Las protestas tensan el Mundial

Antón Lestón Lago
antón lestón REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES

Neil Hall | EFE

Siete selecciones renuncian al brazalete LGTBI+ por temor a represalias de la FIFA, pero ni los jugadores ni el público respetan el himno de Irán, e Inglaterra repite reivindicación antirracista

22 nov 2022 . Actualizado a las 09:13 h.

Que el de Catar iba a ser un Mundial envuelto en polémicas era un presagio fácil de adivinar. Se trata de un país que incumple derechos fundamentales, que sigue anclado en la desigualdad entre hombres y mujeres y que consiguió ser anfitrión de esta cita mundialista de una forma un tanto sospechosa. Ingredientes que parecían incitar a los participantes a alzar la voz en contra de las injusticias, aunque la FIFA quiso adelantarse alertando de diversas restricciones. La primera fue para los aficionados, pues en un apartado de su página web, en el que da información de interés para los espectadores que deseen vivir el Mundial en primera persona, advierte de que todo el que acceda al país catarí lo hará bajo la responsabilidad de cumplir con el estricto código ético allí estipulado.

Un obstáculo más a la hora de ejercer una libertad de expresión que el máximo organismo internacional de fútbol también intentó limitar a través de sanciones deportivas. Así lo dieron a conocer el domingo las siete selecciones que estaban dispuestas a portar el brazalete One Love, en apoyo a la lucha del colectivo LGTBI+. En Catar, la homosexualidad es perseguida y la FIFA anunció a las federaciones de Alemania, Inglaterra, Gales, Bélgica, Dinamarca, Suiza y los Países Bajos, que el portador del brazalete sería amonestado con tarjeta amarilla al iniciar el choque. «Estábamos dispuestos a pagar una multa, pero nunca se había visto que la FIFA quiera castigarnos dentro del campo. Va contra el espíritu de este deporte», anunció la federación neerlandesa horas antes de que la Oranje jugase contra Senegal.

No obstante, pese a la continua persecución de la entidad que preside Gianni Infantino contra cualquier mínima reivindicación social, el fútbol volvió a responder con diversos gestos y comportamientos solidarios.

INGLATERRA

Apoyo a la lucha antirracista

Una de las selecciones que más habían clamado contra las injusticias existentes en Catar había sido Inglaterra. Hasta el capitán, Harry Kane, había hablado el sábado de la importancia de demostrar su rechazo a la discriminación sexual del país. Y, aunque él no pudo hacerlo con el brazalete arcoiris, sí lo hizo Alex Scott, exfutbolista profesional que comentó el partido para la BBC a pie de césped. Además, todos los jugadores ingleses, incluidos los del banquillo y el equipo técnico, hincaron la rodilla en el césped justo antes del pitido inicial. Este gesto, ya protocolario en los encuentros de la Premier League, muestra el rechazo contra cualquier forma de racismo por parte de los integrantes de los Three Lions.

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IRÁN

Una atrevida protesta

La selección de Irán que dirige Carlos Queiroz ha sido, por ahora, la protagonista de una de las grandes reivindicaciones sociales de este Mundial. En protesta a la violencia que están sufriendo las mujeres en su país, los jugadores decidieron no cantar el himno nacional. Acto seguido, los seguidores realizaron una sonora pitada, mientras sonaba el himno sin que nadie lo entonase. No obstante, en las gradas también se pudieron ver varias pancartas y carteles con las palabras Woman, Life y Freedom (Mujer, Vida, Libertad), aunque la retransmisión televisiva no reparó demasiado en esas imágenes.

Otra historia muy comentada es la de su delantero, Sardar Azmoun, perseguido por el régimen iraní por apoyar públicamente la lucha de las mujeres tras el asesinato de la joven Masha Amini a manos de la Policía de la Moral. Su convocatoria generó mucho revuelo, pero Queiroz no dudó en hacerlo jugar pese a llegar a Catar después de varias semanas inactivo por una lesión. Irán anotó dos goles, que tampoco fueron celebrados, aunque el contexto del partido tampoco ayudaba (6-2).

Ya en la rueda de prensa llegó, a través de su capitán, la defensa más directa a los derechos de las mujeres en su país: «Querría expresar mis condolencias a todas las valientes familias iraníes, que deben saber que estamos con ellas. Tenemos que aceptar que las condiciones en nuestro país no son las correctas y que nuestra gente no está contenta. Nosotros estamos aquí pero eso no quiere decir que no tengamos voz o que no las debamos respetar. Espero que las condiciones cambien y acepten las demandas del pueblo», dijo Ehsan Hajsafi.

BÉLGICA

No lucir la palabra «love» 

La segunda equipación de Bélgica homenajea al festival de música electrónica Tomorrowland con diversos detalles coloridos, como la palabra «love» (amor) en la nuca. Cuatro letras que la FIFA le ha pedido eliminar a la federación belga. Bélgica ni aceptó ni declinó la demanda, simplemente contestó que jugarán los tres partidos de grupos con su primera elástica y que tomarán la decisión si en algún momento se ven obligados a usar la segunda.

Segunda jornada con los estadios medio vacíos

Más allá de todo lo que conlleva organizar un acontecimiento internacional de tanta repercusión en un país falto de democracia, otras muchas protestas previas al comienzo de la cita se debían a la nula tradición y cultura futbolística de Catar. Un alegato que se hizo visible a los pocos minutos de comenzar el primer Mundial de fútbol que se celebra en Oriente Medio. El partido inaugural, disputado entre Catar y Ecuador este domingo en el estadio Al Bayt dejó una imagen poco habitual en la historia de las Copas del Mundo. Al descanso, con la derrota por 0-2 de los anfitriones, muchos aficionados decidieron abandonar las gradas, descontentos por el rendimiento de los suyos. Las escenas de la segunda parte fueron desoladoras.

Además, por las redes sociales se han viralizado vídeos de aficionados ecuatorianos siendo increpados por celebrar los goles de su selección.

Puertas abiertas

¿Estrategia o error?. Las imágenes de las gradas semivacías fueron también recurrentes en el segundo día de competición. Sobre todo en el segundo partido de la jornada, el que enfrentó a Senegal y Países Bajos en el Estadio Ahmad Bin Ali, con capacidad para 40.000 espectadores. Y eso que los aficionados allí presentes lo dieron todo para crear una gran atmósfera, sobre todo los africanos, pero lo cierto es que el aspecto del campo dejaba mucho que desear. Aunque la situación fue mejorando a medida que avanzaba el partido.

Esto fue debido a que un error informático hizo que las puertas se abriesen para todos aquellos que mostrasen la aplicación Hayya, que sirve de visado en Catar y a la que se accede una vez el viajero consigue alojamiento y entrada para, al menos, un partido del campeonato.

Así, no era necesario haber adquirido el boleto para este encuentro, sino que muchos aficionados al fútbol que se encontraban en las inmediaciones del estadio se animaron a entrar y mejoraron una imagen hasta entonces descafeinada. Por eso mismo, varias voces desconfiaban ayer de que más que de un error, se tratase de una estrategia de la organización.