«Que el cuarteto de cuerda más famoso del mundo te esté dando clase es una inspiración»

Carmen Fernández REDACCIÓN

EMIGRACIÓN

Jorge Huelga
Jorge Huelga

Jorge Huelga es un violista gijonés que emigró a Nueva York buscando ampliar sus estudios y experiencia musical

05 abr 2019 . Actualizado a las 20:48 h.

«El hecho de estar rodeado por intérpretes famosos en todo el mundo es toda una inspiración. Que el cuarteto de cuerda más famoso del mundo en la actualidad, al que tú escuchabas constantemente en tu mp3, esté dándote clase de música de cámara y que el famoso violista que hizo su debut en Carnegie Hall te esté dando clase de viola es emocionante», así describe Jorge García Huelga sus sensaciones en el que llaman el país de las oportunidades. Este gijonés decidió cargar unas maletas de sueños en 2015 y cruzar el charco en busca de nuevas experiencias. No tenía claro su futuro, pero sí que sabía que dentro de su equipaje iría su viola, instrumento inseparable desde que comenzó a estudiar música en el conservatorio. Casi cuatro años después se ha convertido en alumno y profesor en Stony Brook University en Nueva York, y aunque, como cantaba Frank Sinatra (entre otros) «quiere despertarse en la ciudad que nunca duerme», no olvida su «patria querida».

Nacido en 1993, Huelga se enamoró de la música desde una edad muy temprana terminando sus estudios musicales con el Grado Superior en Interpretación en Asturias. El querer ampliar conocimientos académicos y la búsqueda de opciones laborales para complementar su experiencia le hicieron decantarse por Nueva York: «en este sentido ofrecía centros de alta calidad y un marco artístico inigualable. Había a su vez un interés por explorar las diferentes alternativas profesionales que un país como Estados Unidos podría brindar, ya que por aquel entonces consideraba que la situación de la música clásica (y de la cultura en general) en España no era tan buena como cabría desear». 

Por esta razón aterrizó en la ciudad de los rascacielos en 2015, embriagándose de un ambiente  altamente inspirador que toma protagonismo, especialmente, en los centros de enseñanza. El asturiano se empapó de su cultura y conocimiento estudiando un Master of Music (finalizado en Mayo de 2017) y un DMA (Doctor of Musical Arts) que cursa actualmente. «En el país se observa un mayor aprecio por la música clásica, y no solo eso, sino mayor conocimiento en general. Por supuesto, también depende un poco de los ambientes en los que te muevas. Las grandes orquestas y grupos de cámara llenan auditorios enteros, mientras que otros conjuntos más modestos normalmente no gozan de tanta afluencia de público», explica Jorge. Si bien es verdad que hay muchas sociedades relacionadas con la música que representan a diferentes zonas de la urbe, «ya sean de cámara, de ópera, filarmónicas», lo que ofrece una gran variedad de oferta al oyente y más posibilidades de trabajo.

La vida americana

«Hay muchas más opciones laborales, pero la mayoría no resultan suficiente para permitirte vivir en una ciudad como Nueva York. Hay que trabajar muy duro y con constancia, y estar atento y enterado de todo para conseguir algo que realmente valga la pena. No es suficiente con ser un buen profesional, también hay que tener algo de business man», afirma Huelga. Actualmente, el gijonés combina sus estudios con su profesión de asistente de profesor en Stony Brook University y admite que después de casi cuatro años siente más cercanía con su nuevo lugar de residencia: «El tipo de situaciones que más disfruto es cuando conozco a turistas españoles, que hay muchos, y me preguntan cosas sobre la ciudad o cómo llegar a los sitios. De alguna manera me hace sentir que estoy en casa, porque conozco Nueva York cada vez más y soy capaz de dar indicaciones sin necesidad de planos etc., igual que si estuviera en Gijón».

 Aunque los inicios, como suele pasar normalmente, no fueron fáciles. Acostumbrado a una ciudad pequeña y cálida como Gijón, arropado por su familia y amigos, el cambio radical de vida y el miedo a lo desconocido en un país tan lejano fueron un pequeño obstáculo que se disipó pronto, cuando comenzó su rutina de estudios y conoció gente. Eso sí, las comparaciones con su tierra siguen siendo inevitables en el día a día porque a pesar de extrañar a la familia y los amigos por encima de todo, Jorge se dió cuenta de que las pequeñas cosas son las que marcan la diferencia. Por ejemplo, el poder ir caminando a cualquier lado sin necesidad de estar e el metro una hora, «depende también un poco de en qué zona vivas, pero si no te puedes permitir un alquiler muy elevado probablemente tendrás que vivir lejos. La alternativa a esto es pasear por las calles de Nueva York que, aunque excitantes y con mucha vida, no son lo mismo para mí que espacios más abiertos y naturales como puede ser el paseo marítimo de Gijón», explica.

Y es que añora su vida tranquila y familiar pero desafortunadamente, y como les ocurre a tantos otros jóvenes, las dificultades laborales le impiden regresar al hogar: «Para mí es muy importante que mi trabajo sea interesante e inspirador, y me brinde nuevas e interesantes experiencias. Y para eso Nueva York es mucho más rico, a pesar de las dificultades que por supuesto también tiene. Pero bueno, he oído que hay un centro asturiano en la ciudad, ¡así que tendré que pasarme por alguna espicha de las que organizan para hacer nuevos amigos asturianos!»