La fotocopia de la vergüenza

DEPORTES

FER

02 may 2022 . Actualizado a las 11:09 h.

A la selección española de rugbi se la han cargado del Mundial de Francia 2023 por darle unos minutos, al final de los dos partidos ganados a los Países Bajos —el rival más flojo del grupo—, a un tipo al que convocaron con el pasaporte falsificado. Sería ya de por sí un escándalo de gruesas proporciones, sobre todo cuando España tenía ya garantizada una plaza que solo había disfrutado una vez, hace más de veinte años, pero el incidente cobra proporciones bíblicas por ser la segunda vez consecutiva que a los leones se los devora la insuficiencia administrativa por una alineación indebida.

España, que ya se quedó sin opciones de presentarse en el Mundial de Japón 2019 después de formar ante Bélgica con dos jugadores —Mathieu Belie y Bastien Fuster— que habían debutado previamente con la selección sub-20 francesa, le dio bola esta vez al pilier sudafricano Gavin van der Berg, amparando su nacionalización en una fotocopia de no se sabe qué. Un documento que avalaba que había permanecido en España los 36 meses, de forma continua, a los que el reglamento obliga para obtener el permiso, sin haberse marchado más de 60 días. La federación, cuyo presidente ha dimitido ya, culpa a su club —el Alcobendas—, de haberse inventado la fotocopia. Van der Berg borró apresuradamente de sus redes sociales todos los viajes que lo situaban fuera de España. «Me he partido la cara por mi país, conseguimos el éxito de nuestras vidas y, por una fotocopia, nos dejan fuera», contó, afligido, Manu Mora, el más veterano de la selección, que pensaba retirarse tras el Mundial. Van der Berg aceptó la trampa, el Alcobendas la diseñó, y en la federación, con un precedente para la alerta, nadie se molestó en comprobarla. Así se destroza un deporte en un país.