Una vida fuera de Asturias gracias a las letras

Natasha Martín REDACCIÓN

EMIGRACIÓN

Inés Ferrero Cándenas
Inés Ferrero Cándenas

Inés Ferrero, escritora y profesora investigadora en el departamento de Letras Hispánicas de la Universidad de Guanajuato (México)

06 abr 2018 . Actualizado a las 11:34 h.

A sus 38 años, la avilesina Inés Ferrero Cándenas lleva casi la mitad de su vida residiendo en el extranjero. Doctora especializada en escritoras hispanoamericanas y arte visual, dedica su vida a la investigación y creación literarias en Guanajuato (México). Después de varios años en Edimburgo, donde inició su carrera académica, fue la alineación de circunstancias la que la llevó al otro lado del Atlántico. «Yo ya estaba pensando en regresar a España cuando salió la convocatoria de becas de postdoctorado de Aecid para ir dos años a México», cuenta. Dado que su línea de investigación ponía el foco en el país latinoamericano, la decisión casi se tomó sola. «Al cabo de un año, coincidiendo con el inicio de la crisis económica en España, salió una plaza a tiempo completo en la universidad; no quise desaprovechar la oportunidad».

Difícil es pensar cómo hubiera sido su vida de haberse quedado en Asturias y puede que esas elucubraciones carezcan de sentido teniendo en cuenta el sólido camino que ha construido en el estado mexicano. «Aquí me mantengo bastante activa en la investigación literaria, tengo muchas posibilidades de desarrollo profesional y he adquirido una posición bastante alta. Creo -quizás me equivoque- que en España hubiera sido más difícil llegar hasta donde me encuentro ahora».

Pero México presenta grandes huecos en su sistema educativo. Cuenta la escritora que el nivel de la educación básica y media es muy deficiente: «Los que llegan a la universidad son pocos, aunque dentro de los círculos académicos, los que estudian literatura a nivel grado y postgrado tienen un nivel literario bastante bueno, pero sigue siendo una gran minoría». A pesar de ello, el país alberga numerosos apoyos de instituciones públicas como Conacyt (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) o el FONCA (Fondo Nacional para la Cultura y las Artes) para jóvenes creadores e investigadores.

Ese sostén contribuye a que México, junto con Argentina, sean, a juicio de Inés, los países hispanoamericanos que mejores narradores y poetas han tenido: «Los círculos intelectuales y literarios aquí son abundantes y han salido muy buenos escritores -de los grandes escritores a nivel mundial, diría-. Hay muchas voces emergentes que siento tendrán un peso importante en unos años».

La vida desde el otro lado

Latinoamérica contiene un conjunto de países cuyas costumbres y ritmos diarios contrastan en exceso con las habituales en la Península Ibérica. El desorden, la ausencia de las prisas o la pésima burocracia son algunas mencionadas por Inés. También destaca el aura de desconfianza y la impunidad ante crímenes de toda índole. «Es un choque cultural bastante fuerte, sobre todo al principio. Todo es diferente: los horarios, la comida, el propio uso de la lengua -que a pesar de ser la misma puede plantear bastantes problemas de comunicación-. Ahora ya me he hecho a la idea y todas esas cosas las he normalizado. Pero me costó y, a pesar de ya llevar casi 10 años aquí, a veces me cuesta».

Dentro de esos choques culturales la ciudad también es protagonista por su peculiaridad y belleza. Inés comenta que, al estar construida sobre cerros, tiene forma de olla y un sistema de comunicación subterráneo. «La ciudad es imposible: son colinas llenas de casas de colores y construcciones en los lugares más inesperados -algunas parece que están suspendidas en el aire-. Es una ciudad caótica, sin lógica en sus planos. También es minera, en eso se parece a Asturias, pero aquí se extraen cuarzos, oro y plata».

 Asturias, destino «de paso»

Un trabajo flexible, tiempo para investigar, leer, crear. Cada día presenta una rutina distinta para Inés y su tiempo se extiende a la perfección para dedicarse a su profesión y entorno personal por igual. No se plantea su regreso, ya que de ello dependería una oferta capaz de superar sus circunstancias actuales. «Quizás cuando mis hijas crezcan las animo a que vayan a estudiar a España. Podría ser una posibilidad pero ya muy a futuro».

Asturias es pues, ahora, un destino vacacional para volver a sentir a su familia de cerca y para disfrutar del verde de la región, que difiere con lo seco de su ciudad actual. «También extraño su comida deliciosa, y sus montañas. Extraño el mar, aunque no te puedas bañar en él. Extraño un olor peculiar que tiene Asturias».