Samuel, Ayala y Aimar, el trío de ilustres que acompaña a Lionel Scaloni en el banquillo

DEPORTES

HAMAD I MOHAMMED

Suman entre los tres 225 partidos con la Albiceleste

17 dic 2022 . Actualizado a las 12:17 h.

El interminable camino de Lionel Messi en su lucha por ganar la Copa del Mundo comenzó hace más de 16 años, en el Mundial de Alemania del 2006. Los anfitriones eliminaron a la Albiceleste en cuartos de final, en un abarrotado Estadio Olímpico de Berlín. A José Pekerman, seleccionador del conjunto sudamericano, se le reprochan dos de sus decisiones: dar entrada al espigado delantero Julio Cruz en vez de a Leo Messi, y retirar al dueño del diez argentino, el brillante Juan Román Riquelme, por un mediocentro de perfil defensivo como Esteban Cambiasso.

En el banquillo, al lado del que con el tiempo sería uno de los mejores jugadores de la historia de Argentina, estaban dos miembros del actual cuerpo técnico de la selección: Lionel Scaloni, seleccionador, y Pablo Aimar, uno de sus ayudantes. Otro asistente del exdeportivista, Roberto Ayala, anotó un imponente cabezazo —marca de la casa del ex del Valencia— que adelantó a los suyos. Culpa o no de los cambios de Pekerman, Alemania empató a pocos minutos del final con un gol de Klose. En la fatídica tanda de penaltis, los hermanos superaron a Argentina, en la que es su única derrota desde los once metros en una Copa del Mundo.

Scaloni, testigo de la primera decepción de Messi, defiende la decisión de Pekerman. «Sinceramente, si me apuras, si me preguntas a mí, en el banco de suplentes, yo hubiera hecho lo mismo», apuntó el santafesino a Infobae. Según señaló, La Pulga no estaba en las mejores condiciones físicas.

De aquello han pasado cuatro Mundiales ya. Messi dejó de ser una incipiente promesa para ser una absoluta leyenda. En Catar, Scaloni recibiría muchas más críticas que Pekerman por retirar al rosarino. Probablemente, varios millones más.

El ex del Dépor reunió en su banquillo a todo un elenco de ilustres: los mencionados Ayala y Aimar y, también, a otro defensor con solera, como era Walter Samuel. Entre todos ellos, suman 232 partidos con la selección.

Pablo Aimar. Un discurso viral

Juan Ignacio Roncoroni | EFE

Pablo César Aimar (Río Cuarto, 1979) fue un futbolista de muchos quilates. Pieza clave en el exitoso Valencia de Rafa Benítez, deleitó con su fútbol también en el Real Zaragoza y el Benfica, antes de volver al River Plate. El rosarino tiene un título sin trofeo, pero vale su peso en oro: fue el ídolo de su paisano más reconocido, Leo Messi. «Se retira un grande, uno de mis ídolos. Gracias por todo lo que nos hiciste disfrutar con tu magia», le escribió el jugador del PSG al conocer el anuncio de retirada de Aimar.

El exfutbolista es, además de ayudante de Scaloni, seleccionador de la Sub-17 de Argentina. Sus reflexiones en varias entrevistas sobre aspectos tácticos o de formación son carne de vídeos virales en las redes sociales. «Para mí no se entrena igual a adultos que a jóvenes. A un chico de 13, 14 o 15 años, mi opinión es que tiene que ser más salvaje, más libre de toque. Con el tiempo las cuestiones tácticas se incorporan», reflexionó en una charla con la Fundación River Plate. Del mismo modo, su llanto en el estadio Lusail tras el gol de Messi ante México son ya imágenes icónicas de la andadura de Argentina en este Mundial. Nadie ejemplificó mejor la tensión que se acumula en la concentración.

Roberto Ayala. El impulsor de De Paul

Juan Ignacio Roncoroni | EFE

Roberto Fabián Ayala (Paraná, 1973) es el miembro del cuerpo técnico con más partidos con la selección. El exdefensor suma 116 partidos con la albiceleste. Él también sintió en sus carnes el dolor de la derrota y no solo en Alemania. Su adiós del combinado argentino no pudo ser más amargo. Dijo adiós tras perder la final de la Copa América del 2007 por 3-0 ante Brasil. Uno de los tantos de la Canarinha fue un autogol del zaguero. Ayala afirmó que su despedida no se debió a su error en la final: «Tomé la decisión hace tiempo, porque creo que un ciclo termina, y con mi baja empieza otro en el equipo. No me voy por esta Copa». El zaguero fue una pieza clave, como Aimar, en el Valencia. Allí logró ganar dos ligas. También es recordado con cariño en el Real Zaragoza, después de lograr el ascenso con los maños. «Esto es mejor que ganar el Mundial», afirmó el defensor.

Roberto Ayala vive su primera experiencia en los banquillos tras ejercer de secretario técnico en el Valencia y el Racing de Avellaneda, su último club como jugador. Él fue el responsable de la llegada a Europa de Rodrigo de Paul, que pasó del Cilindro a Mestalla.

El asistente técnico se emocionó al final de una entrevista en Catar. Ayala quiso aprovechar el foco de las cámaras para mandarle ánimos a Óscar Garré, un defensor histórico que fue campeón del mundo junto a Maradona, en 1986. Su excompañero sufrió un infarto recientemente. Ambos compartieron vestuario y línea defensiva en Ferro Carril Oeste. Garré apuraba sus últimos años como futbolista, y Ayala ya apuntaba maneras como defensa central con sus increíbles saltos, con los que contrarrestaba sus 1,77 metros de estatura.

Walter Samuel. Amor de hijo

Noushad Thekkayil | EFE

Walter Samuel (Laborde, 1976) completa la terna de asistentes con historia en la Albiceleste. El exfutbolista hizo inexpugnable la zaga del Inter. En España es conocido por su paso por el Real Madrid, ya que jugó durante la temporada 2003-2004 en Chamartín. Para entonces ya hacía tiempo que había dejado de ser Walter Luján para ser Walter Samuel. El defensor cambió de apellido para rendir homenaje a su padre adoptivo, Óscar Samuel. «Lo amo como si fuera de mi sangre», apuntó el futbolista en 1998, cuando despuntaba en Boca Juniors.

En Catar, vive su tercera experiencia como técnico asistente, tras pasar previamente por los banquillos del Inter de Milán y el Lugano de Suiza. Él es el único de los cuatro internacionales del cuerpo técnico que no estuvo en Alemania 2006. Sin embargo, sí que estuvo en el fiasco de su selección en Corea y Japón, cuatro años antes. La Albiceleste de Marcelo Bielsa se fue a casa tras caer en la fase de grupos.