¿Los Lakers se ahogan en glamur?

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El equipo angelino, plagado de jugadores All Star, recuerda al de Kobe Bryant, Shaquille O'Neal, Payton y Karl Malone, que se quedó sin el anhelado anillo

02 dic 2021 . Actualizado a las 09:04 h.

Los Lakers han optado por repetir esta temporada un modelo de colección de estrellas del que no guardan un buen recuerdo. En la campaña 2003/04 Gary Payton y Karl Malone, dos veteranos a los que les faltaba el anillo de campeones en sus brillantes carreras, se sumaron a un equipo californiano que parecía llamado a marcar una época con Kobe Bryant y Shaquille O'Neal. Pero ni el maestro zen Phil Jackson fue capaz de poner orden entre dos egos que se acabaron separando a la conclusión de ese curso. A eso se le sumó que Malone, quien en su dilatada etapa en los Utah Jazz parecía indestructible, tampoco tuvo suerte con las lesiones. Aquel colectivo que empezó la carrera como candidato número uno al título cayó en la final ante unos Detroit Pistons liderados por Chauncy Billups y los Wallace, Rasheed y Ben.

Esta temporada los Lakers volvieron a reunir un plantel plagado de individualidades con un amplio recorrido en el All Star. Los vigentes campeones conservaron a su pareja de lujo, LeBron James y Anthony Davis. Entre las caras nuevas figura el repescado Rajon Rondo, que fue campeón con el propio equipo angelino y con los Celtics de Boston. Y aparecen otros tres nombres que estaban llamados a grandes logros y todavía siguen en esa búsqueda: Russell Westbrook, coleccionista de triples dobles sin éxitos colectivos; Carmelo Anthony, una de las mejores muñecas de la NBA, huérfano de títulos; y Dwight Howard, un cinco de acero, un talento físico que no ha conseguido ser sostén de sus equipos. Otra de las caras nuevas, DeAndre Jordan, parece un secundario de altos vuelos al lado de nombres tan rutilantes, incluso rampantes.

Estos Lakers están llevando el mismo camino que aquel de principios de siglo que se quedó sin el anhelado anillo, probablemente porque se olvidaron de contratar un químico en el proceso de composición de la plantilla. No acaban de mezclar bien. Son octavos del Oetes, con 12 victorias y 11 derrotas, muy por debajo de sus expectativas.

Anthony Davis continúa haciendo buenos números. LeBron, con las intermitencias de sus ausencias por lesión o sanción, siempre será el jugador que tiene respuestas para la pregunta: ¿Qué hay que hacer para ganar?

Pero los nuevos no acaban de darle vuelo al equipo. Dwight Howard, que parecía el heredero más cercano a Shaquille O'Neal, nunca ha terminado de ser un pívot dominante. Westbrook y Carmelo Anthony siempre son una amenaza en ataque, pero no conocen el éxito colectivo. Y, en los Lakers, de momento, tampoco. El equipo es víctima de una contradicción que no tiene fácil solución. Incluso van cogiendo fuerza los rumores sobre una destitución de Frank Vogel, el mismo entrenador que fue capaz de ganar el anillo el pasado curso.

Lo hizo con un equipo que tenía en la defensa su principal seña de identidad. Pero se han ido buena parte de los fajadores en la retaguardia, han llegado finos estilistas en vanguardia y ahora los angelinos están entre los equipos que más puntos encajan, una media de 113,2 puntos por partido. En su conferencia, solo los Sacramento Kings (113,3) y los Memphis Grizzlies (114,4) presentan peores registros en la contención. Y a ellos se les suma el colista de la Conferencia Oeste, Charlote Hornets (114,9).

A un solo partido estos Lakers son un equipo temible. Ningún otro rival reúne en sus filas tanto talento anotador y, a poco que apriete en defensa, sus opciones de victoria crecen exponencialmente. Ahí tiene el talón de Aquiles. Puede firmar números aceptables en la retaguardia un día, pero le cuesta encontrar el equilibrio. Entre los 23 primeros partidos disputados, en diez encajó 120 puntos o más. Y si el listón se pone en los 115, hay que añadir otras ocho contiendas. La peor derrota llegó el día 27 en el Staples, ante los Sacramento Kings: 137-141. Este miércoles consiguió dejar al mismo rival en 92 puntos, en el Golden Center, y la victoria fue púrpura: 92-117.