España, en el podio del Europeo

Xosé Ramón Castro
x. r. castro REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

WOLFGANG RATTAY

La selección cierra la cita de Múnich con 10 medallas, cuatro de ellas de oro, y como tercera clasificada, recuperando su lugar en el atletismo continental

22 ago 2022 . Actualizado a las 10:20 h.

Múnich parece la tierra prometida del atletismo español. En la ciudad bávara vivió uno de sus momentos más felices en el 2002 cuando regresó a casa del Europeo con 15 medallas y como segunda en el medallero tan solo por detrás de Rusia. Hoy no vuelve tan lleno de metales (finamente, fueron diez) pero sí con la misma sonrisa y recuperando su lugar como potencia en la corte del atletismo continental al finalizar en la tercera posición del medallero tan solo por detrás del anfitrión, Alemania, y de Gran Bretaña. En la jornada final del Estadio Olímpico de Múnich, España redondeó la cosecha con el oro de Mariano García en el 800. Le faltó la guinda del relevo femenino 4x100, que se quedó a las puertas.

Porque después de superar con buena nota el Mundial de Eugene con dos bronces pese a las bajas, el Europeo se presentaba como la gran reválida de un año que marca el inicio de la cuenta atrás para los Juegos de París. Y en esa ecuación, al margen de las 10 medallas y de los 26 puestos de finalistas, aparecen otros intangibles. El primero, que dos graneros como la marcha y el 1.500 están de vuelta.

La marcha fue, sin duda, la gran triunfadora para la delegación española, aportando dos de las cuatro medallas de oro (Miguel Ángel López en los 35 km y Álvaro Martín en los 20), una de plata para Raquel González y el bronce de Diego García Carrera. Casi la mitad del botín lo aporta el sector que lidera el vigués Santi Pérez.

El 1.500, con una travesía mucho más dura y larga en el desierto, se desperezó en Eugene con el bronce de Katir, pero en Múnich, Mario García Romo recogió el testigo para hacerse con la tercera posición y para sumar la plaza de finalista con Gonzalo García.

Alemania fue también el triunfo del método en los relevos, con tres finalistas de cuatro posibles, un récord de España con medalla de chocolate y el cuarto puesto del 4x100 femenino. Los técnicos del sector de velocidad llevan muchos años apostado por la metodología, por fabricar una entrega de testigos que rayen la perfección (aunque ayer el cuarteto femenino falló en ese aspecto) y por pulir una generación fantástica de velocistas.

Asier Martínez y Mo Katir son los dos hombres del verano. Sorprendieron en Oregon y remataron la faena en Baviera. El navarro, ganando una final por una milésima para colgarse su primer oro dejando en testimonial la ausencia de Orlando Ortega, que a priori era una baja de consideración. Katir demostró que es un todoterreno de la pista, porque en Estados Unidos se hizo de bronce en el milqui y en Múnich apretó al mismísimo Jakob Ingebrigtsen para ser plata. Mariano García, por su parte, es el atleta español del año al añadirle al oro mundial bajo techo de Belgrado el título de campeón de Europa del 800.

A nivel individual, España solo conquistó una medalla en categoría femenina frente a las siete masculinas. Raquel González, en la marcha, fue la única de romper la tendencia. Por disciplinas, en Múnich quedó claro que España puede competir en cualquier frente. La velocidad dejó de ser un tabú, el fondo sigue siendo un lugar de culto y la ruta, el principal granero. Faltaron los concursos para dibujar la postal perfecta. La cosecha se completó con dos medallas colectivas en el maratón: la plata del equipo femenino y el bronce del masculino.

El décimo puesto de Belén Toimil, lo más destacado de los gallegos

Galicia apenas tuvo protagonismo en el Europeo. Con la baja de Ana Peleteiro por embarazo, las principales opciones recaían en Adrián Ben, que no pudo superar el corte de semifinales del 800. Antía Chamosa buscaba en su debut como internacional absoluta un top-10 en la marcha larga, pero la pontevedresa pagó el esfuerzo inicial y Belén Toimil cumplió su objetivo de estar en la final, en la que terminó décima.

La reina de Múnich con tres medallas de oro en las pruebas de 400 metros

Femke Bol sale de Múnich como tricampeona de Europa. «No soy una máquina, pero lo parezco», dijo la neerlandesa después de colgarse su tercer oro al cuello. Porque la referencia del atletismo naranja no dio opción a sus rivales en todas las pruebas del 400: ganó las vallas, los lisos y el relevo 4x400, además con una incidencia brutal al remontar en la última posta con una aceleración espectacular.

Por calendario, no resulta habitual que un atleta pueda atender en el mismo campeonato a los 400 vallas y los 400 lisos, pero la disposición de las pruebas en Múnich abrió una puerta al triplete que Bol no desaprovechó. «Sabía que era una semana difícil para mí, pero estaba preparada para el reto», indicó en el estadio. La holandesa se convierte en la primera mujer de la historia en conseguir el triplete.

Femke Bol (Amersfoort, 2000) no es ninguna desconocida en el mundo del atletismo. Ya tiene un bronce olímpico conseguido en el 400 vallas en Tokio y también es subcampeona mundial, tan solo por detrás de la inaccesible Sydney Mclaughlin, la plusmarquista mundial de la distancia. Derrotar a la americana es el único reto que le queda a Bol a sus 22 años. Difícil, pero no imposible.

Mariano García, una moto de oro en el 800 metros

Mariano García se hizo con el oro continental en los 800 metros con una exhibición en la final, marcando el ritmo de la carrera desde la primera vuelta y aguantando todas las embestidas para hacerse con el oro con marca personal: 1:44.85. El título de campeón de Europa es la guinda a un año que comenzó como campeón del mundo en pista cubierta y confirma el nivel de la distancia en España con el viveirense Adrián Ben como uno de los máximos exponentes.

El español ya había avisado en semifinales de su estado de forma. El de Cuevas de Reyllo (Murcia) prendió su moto característica en la presentación y ya no se bajó de ella hasta la línea de meta. Su único momento de tranquilidad fue la curva del inicio antes de pasar a la calle libre. Tan pronto se vio en la cuerda como penúltimo, esperó que pasara la curva y, acto seguido, aceleró para colocarse primero antes del toque de campana.

Del primer puesto ya no se bajó, mantuvo el ritmo y aguantó los dos ataques. Uno, largo y desde atrás del sueco Andreas Kramer, y otro, en la recta de llegada del británico Jake Wigtman, pero el campeón del mundo de 1.500 en Eugene en ningún momento pudo superar a Mariano García.

«Para la final pensé en hacer lo mismo. Sabía que me tendrían controlado pero aceleré en la primera vuelta. Hice fases de mitin. Prácticamente he clavado los parciales. Estoy muy fuerte, dije que podía hacerlo y así ha sido», comentó el murciano tras la final.

El relevo 4x100, a las puertas

El relevo 4x100 femenino se quedó a las puertas de sumar su primera medalla. En realidad, dejó pasar una oportunidad histórica después de las descalificaciones de Gran Bretaña y Francia, dos de las favoritas. España falló en su fuerte, en la entrega del testigo, en concreto en la última posta cuando Maribel Pérez recibió el testigo.

El error le privó de estar en la lucha por el bronce que terminó llevándose Italia contra todo pronóstico. Las transalpinas habían quedado por detrás del cuarteto español en la final del Mundial de Eugene. El triunfo fue para Alemania y la plata, para Polonia.

Por otra parte la barcelonesa Xenia Benach cayó eliminada en las semifinales de los 100 vallas.