Un sueldo digno: la utopía de los traductores en Asturias

Natasha Martín REDACCIÓN

EMIGRACIÓN

Marina Funes delante de Christ's Church y de las estatuas del principal líder de la invasión cambro-normanda en Irlanda
Marina Funes delante de Christ's Church y de las estatuas del principal líder de la invasión cambro-normanda en Irlanda

La traductora e intérprete Marina Funes lleva viviendo fuera del Principado seis años. Ahora trabaja en Irlanda como gestora de proyectos de traducción

05 abr 2018 . Actualizado a las 19:28 h.

Para un traductor ejercer su trabajo en España y obtener un sueldo digno es casi una utopía. Razón por la cual muchos de ellos deciden pluriemplearse en el país o emigrar en busca de nuevos horizontes. Si se reduce el ámbito de actuación al Principado las opciones son aún más limitadas, puesto que «las empresas de traducción que hay en Asturias son bastante pequeñas, con lo que tienen poco personal y no suele haber vacantes». Así lo explica Marina Funes, traductora e intérprete dedicada a la gestión de proyectos de traducción en Waterford (Irlanda).

Desde que iniciara sus estudios en la Universidad de Salamanca Marina ha vivido en diferentes lugares de Europa saltando de beca en beca. Primero, gracias a un Erasmus, estuvo en Rennes (Francia). Durante el último trimestre de su carrera se mudó a Bruselas para iniciar unas prácticas como intérprete. Hace un año disfrutó de una beca de traducción en el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea en Luxemburgo. Entonces empezó la tarea de enviar su currículum allá donde hubiera empleo: «Lo envié a todas partes y me puse a solicitar puestos de trabajo, tanto en el territorio nacional como en el extranjero. Las opciones que tenía en España eran bastante precarias, y tras pasar los procesos de selección de varias empresas, opté por el puesto que me ofrecía mejores condiciones laborales». Y así acabó en septiembre de 2017 en Waterford, una pequeña ciudad al suroeste de Irlanda.

«Aunque Waterford sea muy pequeño, la empresa para la que trabajo es una multinacional que ofrece sus servicios en Francia, Irlanda, Reino Unido, España, Bélgica, Italia, Canadá y Estados Unidos». Su labor se centra en la intermediación entre el departamento comercial y los traductores. «El cliente se pone en contacto con la empresa, un comercial nos transmite la información (documentos, restricciones de precio, fecha límite de entrega, etc.) y nosotros nos encargamos de analizar y preparar los documentos, buscar a traductores disponibles, negociar sus tarifas y las fechas de entrega, recibir sus traducciones y comprobar que estén completas y, finalmente, enviar los documentos al cliente», explica.

Vivir en una ciudad como Waterford aporta el beneficio de toparse con «gente muy agradable que te ayuda con lo que sea», comenta. Aunque no son tan positivos otros aspectos de la estructura de su sociedad como «la falta de sanidad pública o el lamentable estado de las infraestructuras». Es curioso, además, el hecho de que, en muchos hogares irlandeses, darse una ducha no suele ser un acto espontáneo, sino que ha de ser calculado con antelación. A Marina esta situación no deja de sorprenderla: «Hay muchos hogares en Irlanda que funcionan con immersion, un sistema un tanto antediluviano para calentar el agua del baño. Según este sistema, hay que programar con varias horas de antelación el momento en el que calculas que vas a usar la ducha, lo que no da mucho lugar a la improvisación. El resto de las duchas son eléctricas, por lo que el concepto de abrir el grifo y que salga agua caliente sin más es ajeno a la mayoría».

Después de tantos años fuera de casa, y de cambiar de ciudad casi cada año, acostumbrarse a la vida irlandensa no le ha costado demasiado, «pero sí que fue un poco extraño al principio porque me encuentro más cómoda en países francófonos, cuya cultura es más cercana a la nuestra», cuenta. Si bien, Marina siente que, «a medida que pasa el tiempo, me apetece más volver a Asturias, ya que la calidad de vida que hay allí es difícil de igualar». Mientras eso sucede, el tiempo que le dedique a la empresa espera convertirlo en una manera de escrutar el sector de la traducción desde otro punto de vista, «y creo (y espero) que los conocimientos que adquiera aquí serán útiles para labrarme un futuro profesional más cerca de casa».