Épico podio para Fernando Alonso en el Gran Premio de Brasil de fórmula 1

David Sánchez de Castro

DEPORTES

AMANDA PEROBELLI | REUTERS

Tras aguantar las embestidas de Checo Pérez durante muchas vueltas, fue superado en la última y recuperó el tercer puesto en la curva final

06 nov 2023 . Actualizado a las 08:40 h.

Es difícil medir lo que se puede hacer en 53 milésimas. Un parpadeo, un suspiro o un podio para acabar con varios meses de pesadilla. Fernando Alonso demostró, otra vez, que es uno de los pocos deportistas a los que nunca se puede dar por muerto. Después de dos abandonos consecutivos, con Aston Martin en el barro y en un circuito, el de Interlagos, de los que hacen a los pilotos leyenda.

Solo se puede resumir con el lenguaje más hiperbólico y épico el podio logrado por Alonso en el Gran Premio de Brasil. Octavo de él para la temporada, primero desde agosto y más que posiblemente último del año, ya que ni Las Vegas ni Abu Dabi parecen muy favorables para él. Mientras Max Verstappen lograba una victoria funcionarial para él, la 17.ª del año, y Lando Norris se veía otra vez segundo, Alonso era el que levantaba a una grada a reventar que, a ratos, competía en sus gritos hacia el español con los del legendario y muy presente Ayrton Senna.

Con este resultado, el asturiano recupera no solo el ánimo, sino que también se escapa en la clasificación de ese incómodo empate en la general del Mundial que tenía con Carlos Sainz, quien vivió toda la carrera con miedo a un fallo mecánico como el que marró la participación de su compañero. El madrileño, sexto al final, volvió a ser el mejor de Ferrari. Y el único en meta.

Como un prólogo a lo que iba a pasar en la salida, Charles Leclerc se estrelló en la vuelta de formación cuando tuvo un fallo por el sistema hidráulico. Sainz, que temía que el problema de su compañero se reprodujera, fue muy gráfico después: ese embrague había que tirarlo a la basura al llegar a Maranello. El monegasco salía segundo, por lo que a priori podría haber sido una buena noticia para Lance Stroll o Fernando Alonso, pero tampoco ahí tuvieron fortuna. Ambos se quedaron clavados en la salida, aunque el problema mayor no fue solo ese.

Y es que en la arrancada, Alex Albon se tocó con los dos Haas, haciendo un strike que afectó a Magnussen, Hulkenberg, Piastri y Ricciardo de diferentes formas. La FIA no se lo pensó: bandera roja y todos a boxes para reiniciar la prueba con una nueva parrilla, con Verstappen primero, Norris (que hizo una espectacular salida) detrás y Hamilton y Alonso tercero y cuarto, respectivamente. A Stroll la tercera plaza le duró lo justo, algo que no sorprendió a nadie, si bien ninguno de los dos Aston Martin salió bien. Alonso tardó dos curvas en quitarse de encima a su compañero antes del parón, lo que le vino bien para la resalida de después.

En la resalida Alonso tiró de redaños. Mientras Verstappen y Norris arrancaban de manera imparable, el español vio cómo Hamilton podía ser una de sus víctimas y no lo dudó. Después de resistir a Russell en las S de Senna de la primera variante, en la cuarta curva le tiró el coche a Hamilton por el interior para ganarle la tercera posición y afrontar esa primera parte de la carrera en zona de podio. La gestión de neumáticos fue protagonista en ese momento. Se vio claramente cuando Verstappen se dejó cazar por Norris hasta el punto de que el de McLaren le llegó a asomar el morro en una zona de DRS, para después volver a tirar y sacarle en apenas dos vueltas casi dos segundos. El tricampeón del mundo tenía que conservar ruedas, como también hizo Hamilton, cuarto, propiciando un tren tras él que dejó a Alonso, tercero, en zona de nadie. Esa estrategia de ir más flojo al principio del heptacampeón benefició a Sergio Pérez, que tras quitarse a Russell hizo lo propio con el mismo Hamilton. Esta lucha fue perfecta para Alonso, que seguía resistiendo en la tercera plaza justo al final del relevo con los neumáticos blandos.

Alonso resiste

La estrategia de Aston Martin fue usar a Stroll de punta de lanza. El canadiense, de manera totalmente insólita, fue un rival duro para los Mercedes, demostrando que los neumáticos medios daban un extra a los coches verdes. De hecho, esa información hizo que a Alonso le permitiese pensar cuántas vueltas podía aguantar sin apretar, lo que propició que Pérez se le acercase notablemente.

No fue demasiado brillante la gestión de los Mercedes, toda vez que no permitieron que Russell tomase la delantera frente a Hamilton, para alegría de sus perseguidores, empezando por Carlos Sainz, y de sus predecesores, ya que ni Stroll, ni Pérez, ni Alonso tuvieron que temer un eventual ataque de los coches negros. De hecho, tanto Russell como Hamilton acabaron hundidos fuera de juego y luchando por las zonas bajas de los puntos. Mientras por delante ni Verstappen ni Norris veían cómo sus posiciones peligraban, la gestión de Alonso fue de manual. El español, cuando vio que Pérez estaba ya peligrosamente cerca de estar en posición de DRS, apretó para distanciarse y garantizar que, al menos a la segunda parada, iba a poder llegar en posición de podio. Clavar el ritmo hasta obligar a actuar a Red Bull con el mexicano fue crítico para el resultado final del asturiano. Guardar un juego de neumáticos blandos nuevo supuso un talismán para Alonso en su defensa férrea con Pérez. El mexicano perdió lo justo en su segunda parada para no permitir el undercut al español en este último relevo de la carrera.

En la última vuelta, la pelea entre hispanos por el tercer puesto se mantuvo muchas vueltas. El empuje de Pérez hizo que Alonso tuviera que jugársela mucho para protegerse de su ataque, especialmente cuando llegó a recortarle a la zona de DRS. Tan claro lo vio Checo que implementó un ritmo de vuelta rápida constante para cocinar su adelantamiento.

La contrapartida fue achicharrar los neumáticos. El de Red Bull intentó pasar al Aston Martin durante varias vueltas, pero su resistencia férrea le dio frutos. El ritmo de Pérez era mejor, pero la manera en la que el español supo neutralizarlo hasta la penúltima vuelta fue brillante. Lejos de rendirse, eso espoleó al mejor Fernando Alonso y, en la última vuelta, en la única zona donde se podía, en la curva 4 y por fuera, le devolvió el adelantamiento y de ahí hasta el final y con el corazón de los aficionados en la boca. Checo abrió DRS en la entrada a la recta de meta, llegó con más de 25 kilómetros por hora de ventaja sobre Alonso. y no le dio. Alonso entró tercero en meta para lograr su octavo podio de 2023 -los mismos que ha hecho Pérez en todo el año- por escasos centímetros. La diferencia en la que entraron Pérez y Alonso lo resume todo: 53 milésimas.