El hombre más feliz con un 0-0

Iván Díaz Rolle
IVÁN ROLLE RIBADEO / LA VOZ

DEPORTES

El Trofeo Amistad enfrenta al Ribadeo y al Andés, a cuyos porteros entrena Germán Vale

31 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

La práctica totalidad de quienes presenciarán el segundo capítulo del Trofeo Amistad esta tarde a las 19.30 en San Pedro aguardan un buen espectáculo con muchos goles que confirme los buenos avances del Ribadeo o el Andés para el nuevo curso en Preferente. Germán Ángel Vale Varela (O Vicedo, 1970) prefiere que los dos equipos se queden en blanco. Y no por falta de cariño hacia ellos, sino más bien al contrario. Él vibrará con las paradas de los cuatro porteros que moldea y será feliz si son capaces de poner el candado a sus redes.

Germán es el preparador de guardametas del Andés y, desde hace un par de temporadas, también realiza esa tarea en el conjunto vecino del Ribadeo. «Solo nos enfrentamos en dos partidos de pretemporada porque compiten en dos federaciones distintas; el Andés en la asturiana y el Ribadeo en la gallega», apunta un hombre que, por su colegiación en el Principado se sentará con las tropas azulgranas.

«Por ganas, me sentaría en los dos, pero estoy colegiado en la Real Federación del Principado de Asturias y con ficha federativa en el Andés, así que, por normativa y muy a mi pesar, me tengo que sentar en el banquillo local, aunque muchas veces desde la grada se ven cosas desde el punto de vista táctico que en el banquillo no aciertas a percibir», explica.

Su papel como agente doble, hará que los cuatro porteros conozcan bien a los rivales a los que se miden: «Al conocer la forma de trabajar de ambos, juego con ventaja porque conozco las exigencias que los porteros van a tener. Además, para ambos es uno de los partidos más exigentes de la pretemporada, aunque el marcador de la ida de este torneo de la Amistad no diga lo mismo». 

El Ribadeo ganó 4-1 como local

En la primera entrega del Trofeo Amistad, hace una semana en el Pepe Barrera, los de Dani Moirón confirmaron sus buenas sensaciones esta pretemporada con un triunfo por 4-1. También vencieron al Astur Vegadense (0-5) y al Narcea (3-0), mientras que igualaron sin goles frente al Viveiro, de la división superior. Para el Andés, mientras, ese fue el único borrón desde su reaparición ante el Avilés Stadium (1-2). Luego igualaron con Navia (0-0) y Puerto de Vega (1-1) y vencieron al Real Tapia (0-4), el Narcea (2-1) y el Astur Vegadense (1-6).

«Para un entrenador de porteros, el objetivo siempre es mantener la portería a cero. Eso significaría que Carrera, Topy, Diego y Juan hicieron bien su trabajo», sostiene Germán Vale cuando se le pide mojarse sobre sus preferencias para el partido. Su sistema de trabajo es similar en las dos entidades: «Mi trabajo está condicionado por necesidades tácticas, físicas y psicológicas en las que se encuentren los porteros y los equipos a lo largo de la competición, pero en estos momentos precompeticionales se diferencian poco. Solo condicionan las cargas y molestias, así como la necesidad de trabajar la prevención de lesiones para llegar en las mejores condiciones a la Liga el 11 de septiembre».

El estratega vicedense es un enamorado del fútbol y de la profesión de portero, que, defiende, requiere un cuidado distinto: «El portero ni siquiera está sometido a las mismas reglas de juego que un jugador. Puede coger el balón con la mano en su área y va vestido de un color distinto. Partiendo de ahí, su preparación tiene que ser totalmente distinta, ya no solo físicamente, sino también táctica y psicológicamente. Tendríamos que escribir un libro, pero el jugador de campo y el portero son dos deportistas totalmente distintos que solo comparten cancha de juego y forman parte de un mismo equipo».

Germán acumula 16 años formándose y trabajando en esta especialidad que empezó a practicar como «portero frustrado en mis tiempos en Lugo»: «Siempre fue la figura olvidada». No para el Ribadeo y el Andés, a los que agradece el mimo: «Llevo ocho temporadas en el Andés, alternando esta función con la de entrenador del equipo de Liga Nacional juvenil, en el que estuve dos años. Cuando la nueva directiva se hizo cargo del Ribadeo, la dirección deportiva mostró interés en incorporarme a este área porque los porteros y Dani Moirón consideraban necesario tener a un especialista. Dadas las buenas relaciones entre los equipos, no tengo problemas para compaginar entrenamientos».