Marruecos, el Rocky Balboa de este Mundial

DEPORTES

Regragui, admirador de Simeone, basa en la solidez defensiva el éxito sin precedentes de la selección que más balones intercepta y despeja

12 dic 2022 . Actualizado a las 10:29 h.

Walid Regragui (Corbeil-Essonnes, Francia, 1975) se sentó en la sala de prensa del estadio Al Zumama. Marruecos acababa de eliminar a Portugal. «No tenemos las mismas armas que otros equipos, pero esto es como la vida. Aunque tengas menos talento, menos dinero... con trabajo todo se puede hacer. No es un milagro, somos los Rocky Balboa de este Mundial. ¿Por qué no vamos a ganarlo?». Regragui había asumido el banquillo marroquí dos meses antes, tras el cese del bosnio Vahid Halilhodzic, enfrentado a Hakim Ziyech.

La de Portugal era su octava cita como seleccionador. Cinco en el Mundial y tres amistosos antes de llegar a Catar. En esos ocho partidos, Marruecos ha encajado un solo gol, frente a Canadá en el último de la fase de grupos, y lo anotó Aguerd en su propia portería. Ha concedido solo nueve tiros a puerta en todo el Mundial. Ni Croacia, ni Bélgica, ni España, ni Portugal fueron capaces de marcarle. Ninguna selección se había acercado a unos registros semejantes desde la Italia de Marcello Lippi en Alemania 2006.

En esa solvencia defensiva está el secreto de su éxito. «No dejamos espacios y sabemos que tenemos jugadores técnicos que pueden marcar la diferencia en cualquier jugada. Y también hemos tenido suerte, porque el palo ha estado con nosotros en esta Copa», recalcó Regragui tras la histórica clasificación para semifinales. Se acordó de Simeone, al que confesó admiración, cuando le cuestionaron por las referencias de su planteamiento: «Y al del Cholo también. Voy a decir una cosa que no está bien, pero que él la ha hecho de forma increíble. Estamos bien tácticamente y con un corazón que es muy grande».

Superó las bajas en defensa

Marruecos es la selección que más balones ha despejado en el Mundial —137— y la que más balones ha interceptado, 52. Bono ha hecho solo cinco paradas. «Tuvimos que cambiar mentalidades, deshacernos de ese complejo de inferioridad. Estoy pellizcándome, soñando», celebró el meta. Regragui ha tenido que ir sorteando los problemas en una zaga perfectamente definida: Achraf Hakimi en el lateral derecho, Aguerd y Saiss como pareja de centrales, y Mazraoui en el flanco izquierdo. El central del West Ham y el lateral del Bayern no pudieron estar en cuartos. Y Saiss, el capitán, tuvo que marcharse lesionado contra Portugal en el minuto 56. Su concurso contra Francia está en seria duda. Es decir, del muro pertrechado por Regragui, solo Hakimi acabó la última eliminatoria.

En un planteamiento diseñado para jugar al contraataque, y que renuncia de forma expresa a la posesión como arma, la contención marroquí tiene en el apabullante despliegue físico de Sofyan Amrabat otra parte de su secreto. El mediocentro, por el que el Fiorentina había pagado al Brujas 15 millones, y que ahora —con contrato hasta el 2024— no consigue renovar, ha disparado su cotización como uno de los jugadores más destacados del Mundial. Acabó el partido contra Portugal con una bolsa de hielo en la rodilla. Recuperarlo contra Francia es clave para Regragui.

«¿Quién es ese muchacho?»

Junto a Amrabat en la zona ancha se despliegan habitualmente Amallah y Ounahi. «Me ha sorprendido gratamente el número 8. No recuerdo su nombre, lo siento. ¿De dónde ha salido ese muchacho?», preguntó Luis Enrique tras consumarse la eliminación de España. El 8 es Ounahi, que jugaba en tercera división hace un año y que tiene al Angers, colista de la primera francesa, frotándose las manos. Allí juega también Sofiane Boufal —segundo mejor regateador tras Mbappé— y uno de los puntales de Marruecos. Francia lo llamó cuando jugaba en el Southampton, pero fue precisamente un francés, Hervé Renard —hoy seleccionador de Arabia Saudí—, el que lo convenció de que jugara con Marruecos, el país de su madre. Su baile con ella sobre el césped, tras eliminar a Portugal, es otra de las imágenes del Mundial. Boufal se reparte el ataque con Ziyech y En-Nesiyri.

En ninguno de los cinco partidos que ha afrontado en Catar, la selección de Regragui ha sido la protagonista del partido. Su posesión más alta la alcanzó ante Canadá (41,2%) y la más baja, frente a España (23,2%). Su media es del 31,92 %. «Sabemos que tenemos calidad arriba para decidir cualquier partido», dice el seleccionador marroquí. Le espera Francia, donde nació. «Es mi segundo país». Regragui quiere repetir la fórmula.