Mario García confirma con un bronce en el Campeonato de Europa la recuperación del 1.500

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WOLFGANG RATTAY | REUTERS

El salmantino se pegó a Ingebrigtsen, que ya suma dos oros, y firmó la séptima medalla para España

19 ago 2022 . Actualizado a las 11:18 h.

El 1.500 pasó el examen. Si en Eugene fue Katir quien se hizo con el bronce mundial, en Múnich recogió el testigo Mario García Romo para hacerse con el tercer lugar del podio siguiendo en todo momento la estela del intratable Jakob Ingebrigtsen, que se colgó su segunda medalla de oro en el Europeo después de ganar el martes el 5.000. Para España fue la séptima medalla del campeonato.

La final del 1.500 prometía para los españoles. Después de quedarse sin finalistas en la cita continental del 2018 en Berlín, a la final de Múnich llegaba con la armada al completo y con serias opciones de medalla. Sin embargo, solo Mario García Romo estuvo en la lucha por el podio de principio a fin. En una carrera rápida, Ignacio Fortes salió marcando el ritmo, pero su paso por la cabeza del pelotón fue efímera. El tiempo que tardó el noruego Ingebrigtsen en asumir el mando de las operaciones. En ese cambio de guardia, Mario García, que había sido cuarto en el Mundial, fue el más listo de todos y se pegó al vikingo. Detrás de él, viajó gran parte del recorrido en una cómoda segunda posición hasta que en la última vuelta se desataron las hostilidades.

Jakob pegó un cambio brutal y se fue solo a por el oro. Sin su guía, García Romo se aferró a la cuerda para defender la segunda plaza, pero el británico Jake Heyward llegó más fresco y se hizo con la plata. Defender el bronce tampoco estuvo nada fácil, pero el español aguantó el arreón final del italiano Prieto Arese y, aunque muy justo de fuerzas, entró como tercero sacándose la espina de la medalla de chocolate de julio pasado en Oregon. Gonzalo García, el segundo español, fue sexto y sumó plata de finalista y el valiente Fortes terminó undécimo.

El 2022 está resultando un año redondo para una de las grandes promesas del renacido 1.500. García Romo, de 23 años, ganó el campeonato de España, brilló en el Mundial, se subió al podio en el Europeo y fue uno de los atletas más destacados de la NCAA. De matrícula.

Con los resultados de las dos grandes citas del verano, puede darse por concluida la crisis del 1.500, la distancia más aristocrática del atletismo español que llevaba años sumida en el anonimato. Otra buena noticia que añadir a la actuación española en Múnich, que sigue camino del récord de medallas y finalistas.