Laporta cree que Nico González puede ser el heredero de Luis Suárez, único balón de oro español

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Joan Laporta firma en el libro de honor de la peña barcelonista de Marín, durante su visita a Galicia
Joan Laporta firma en el libro de honor de la peña barcelonista de Marín, durante su visita a Galicia Ramón Leiro

«Marcará una etapa de éxitos», aseguró el presidente del Barcelona sobre el hijo de Fran durante su visita a Galicia

07 nov 2021 . Actualizado a las 10:09 h.

«En el Barça hemos tenido un balón de oro gallego, que fue Luis Suárez [único español con este galardón]. Estamos trabajando para tener otro, y creemos que Nico marcará una etapa de éxitos». Con esta loa hacia el coruñés se despachó Joan Laporta el pasado viernes durante su intervención en la reunión que mantuvo en Marín con representantes de las peñas barcelonistas de Galicia. 

Desde que regresó al club azulgrana, Laporta ha mostrado su apuesta por el hijo de Fran, que se ha convertido en una de las revelaciones de esta temporada en Primera División. De hecho, nada más tomar posesión, su primera actuación con un futbolista fue firmarle a Nico un contrato profesional con una cláusula de rescisión de quinientos millones de euros.

Fue una de las notas destacadas de la visita a Galicia de un Laporta que repitió hasta la saciedad lo a gusto que se encuentra siempre que viaja a nuestra comunidad. Se lo transmitió al más de centenar de peñistas gallegos que compartieron cena con él y con el séquito de directivos que le acompañaron. Y lo explicó recordando su etapa anterior en la presidencia que, en sus comienzos, tuvo similitudes con esta: una entidad con graves problemas, tanto económicos como deportivos, y un viaje a Galicia, en su primer año de gestión, el 2003, a partir del cual se desencadenaría el período más exitoso de la historia del club.

El dirigente no regateó a nadie que se lo pidiera ni foto, ni autógrafo, ni dedicatoria, siempre de buen humor, aceptando bromas y con guiños permanentes a Galicia «porque el Barça tiene muchos lazos con Galicia» y citó algunos: El primer himno del Barça, compuesto por Antonio Lodeiro Piñeiro, de Mondoñedo. El campeonato de España de 1922, jugado en Vigo contra el Irún: «Ganamos 5-1. Dicen las crónicas que había 15.000 barcelonistas dentro y 10.000 fuera, y la gran mayoría, gallegos». Recordó a Pepe Rodríguez, delantero del Barça de 1910 a 1913, «porque conservamos su camiseta, que es la más antigua de la entidad y la tenemos en el museo». Y no olvidó a Manolo Tomé (que estaba presente en la cena) ni a Quique Costas, del Barça de Cruyff de 1973-1974; ni a Luis Suárez, «gallego y único balón de oro español». 

Laporta empatizó con los aficionados gallegos que lo acompañaron, especialmente aquellos que rompieron a cantar A rianxeira, y vieron como el presidente del Barça se levantaba de la mesa y se unía a ellos interpretando la canción como buenamente podía, tema este con el que, ni corto ni perezoso, cerró su discurso de despedida entonando «La virgen de Guadalupe cuando...», hasta que toda la sala se puso a cantar y tapó su comprensible castrapo.

«Me gustan las canciones populares de Galicia», afirmó al finalizar el Miudiño, y demostró que así tenía que ser, porque allí donde escuchaba cantar, se sumaba para tararear o pronunciar lo que le fuese posible.

Dicen que Joan Laporta se encuentra más a gusto con los peñistas de fuera de Cataluña, y de su comportamiento se deduce que es verdad, porque se vio que disfrutaba ye reconoció: «Tiene que ser muy difícil ser barcelonista a centenares de kilómetros del Camp Nou, vosotros sí tenéis mérito». Y anunció que volverá, aunque, esta vez, Galicia no fue fetiche, por lo menos ayer en Balaídos.