Pasillo al VAR en el Atlético - Real Madrid

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ISABEL INFANTES | REUTERS

09 may 2022 . Actualizado a las 09:44 h.

Ancelotti suspiraba antes del derbi. Leía y releía la alineación del Atlético, pero no se lo creía. Griezmann, la bandera del actual proyecto, y el artífice de la Liga pasada, Luis Suárez, se quedaban en el banquillo por decisión de Simeone. El italiano miraba su once y a buen seguro que hubiera cambiado a cualquiera de los dos descartes por Jovic, Asensio o Rodrygo, los tres muertos vivientes con que el Madrid jugó en ataque en la primera parte. El Principito salió tras el descanso. Rectificar es de sabios, dicen, pero a este Atlético, que ha involucionado desde la plantilla más ambiciosa de su historia a un juego tan ramplón que lastima, le salvó el VAR para que no volviese a los vestuarios como había salido. Solo el ímpetu con que Vallejo cortó una carrera de Cunha en perpendicular a la portería de Lunin llevó al árbitro a pitar un polémico penalti en el que el defensa pisó la bota del delantero cuando este ya se estaba cayendo. El videoarbitraje no vio, en cambio, en la segunda parte una entrada en el área a Vinicius en una ocasión que Asensio acabó malogrando.

Después del no pasillo al campeón liguero, bien podrían haberse dispuesto los rojiblancos en fila para honrar al monitor de Soto Grado, protagonista de un derbi más intenso que preciso, con la necesidad local pendiente del acierto de Carrasco, anoche su mejor jugador, pero al que el Cholo sustituyó angustiado con el Madrid volcado sobre la meta de Oblak. Maneras de vivir.