Teresa Abelleira, campeona del mundo: «Estoy superorgullosa de haber llevado a Galicia a lo más alto»

Iván Antelo REDACCIÓN / LA VOZ

DEPORTES · Exclusivo suscriptores

M.Moralejo

«Lo hace más bonito pensar que esto no es algo solo de 23, sino de toda una sociedad que sigue peleando por los derechos de las mujeres», dice

25 ago 2023 . Actualizado a las 10:19 h.

Todavía en Ibiza, horas antes de coger el vuelo que va a devolverla a Galicia, Teresa Abelleira Dueñas (Pontevedra, 2000) atiende la llamada de La Voz. Lo hace con el móvil de su hermana, Iria, que la acompaña. Todavía está esperando a recuperar el suyo, que se quedó en el avión, víctima de los festejos. Habla una campeona del mundo.

-¿Ya se lo cree?

-Aún lo estoy asimilando. Hasta que no esté unos días tranquila y asentada, no seré realmente consciente de lo que hicimos.

-Nadie en la centenaria historia del fútbol gallego puede decir que es campeón del mundo de fútbol. Ni hombres, ni mujeres. Solo usted.

-Ya y estoy superorgullosa de haber hecho historia y de haber llevado a Galicia a lo más alto.

-¿De quién se acuerda?

Sobre todo, de mi familia, que es la que está ahí siempre. Cuando tengo días malos, ellos son los que confían en mí. Pero también de la gente que me ayudó desde que empecé a jugar. Siempre me quedo con lo mejor de cada persona que me encuentro y gracias a ellos he podido llegar a donde llegué.

-A lo largo del campeonato siempre han recordado a todas las futbolistas que ayudaron a mejorar el fútbol femenino.

-Sí, por supuesto. Que hubiera habido unas pioneras que lucharon por el fútbol femenino ha ayudado a que nosotras pudiéramos conseguir esto. A poder vivir un Mundial cómo lo hemos vivido, a nivel de organización y de visibilidad. Esas mujeres que no tenían tantos recursos, y que pelearon tanto, son las que pusieron las bases.

-¿Cuánto han influido esas mejoras que se han implementado en esta concentración? Nutricionista, psicólogo, más fisios, vuelo chárter, la posibilidad de que sus familiares fueran con ustedes…

-Parte del éxito de lo que conseguimos es precisamente por eso. Porque se cuidaron más que nunca los detalles y por estar bien asesoradas, para que solo estuviéramos preocupadas de rendir en el campo. Eso es superimportante. Y luego, además, tener a los familiares al lado, que son el gran apoyo que tenemos, te hace estar dispuesta a rendir al máximo nivel.

-Ahora son ustedes las que tienen la responsabilidad de dejar un fútbol femenino mejor.

-Eso es. Esto es un no parar de crecer. Nosotros somos la guinda al trabajo que hicieron muchas compañeras, pero también debemos ser el principio para que  las que vengan detrás tengan todavía mejores condiciones. Las próximas tienen que venir dispuestas a soñar, sabiendo que hay más referentes y que una mujer también puede ser campeona del mundo de fútbol.

-¿Desgasta mucho el hecho de jugar pensando que no lo hacen solo por ustedes, como pasa con los hombres?

-No pesa, para nada. Lo hace más bonito pensar que esto no es algo solo de 23, sino de toda una sociedad que sigue peleando por los derechos de las mujeres. Es un orgullo formar parte de ese proceso y saber que pones tu granito de arena para mejorar las cosas.

-Hace unos años, en una visita que hizo a La Voz junto a Vero Boquete, ella decía que usted iba a ser mejor. Lo vio venir.

-[Se ríe]. Bueno, bueno, cada una tenemos nuestras cosas. Pero es que al final, cuando hay más medios, todo tiende a ser mejor. Estoy segura de que la venga detrás también será mejor que yo.

-Haga memoria. Suena el pitido final ante Inglaterra. ¿Qué pensó? ¿Qué hizo?

-Me tiré de rodillas y ya fue cuando todas hicimos piña. Fue un momento de locura. Luego me encontré con mi madre, me preguntaba si me lo creía… Y buah… Es que todavía no, aún hoy. Hasta que pasen unos días no seremos conscientes… Todavía estoy asimilándolo.

-El palo fue enterarse luego de lo de Olga Carmona... El fallecimiento de su padre.

-Fue una mezcla total de sentimientos. Pero bueno, Olga es superfuerte mentalmente, ella lo demostró, y es un orgullo tener a una compañera así que sabe llevar las situaciones en cada momento.

-Hábleme del momento del gol de la final, ya que fue protagonista de la jugada. ¿Cómo lo recuerda?

-Antes del partido, Mariona y yo lo habíamos hablado. Que si yo la tenía podíamos hacerles mucho daño con ese cambio de orientación. Por eso le dije que si la tenía que estuviera preparada, abierta, y no me lo pensé en el momento que conseguí tener el balón. Al final, ella también fija superbién, ve el desdoblamiento y Olga, desde allí, todas sabemos que tiene un gran porcentaje de acierto para meterla.

-Según las estadísticas, usted fue la mejor jugadora del Mundial.

-No vi nada [se ríe]. Perdí el móvil en el mejor momento para poder desconectar de todo y no ver nada, solo disfrutar. Aún no me puse al día con esas cosas, pero lo que digo es que para ser campeonas del mundo tienen que estar bien 23 jugadoras. Así que eso es lo único que me importa de las valoraciones.

-Venía de un año complicado con el Real Madrid. Este título le viene en el mejor momento.

-Sí, llegaba después de haber participado menos, pero me preparé mucho por si esta oportunidad podía llegar, para hacerlo en forma y con buenas sensaciones.

-Le sentó bien lo de jugar de pivote.

-Le estoy cogiendo gustillo ya [se ríe]. Con Jorge Vilda ya había jugado ahí en aquel Europeo sub-19 que ganamos, aunque con algún matiz. Creo que ahí puedo rendir y precisamente esa es una de mis mejorías, saber adaptarme a otra posición.

-¿Cuándo supo que iba a jugar de mediocentro durante el Mundial?

-Desde la primera semana en la preparación hacia el Campeonato del Mundo ya empecé a entrenarme ahí. Así que ya me imaginaba que, si iba convocada, tendría que rendir en esa posición. Y me puse con trabajo de vídeos, con correcciones, para poder ir haciéndome a jugar de mediocentro.

-¿Algún consejo de Iris Arnaiz, su excompañera en el Dépor?

-No, no me dijo nada… [se ríe]. Pero en la corta carrera que llevo ya he podido jugar con pivotes muy buenas y de todas me he podido llevar algo, como una esponja, absorbiendo todo lo bueno para sacar lo mejor.

-¿Le llegó algo de todo lo que se montó en Galicia, con las pantallas gigantes en Pontevedra y A Coruña?

-Sí, sí… Fue mi familia, mis amigos… Fue una pasada… Cada que lo veo, se me pone la piel de gallina.

-Ahora, a por París 2024. Primero, lograr clasificarse, y luego, a ver qué hacen.

-Sí. España nunca estuvo en unos Juegos Olímpicos y, después del éxito del Mundial, no podemos pararnos. Tenemos que seguir mirando hacia arriba, con la confianza de saber que podemos hacer grandes cosas.

-De todo este éxito, que ha sido espectacular, la lástima es todo lo que pasó después con el beso de Luis Rubiales a Jenni Hermoso. Y toda la controversia que se ha generado.

-Eso no es algo en lo que yo me deba meter y se tomarán las medidas que se tengan que tomar. A lo que a mí se refiere, hay algo muy importante y es que España es campeona del mundo.