El US Open, el primer grande del golf en dos bandos

DEPORTES

AMANDA SABGA | EFE

El cisma por el circuito saudí planea sobre el torneo que comienza este jueves en Brookline

16 jun 2022 . Actualizado a las 09:03 h.

Justo cuando el golf vive su mayor cisma de las últimas décadas, el US Open —un torneo abierto a todos los jugadores sin distinción, el ideal del sueño americano, porque un anónimo que puede llegar a ganar el título llegando desde las previas—, regresa desde este jueves (Movistar Golf, 14.30) a un escenario con mucha historia detrás. El tercer grand slam del año se disputa en The Country Club de Brookline, a las afueras de Boston, en uno de los cinco clubes que fundaron en 1984 la United States Golf Association (USGA), la organizadora del torneo. El emblemático recorrido, en sus muy variadas combinaciones de hoyos, acoge por cuarta vez este major, que siempre terminó en un desempate. Desde el guion de película de la victoria en 1913 de Francis Ouimet siendo un anónimo. Nada que ver con la situación actual, cuando el vestuario se divide en dos bandos: los tradicionalistas, que defienden el legado y la historia del PGA Tour, y el díscolo, seducido por las cifras millonarias del LIV Golf, el nuevo calendario de capital saudí, enarbolando la bandera de la libertad para jugar en cualquier circuito.

En aquel US Open de 1913, Ouimet era un amateur de 20 años que vivía junto al campo y jugó ayudado por un cadi de 10 años, Eddie Lowery. Para ganar, después de 72 hoyos, tuvo que superar en un desempate a 18 a los dos fenómenos de la época, los británicos Harry Vardon y Ted Ray. En una historia de fábula, su victoria trascendió las fronteras habituales de las noticias de golf en Estados Unidos. Y aquel torneo está considerado, desde entonces, como uno de los hitos que contribuyeron de forma decisiva a la popularización de este deporte, multiplicando su seguimiento y sus practicantes.

En medio del cisma, dos de las figuras que más se han significado en defender uno y otro bando, compartieron jornada de prácticas el martes: Jon Rahm, abanderado del legado del PGA Tour por encima de la tentación de los premios mareantes del LIV Golf, y Phil Mickelson, ganador de seis grand slams y al que se le atribuye un contrato de 200 millones de dólares con los impulsores del nuevo calendario para liderar la revolución. Por encima de diferencias, el español, el defensor del título que ganó el año pasado en Torrey PInes, y su mentor, compartieron sonrisas y confidencias para quitar hierro a la guerra del golf.

Rahm es uno de los españoles que compite desde hoy en Brookline, donde también juegan Sergio García (uno de los díscolos) y Adri Arnaus. Los cuatro grand slams de momento son territorio neutral, porque su organización recae en entidades ajenas al PGA Tour, el circuito que ha decidido expulsar a quienes disputen el LIV Golf. La guerra dialéctica previa dura hasta hoy, cuando el golf vuelva a viajar en el tiempo. Hasta el campo donde Francis Ouimet escribió una epopeya.