Los hermanos Williams y Muniain marcaron las diferencias

Francisco Brea
Fran Brea REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Iñaki y Nico Williams, tras el partido ante el Atlético de Madrid
Iñaki y Nico Williams, tras el partido ante el Atlético de Madrid Julio Munoz

El Athletic remontó y acabó consiguiendo un merecido pase a la final ante un Atlético falto de ideas

14 ene 2022 . Actualizado a las 08:47 h.

No pasará a los anales de la historia el partido que disputaron Atlético y Athletic en la segunda semifinal de la Supercopa. Falto de ritmo y sin chispa, el encuentro solo se comenzó a animar tras el gol rojiblanco. Antes poca cosa por parte de ambos. Únicamente cuando se encontraban Muniain e Iñaki Williams en el ataque vasco parecía que podía suceder algo, una vez que João Félix se apagó pronto para desgracia de los colchoneros.

Marcelino y Simeone tenían sus planes y el Cholo solo hizo cambios obligados cuando que se vio por debajo en el marcador. Lo mismo le ocurrió a Marcelino, que en el minuto 70 hizo un triple cambio que fue fundamental. Básicamente porque le dio entrada a Nico Williams, que saltó al césped sin complejos.

Ni Oblak pudo pararlos

Nico lo intentó y con su hermano Iñaki creó una gran jugada, ya con el 1-1 en el electrónico, que solo porque estaba Oblak defendiendo la portería colchonera no acabó en gol.

Pero ese paradón del guardameta esloveno no solo le dejó la mano dolorida, sino que también acabó en un córner del que se volvió a encargar Muniain. Minutos antes, Iker ya había puesto un balón perfecto que Yeray no desaprovechó y cabeceó a la red. En esta ocasión, fue Íñigo Martínez el que impactó el cuero con la cabeza, pero con la mala suerte, o eso parecía, de que un compañero desvió el esférico.

Lo que se suponía una carambola desgraciada se acabó convirtiendo en una bendición, porque el balón fue a donde estaba el hombre que había salido al campo para marcar el devenir del duelo. Nico Williams conectó un gran disparo desde la frontal que supuso la victoria de los leones, que intentarán revalidar título el domingo ante el Real Madrid.

Muy endeble el conjunto del Cholo, que ni propuso demasiado ni fue capaz de destruir. La solidez y contundencia que antaño convertía a los colchoneros en un equipo temible y aguerrido ya no se vislumbra, mientras la racanería y el repliegue cuando va por delante en el marcador se puso de manifiesto.