Vini baila entre cantadas

Iván Antelo REDACCIÓN

DEPORTES

Peter Powell | EFE

Como de costumbre, el Madrid regresó de la muerte con dos goles del brasileño e infinidad de errores defensivos de un Liverpool decepcionante y fallón

21 feb 2023 . Actualizado a las 23:27 h.

«Baila, Vini, baila». Fue el eslogan de la primera campaña de defensa que brasileños y madridistas tuvieron que afrontar esta temporada, cuando al extremo se le empezó a echar en cara sus fogosas celebraciones, alegres para unos, provocadoras para otros. Aquella bandera la ondeó, entre otros, Neymar, otro de esos jugadores diferentes a los que les gusta ser atrevido con el balón, sin importarle los sentimientos del oponente.

En Anfield, Vini bailó. Y no al son de los Beatles. Tampoco su música pegaría con su estilo. El carioca lo hizo al son de las cantadas de un partido difícil de explicar. Sin faltas (solo seis entre los dos equipos durante 45 minutos), Liverpool y Madrid convirtieron el duelo en una verbena en la que los buscadores de fortuna embarazaban a los defensas con su sola mirada. Un all star, un partido de solteros contra casados, en el que incluso dos de los mejores porteros del mundo, Courtois y Alisson, cometieron errores más propios del fútbol de formación.

Y ahí, entre error y error, emergió la figura de Vinicius. El gran protagonista del encuentro. Cuando miró hacia el marcador y vio que en el minuto 16 su equipo perdía por 2-0, seguramente tampoco se puso muy nervioso. Otro día en la oficina. Era el mismo escenario que hace un año había contra el Manchester City. Hasta el árbitro era el mismo. Por eso, cuando enfocaron a Klopp tras la obra de arte del brasileño en el 2-1, el alemán reflejó la mirada de la derrota aún estando por delante. El regalo de Allison, tras la carrera con fe del brasileño con Joe Gomez, fue solo la constatación de una evidencia. El Madrid devora a sus rivales por pura mentalidad. Consigue que a los demás adversarios europeos les tiemblen las piernas ante su sola presencia.

Pero, por encima de los goles y de la asistencia a Benzema en el 2-5, Vinicius hizo un partidazo. Retrató a Trent Alexander-Arnold. El mejor lateral derecho del mundo cuando su exigencia es jugar ante el Burnley. Para arriba, un cañón. Pone centros con guante de seda. El problema lo tiene cuando se enfrenta a rivales que le exigen defensivamente. Ni es solidario a la hora de volver, ni tampoco posee temple cuando se enfrenta a un uno para uno. Vinicius lo sabía, bien aleccionado por Ancelotti, y abusó por esa banda todo lo que quiso.

Una caricatura de rival

Vini hizo lo más difícil. Equilibrar un partido que parecía cuesta abajo hacia una goleada red. Pero el Liverpool hizo el resto en la segunda mitad y acabó recibiendo un meneo histórico. Le cayeron cinco y porque el Madrid jugó a medio gas los veinte minutos finales. Los ingleses fueron una broma de equipo. Un saco de boxeo al que el cuadro blanco se lanzó para ganar autoestima. Que un juvenil gallego, Bajcetic, sea su salvavidas, dice mucho. El vigués, con una imagen ochentera por su caminar con las medias bajadas, aparecía en todos lados y descargaba continuamente balones hacia las bandas. Incluso participó del 1-0 y pudo marcar el 3-4. Pero poco pudo hacer ante el bochornoso nivel del resto. El otro que se salvó fue Salah, que asistió en el primer gol y materializó el segundo, pero fue desapareciendo y acabó diluido ante Nacho.

Ganó el Madrid. Y sentenció. Destacar el cambio de sistema de Ancelotti cuando se vio perdido. Ahí, con 2-0, abandonó el experimental 1-4-2-3-1 y volvió al clásico 1-4-3-3. También ayudó la lesión de Alaba, un desastre mientras estuvo en el campo. Pero hasta eso le sale bien. Siempre caen los que deben caer. La Champions es el Madrid. Y Vini bailó entre cantadas.