Tiger Woods escribe otra proeza del golf en el Masters de Augusta

Paulo Alonso Lois
Paulo Alonso REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

BRIAN SNYDER | REUTERS

Catorce meses después de que un accidente destrozase su pierna derecha, brilla en su reaparición con una primera tarjeta bajo par

08 abr 2022 . Actualizado a las 09:02 h.

Si no fuera por su andar pausado en algunos momentos de su primera ronda en Augusta o por su rigidez para recoger la bola del hoyo, apenas algún detalle estadístico sobre la violencia de su swing, inapreciable al ojo humano, habría evidenciado este jueves que Tiger Woods volvía al golf de élite 14 meses después de que un accidente a 140 kilómetros por hora destrozase su pierna, su tobillo y su pie derechos. Después de una operación de seis horas, pasó tres meses postrado en una cama, se pasó a la silla de ruedas, se ayudó de muletas y comenzó a esculpir de nuevo su fibroso cuerpo de atleta. Hasta que este jueves Tiger Woods, con otra decena de intervenciones quirúrgicas en su historial médico, regaló otra proeza a la historia del deporte. Reapareció con un juego soberbio en el Masters (Movistar Golf, 18.30), su torneo fetiche, donde ganó cinco de sus 15 grandes, pero ahora persigue, a sus 46 años, la victoria a mayor edad en la historia del campeonato (Jack Nicklaus se impuso en 1986 con 46 años, pero unas semanas más joven que Woods).

Cuando muchos de los jugadores aún no habían salido a jugar, Woods llegó a situarse segundo, de forma provisional, tras su birdie en el hoyo 6 (-1). Después de cinco horas en el campo, se retiró con una tarjeta de 71 golpes (-1), a tres del líder provisional al cierre de esta edición, el australiano Cameron Smith.

El regreso de Tiger ya era un acontecimiento, pero su rendimiento confirmó lo que primero se sospechaba y después se encargó de confirmar el martes el propio Woods. Si volvía, era porque se veía con posibilidades de ganar el Masters. En una vuelta en la que tuvo que recurrir con frecuencia a brillantes golpes de recuperación, regaló otros dos momentos mágicos. Los birdies en el 13 y en el 16, este en uno de los hoyos más emblemáticos del campo, con un putt de más de ocho metros,

Augusta mostró este jueves una cara engañosa. Lució el sol, sopló el viento y el campo drenó los hasta 25 litros por metro cuadrado caídos la víspera con la rapidez que se le presupone a uno de los paraísos del golf. Así que las calles estuvieron algo receptivas, y se esperan más firmes desde hoy y hasta el domingo. En esas condiciones, por citar solo algunos ejemplos, Woods terminó muy por delante de jugadores como Bryson DeChambeau (+4) y Justin Thomas, que también habían terminado ya su recorrido.

El Tigre ha vuelto, y, como siempre, es capaz de todo.