
«Hablé un poco con Messi tras el partido. Le felicité porque era la búsqueda de una vida para él», lamenta
30 dic 2022 . Actualizado a las 09:15 h.El delantero francés Kylian Mbappé cree que nunca va a poder digerir la derrota en la final del Mundial de Catar, pero afirmó estar centrado en su club, el París Saint-Germain (PSG), y restó importancia a posibles polémicas por las celebraciones argentinas del título.
«Pienso que nunca la voy a digerir. Ahora, como he dicho al entrenador y a los compañeros de equipo, no hay ninguna razón para que mi club pague un fracaso en la selección», dijo el futbolista a la prensa francesa tras el encuentro liguero disputado con el Estrasburgo.
En sus primeras declaraciones tras el retorno del Mundial, Mbappé admitió que los últimos días fueron difíciles, pero dijo que le «hace bien» volver a jugar a su club -fue, de hecho, clave para la victoria del PSG anoche (2-1)- y sentir el cariño de sus aficionados. «He intentado volver con la mejor energía posible», aseguró.
Consultado sobre si había hablado con su compañero de equipo pero rival en la final, Lionel Messi, y por las celebraciones argentinas de la victoria, Mbappé rechazó sumarse a cualquier polémica. «Hablé un poco con él tras el partido. Le felicité porque era la búsqueda de una vida para él. Para mí también, pero yo fallé y hay que ser siempre buen jugador. Las celebraciones no son mi problema. No hay que perder energía en cosas tan inútiles», aseveró.

La magia de Mbappé no fue suficiente para Francia
El guion de la final del Mundial cambió en apenas 15 minutos. Otamendi derribó en el área a Muani y Mbappé, pese a la buena estirada de Emiliano Martínez, no perdonó. Quedaba todavía un gol para establecer el empate, pero con esa pena máxima Francia y su principal estrella ya estaban despiertos. Y, todo ello, después de 70 minutos decepcionantes, en los que ningún francés había sido capaz de disparar entre los tres palos de la Albiceleste.
Poco después, Kylian Mbappé demostró una templanza digna de la estrella planetaria en la que se ha convertido. El parisino tejió una pared con Thuram, que le devolvió de cabeza el esférico. No se lo pensó. Sin dejar botar el esférico, se inventó una volea que superó el marco del Dibu.