Muere Ricardo Hevia, inolvidable entrenador del Breogán

Luis Conde LUGO / LA VOZ

DEPORTES

ALBERTO LÓPEZ

Sus restos ya se pueden velar en el Tanatorio As Gándaras, donde hoy a las 19.00 horas se celebrará una misa por su alma, y su entierro se celebrará el lunes en Mieres

10 ene 2022 . Actualizado a las 21:30 h.

El mundo del baloncesto llora la pérdida de Ricardo Hevia Álvarez, una leyenda de este deporte y concretamente del breoganismo, que falleció este sábado, a los 81 años. El asturiano perdió la vida tras haberse sometido en el Hospital Universitario Lucus Agusti (HULA) a una delicada operación hace dos semanas. Nació en Mieres en el año 1940, y toda su vida la dedicó al baloncesto, deporte que fue su gran pasión hasta el final. De hecho, era quien se encargaba de los comentarios técnicos y de opinión en La Voz sobre el Río Breogán. Comenzó muy joven en Mieres, jugando en el equipo local, y a los 26 años decidió emprender su faceta de entrenador. Así, fue preparador del Oviedo, el Gijón, el León durante un año y, luego, recaló en Lugo para entrenar al Breogán, de esto hace ya 33 años. No solo lo cautivó el equipo lucense, al que dirigió durante varias temporadas, sino que se enamoró de la ciudad en la que se quedó a vivir, en una urbanización en Outeiro de Rei. Y conocía sus barrios, tenía sus amigos y, como bien dijo en una entrevista en La Voz como demostración de lucencismo, «incluso mi hijo es de Lugo».

Entre sus anécdotas, recordaba cuando el Breogán empezó su ascenso y le tocó en la final para subir a Segunda, lo que sería ahora la liga LEB, jugar contra el Mieres, equipo del que él era técnico. Curiosamente, después de aquel encuentro, a los veinte años se convertiría en el entrenador del equipo lucense.

En cuanto a sus rincones favoritos, Ricardo Hevia se inclinó siempre por el Pabellón Municipal de los Deportes y la zona centro de la ciudad, concretamente la Praza da Soidade y la Rúa San Pedro. «El Pabellón de los Deportes —comentaba— es para mí algo muy importante en mis recuerdos. Tengo muy presente el día que llegué para entrenar al Breogán, un viernes, y en la jornada siguiente jugamos contra el Estudiantes, al que ganamos por 14 puntos. Pasé varias temporadas trabajando en este polideportivo y allí descubrí lo que era jugar con el Pabellón lleno a rebosar, incluso con gente en las puertas; también disfruté la pasión que se vivía, algo que ahora ya no es tanta, pues aunque el Pazo se llena, no se ve tanta pasión entre los aficionados».

Le gustaba llegar con mucha antelación al Pazo porque decía que se sentía bien respirando ese ambiente de baloncesto, esa luz que le hacía recordar viejos tiempos. Siempre contaba una anécdota, que recordaba con mucho cariño, de cuando volvió a ese lugar como entrenador del OAR Ferrol. El público lucense le brindó una ovación de varios minutos.

De lo que no hay duda es que el Pabellón representaba algo sentimental muy importante en Hevia, ya que cada vez que pasaba por delante del mismo, le echaba una mirada que era toda una añoranza. El casco histórico de Lugo era su segunda pasión, por ello otro de sus lugares favoritos era la Praza da Soidade, a la que era raro el día en que no acudiera a tomar un café o una cerveza en sus terrazas.

Ricardo Hevia fue un trotamundos del básquet. Además de entrenar al Breogán, el asturiano dirigió al Gijón Baloncesto, Trahedi Oviedo, OAR Ferrol, Murcia y Ourense Xacobeo. Al cuadro lucense lo entrenó cuatro temporadas en la ACB, siendo las siguientes en la EBA y en la LEB. En una de sus entrevistas en La Voz, Hevia reconocía que cuando comenzó nunca pensó que llegaría a ser profesional y a vivir del baloncesto.

Era un personaje muy conocido y querido en la ACB. En sus últimas visitas al Pazo, se le vio departiendo muy amistosamente con gente como Alberto Herreros, en la visita del Real Madrid, o el jefe de los árbitros de la liga, José Antonio Martín Bertrán. Siempre eran charlas relacionadas con el baloncesto. Era un acérrimo seguidor del Oviedo y el Real Madrid. A mayores, era un gran amante de los animales. Cuidaba con mucho cariño de sus perros.

Sus restos mortales ya se encuentran en la sala 2 del Tanatorio As Gándaras donde este sábado a las 19.00 horas se oficiará una misa por su alma. El entierro se celebrará el lunes en Mieres, su localidad natal, en «la más estricta intimidad familiar».

Muy apegado a Ferrol y con vínculos con Ourense

Ricardo Hevia entrenó al Clesa Ferrol durante la temporada 1991-92 en la ACB, y volvió al club dos temporadas más tarde. También dirigió, en una de sus últimas experiencias profesionales, al Ourense Xacobeo 99.

En Ferrol son muchas las personas del baloncesto que guardan un imborrable cariño a Hevia: jugadores como Ricardo Aldrey, Anicet Lavodrama y Miguel Piñeiro, el agente José Cobelo, representante del entrenador Luis Casimiro, uno de los técnicos a los que enseñó y arropó en sus inicios, el doctor Pepe Pérez Vila... Y en Ourense también dejó su huella.