Luis Enrique ante el Mundial

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Luis Enrique Martínez, técnico de la selección española de fútbol
Luis Enrique Martínez, técnico de la selección española de fútbol EFE | Marcel Del PozoPOOL

El entrenador asturiano llegará a Catar con un equipo sólido pero que aún tiene que subir su promedio goleador si quiere triunfar

03 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El asturiano Luis Enrique será otro de los protagonistas en 2022 (pandemia mediante) al frente de la selección en el Mundial de Catar. El pasado mes de noviembre, tras ganar 1-0 a una Suecia que no se lo puso fácil una vez más en el Estadio de La Cartuja, la Roja sacó su billete para jugar en el país árabe a orillas del golfo Pérsico.

La gran pregunta que todos se hacen es si el asturiano triunfará, tras dejar buen sabor de copa en la Eurocopa, con unas más que dignas semifinales y caer por los penalties ante Italia. También el papel fue bueno en la Nations League, derrotado honrosamente ante la potente Francia.

El regreso de Luis Enrique tras un parón causado por un penoso episodio familiar, ha sido ascendente. Su selección ha demostrado en esas últimas competiciones un alto nivel pese a las numerosas lesiones. Demostró tener recursos gracias a su estrategia de hacer jugar a todos, rotar constantemente a sus futbolistas, salvo la portería en la que Unai Simón es un fijo. 

Por lo tanto, mantiene el interés, la tensión y la buena forma de sus jugadores, esto último muy importante en un país en el que sufrirán las altas temperaturas del golfo. Por otra parte, el equipo español tiene siempre vocación de dominar los partidos, sea quien sea quien está al otro lado. No se arredra, no le importa que sea una campeona del mundo como Francia o el mito alemán. Lucha y empuja.

Esa falta de complejos le ha venido funcionando bien al asturiano. Frente a rivales de peso, demuestra no solo que puede ganar, sino que puede crecerse y controlar el balón más y mejor. En eso influye también el buen ambiente del vestuario y el apoyo psicológico que se dan unos a otros: se llevan bien, son una piña y eso los hace fuertes, muy fuertes.

Por tanto, la ausencia de grandes estrellas (y egos) puede parecer un hándicap, pero es, al mismo tiempo, un arma secreta. Nadie reclama el protagonismo y muchas veces se ha demostrado mucho más rentable para una selección ser uno para todos que todos para uno.

En cuanto a las carencias, el míster deberá a atajar la crítica más acerada que se le suele hacer: buen juego, buen rollo, pero poco gol. España tiene problemas para sumar en el marcador y eso no es ninguna sorpresa para nadie. La Roja podría ser una de las favoritas para Catar, pero sin goles no hay paraíso: a partir de octavos, todo son finales y no se puede llegar a lo más alto sin dejar claro quién manda.

Veamos qué dice él de todo esto, cuando se le preguntó por el famoso encuentro ante Italia. «En estos partidos suele haber una tendencia a la sobreexcitación y es algo que debemos evitar. Que seamos una selección no muy experta no significa que no tengamos jugadores con mucha experiencia en clubes internacionales», advirtió antes de profundizar en las exigencias del duelo.

«Somos líderes en cuanto a posesión de balón, pero Italia también puede hacer uso y disfrute del balón. Son una selección que también se puede adaptar a jugar sin balón, pero están más cómodos y son más fuertes con el balón. Nuestro objetivo es claro: queremos y necesitamos el balón», confirmó.

Sobre su control de la selección, dijo: «Es evidente que soy un líder, pero estoy fuera del campo. Lo importante está dentro del campo. Lo difícil es marcar goles, presionar bien, adelantar líneas, las cosas que hacen los jugadores. Si tuviéramos la fortuna de ganar este partido y aparecer en la final, claramente sería mérito de ellos». Casi lo consigue.