago 2021 . Actualizado a las 10:00 h.

Se acabó. Treinta años después de su primera prueba, Jesús Ángel García Bragado cuelga el dorsal. Pero lo hace como el atleta con más participaciones de la historia del atletismo olímpico, ocho, la mejor medalla que se puede llevar de recuerdo el niño que empezó en el atletismo y le pidió a su entrenador del Club Tajamar que le recomendase una disciplina en la que pudiera ser bueno.

«He dedicado toda mi vida a preparar Juegos Olímpicos», comentó Chuso a La Voz antes de emprender viaje a Sapporo para su último baile. El primero fue la mítica cita de Barcelona en 1992, en donde fue décimo; para entonces, ya había hecho cumbre al proclamarse campeón del mundo en Stuttgart 1993. Aquella fue la primera de sus seis medallas en los más grandes campeonatos internacionales, solo le faltó la olímpica para completar el círculo, pero seguro que no cambia ese momento por convertirse en el hombre con más Juegos en la faz del atletismo superando a la jamaicana -luego eslovena- Merlene Ottey, que con 40 años solo disputó un relevo en su séptima participación olímpica.

Bragado, a sus 51 tacos, se va después de remar durante 4:10:03 para terminar, exhausto y sin fuerzas, los últimos 50 kilómetros marcha de la historia del atletismo. Los dos se van del olimpismo de la mano. «Ha llegado el momento de retirarse», volvió a repetirse en el lejano oriente. Los años, sus dos operaciones de cadera y la visita constante al mecánico, como llama cariñosamente a sus médicos, son argumentos lapidarios para el punto y final.

Se va, convencido que es lo mejor, pero no del todo contento. Su ambición sin límites quería un adiós con plaza de finalista, pero el día y las elementos solo le dieron para un trigésimo quinto puesto. En Sapporo no pudo recoger cadáveres, su tradicional táctica desde el cambio de siglo, y bastante hizo con finalizar: «Hay que entender por qué es el momento de la retirada. Me hubiera gustado hacerlo mucho mejor, pero hay que aceptar la edad y ahora comienza una nueva vida». Admitió que por momentos temió romperse y solo una voz interior que le decía: «Chuso, si no acabas, te vas a arrepentir toda la vida» le hizo encontrar las fuerzas necesarias para cruzar la meta.

García Bragado, que ha visto pasar un cambio de siglo, de moneda, de cinco presidentes del gobierno y hasta una pandemia durante su larga carrera en activo, siempre ha sido un espíritu libre, dueño de sus propias decisiones, gustasen o no.

Una filosofía que seguramente exportará a la vida que comienza hoy mismo y que tendrá en su profesión de podólogo y en su faceta de entrenador sus grandes ejes. Su nueva razón de ser.