Rubiales a Jenni Hermoso, el beso que lo paró todo

La Voz REDACCIÓN

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La polémica actitud mostrada por el presidente de la federación en la entrega de medallas se convirtió en debate nacional. Rubiales tuvo que pedir disculpas

22 ago 2023 . Actualizado a las 14:24 h.

España volvía a vibrar con la conquista de un Mundial por parte de una selección absoluta de fútbol. Trece años después del iniestazo, un carmonazo llenaba, de nuevo, de júbilo las calles del país. Pero, en medio del orgullo por la hazaña, se coló un imprudente beso en la boca de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso que acaparó parte del protagonismo que, hasta ese instante, se habían llevado las jóvenes campeonas.

A partir de ahí, llegó el chorreo de críticas, principalmente vertidas por personalidades políticas que, en un importante número, pedían la dimisión del presidente de la federación española de fútbol.

El ministro de Deporte, Miquel Iceta, fue rotundo: «Me parece inaceptable y ayer fue un acontecimiento deportivo, pero también vivimos un momento de igualdad, de derechos y de respeto hacia las mujeres. Hemos de ser especialmente cuidadosos en nuestras actitudes y nuestras acciones. Se está dando un mensaje a la sociedad y el mensaje es igualdad de derechos y respeto. Y, por lo tanto, hay que evitar cualquier circunstancia que pueda interpretarse en clave de prevalencia, de que el que manda fuerza un beso».

Irene Montero, ministra en funciones de Igualdad, también se mostró muy dura: «No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo ‘que pasa'. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí».

Desde Sumar, Marta Lois y Ernest Urtasum pedían al almeriense que presentara su dimisión de forma inmediata.

También hubo condena por parte del PP. La secretaria xeral del grupo en Galicia, Paula Prado calificó de «absolutamente repudiable» el acto: «Como muller, como vicevoceira e como secretaria xeral do PPdeG manifesto a nosa repulsa a estas accións que supoñan calquera agresión á intimidade, á honra e como non, á decisión libre dunha muller de ser bicada por quen sexa. Se ela non estaba conforme con ese acto, toda a nosa a repulsa sobre ese bico».

Por su parte, Pablo Echenique, de Podemos, fue más allá: «¿Esto de Rubiales no va a tener consecuencias penales?»

Desde el mundo del deporte apenas hubo reacciones. David Aganzo, presidente de la AFE fue más tibio: «Creo que se pueden hacer mucho mejor las cosas. Hablaremos con Jenni por si necesita cualquier tipo de situación, pero sí es cierto que una vez más, creo que se empaña un poco lo que han conseguido ellas».

Por último, Miguel Galán, presidente de la escuela nacional de entrenadores, anunció la presentación de una denuncia contra Rubiales ante el CSD por «incumplimiento de la nueva Ley del Deporte y el protocolo contra la violencia sexual de la RFEF por un acto sexista e intolerable en el deporte».

Rubiales: «Si uno es presidente de una institución tan importante como la federación, tiene que tener más cuidado»

Tras el aluvión de críticas, Rubiales aprovechó la parada en Doha para repostar del avión que trasladaba a la comitiva española desde Sídney para emitir un comunicado en forma de vídeo en el que mostraba su sorpresa por el revuelo y pedía perdón, tanto por el gesto como por sus declaraciones posteriores en las que llamaba tontos a los que le habían criticado, además de calificar como gilipolleces sus ataques. A la hora de rectificar, dijo:

«Hay un hecho que tengo que lamentar entre una jugadora y yo, con la que existe una gran relación entre ambos. En un momento de máxima efusividad, sin ninguna mala intención, ni mala fe, ocurrió lo que ocurrió, yo creo que de manera muy espontánea. Aquí —en la expedición— no se entendía porque lo veíamos como algo normal, sin ninguna mala fe. Pero fuera parece que se ha formado un revuelo, por lo que si hay gente que se ha sentido por esto dañada, tengo que disculparme. No queda otra», subrayó.

Rubiales cree que su desliz debe servirle para el futuro: «Además, tengo que aprender que si uno es presidente de una institución tan importante como la federación, tiene que tener más cuidado en este tipo de ceremonias». Y, llegados a este punto, también se disculpó por sus manifestaciones posteriores, en las que faltaba al respecto a sus críticos: «Y luego, hay también unas declaraciones por mi parte donde, dentro de este contexto, al decir que esto me parece una idiotez, es por eso, porque aquí nadie le daba importancia. Fuera sí. Entonces, también quiero disculparme ante esas personas porque si desde fuera se ha visto de otra manera, tendrán sus motivos».

Por último, la madre de Jenni también quitó importancia al beso. «Lo que deberíamos es centrarnos en que han sido campeonas, en que esto es único y hay que disfrutarlo. Lo más importante ahora es que han ganado y ya está. Lo otro no tiene importancia», apuntó.

Medios internacionales

No solo en España hubo reacciones. El beso traspasó fronteras. El gesto del presidente de la federación española de fútbol fue motivo de polémica en diferentes medios informativos de todo el mundo.

De este modo, el popular periódico deportivo francés L'Equipe recogía ayer en sus página que Rubiales «besó a la fuerza a una de sus jugadoras».

Esta fórmula fue la adoptada por otros diarios de gran prestigio, como son el británico The Guardian y el estadounidense The New York Times, que también polemizaron sobre el citado comportamiento de Rubiales.

El protocolo de la Federación

El protocolo de actuación frente a la violencia sexual de la Real Federación Española de Fútbol establece en su punto 4 que contactos físicos como «atraer con el brazo con el intento de besarles» o «besar a la fuerza» deben ser considerados «situaciones, actitudes y comportamientos relacionados con la violencia sexual».

«Estas conductas son inaceptables y conllevarán consecuencias inmediatas», señala el texto, que no obstante no incide en cuáles son estas medidas ni en cómo se determinará si la acción se ha cometido «a la fuerza» o con consentimiento.