Empate en el derbi en el que se volvió a la normalidad

Juan M. Arribas

DEPORTES

César Quian

Oviedo y Sporting acaban en tablas  (1-1)  con goles de Lucas y Djuka en un Tartiere repleto

09 oct 2021 . Actualizado a las 23:49 h.

Un arreón de última hora del Sporting dejó tablas en un derbi intenso en el que el público llenó de nuevo el Carlos Tartiere en un signo de la nueva normalidad tras una dolorosa pandemia. Un Oviedo con más carácter en la primera mitad y parte de la segunda acabó desfondado y un Sporting con las lagunas psicológicas habituales de otros derbis supo superarse y romper la mala racha de los últimos años en un atisbo de calidad de sus dos mejores jugadores: Villalba y Djuka.  

La primera parte siguió el guion de los últimos derbis asturianos. La elaboración del Sporting frente al fútbol directo, sin intermediarios, del Real Oviedo. Un primer cuarto de hora con un equipo rojiblanco más metido en el partido, con disparos peligrosos de Aitor y Fran Villalba, y la sensación de que Gragera y Pedro Díaz manejaban la manija con fluidez y que Villalba, técnicamente el mejor jugador en el campo, podía ser desequilibrante. Todo un espejismo que duró un cuarto de hora.

Porque a partir de ese momento, el Real Oviedo se adueñó del campo a su estilo. Con carácter, con balones largos, con una línea de presión adelantada y con un Obeng omnipresente en la lucha. El Sporting que ganaba los duelos en el primer cuarto de hora pasó a perderlos y aunque la posesión del balón continuaba porcentualmente en su balanza, era una posesión inane, en zonas alejadas del área, una posesión inofensiva.

Enfrente un Oviedo enrabietado, con el carácter habitual, con un aviso de Obeng en el minuto 20 en un disparo interceptado por Mariño. El gol fue el siguiente paso. La clase de Borja Sánchez, que nunca falta a los derbis y un derechazo en volea de Lucas de alta categoría, preciso, pegado al poste. A partir de ahí (minuto 28), el Oviedo se manejó con comodidad en el campo, fiel a su estilo, de líneas rectas, y con un David Costas imperial en defensa, muy bien acompañado por Calvo. El Sporting, por el contrario, volvió a padecer los fantasmas del pasado, con las lagunas psicológicas habituales cuando hablamos de derbis. La intensidad era patrimonio del Oviedo y el Sporting aportaba su estilo de manejo de balón, pero romo en ataque porque Villalba apenas aparecía.

En la segunda parte siguió el guion hasta que el combustible del Oviedo se agotó. El Oviedo gozó de oportunidades para redondear el partido (Borja Bastón la tuvo clara en el minuto 70), con disparos de Viti y Obeng, pero el Sporting adelantó líneas y se sacudió la parálisis que había sufrido en los últimos derbis. Fue una muestra de fe. Un incisivo Aitor dominó la banda derecha y de allí surgieron las mejores ocasiones para los rojiblancos. Con un Oviedo inclinado hacia su portería nació el tanto del empate en una precisa combinación entre Villalba y Djuka, en la única ocasión que pudo desembarazarse de Costas. En el tramo final, Pombo también tuvo la oportunidad de desempatar para el Oviedo, pero el partido acabó en tablas, con un Oviedo que se abona el empate y que apenas conoce la derrota y un Sporting que rompe la mala racha en un excelente comienzo de temporada.