Un portavoz de la Fundación Francisco Franco ensalza la figura del dictador y humilla a sus víctimas

Domingos Sampedro
d. sampedro A CORUÑA / LA VOZ SANTIAGO / LA VOZ

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Para Jaime Alonso «la grandeza de Franco está en sus obras, la grandeza de Franco se proyectó mas allá de su vida»

04 ago 2017 . Actualizado a las 07:16 h.

Jaime Alonso, portavoz de la Fundación Nacional Francisco Franco, alimentó ayer la polémica en una entrevista en La Sexta en la que defendió la figura del dictador y aseguró que había que mostrar en el pazo de Meirás la «grandeza de Franco», a quien llegó incluso a calificar como el artífice de los avances logrados en España. No tuvo inconveniente en asegurar que «la grandeza de un dictador, como de un demócrata, la demuestran los hechos de lo que ha sido esa democracia y esa dictadura». Para él, «la grandeza de Franco está en sus obras, la grandeza de Franco se proyectó mas allá de su vida».

Alonso humilló a las víctimas del dictador al destacar de él que «su grandeza es que 40 años después, estos señores [en referencia a los críticos con la situación del pazo de Meirás] tienen la misma patología que sus abuelos y tatarabuelos y no han sido capaces de superar la frustración que Franco y el franquismo les ha provocado».

Sin concretar su proyecto para el pazo de Meirás, el portavoz se limitó a señalar que «sencillamente aquí no se viene a hacer turismo homofóbico o de agresión, de falsedad de la historia, que es lo que se ha hecho durante 40 años». Insistió en que «hay que decir la verdad aunque duela», e invitó a los críticos con la situación del pazo -que aseguran que fue entregado al dictador bajo presiones- a que vayan al registro de la propiedad «para ver quién lo donó y por qué».

Preguntado por los hechos concretos que demostrarían la «grandeza» de Franco, el portavoz de la fundación llegó a atribuir al dictador los principales avances logrados en el país durante décadas y afirmó: «De quién es la Seguridad Social, quién hizo la sanidad pública, quién industrializo el país, gracias a quién viven los jubilados, quién hizo las magistraturas del trabajo, quién hizo todo el entramado social y económico que disfrutamos desde 1975, ¿quiénes, los que estaban en el exilio?, ¿los que se llevaron el oro del Banco de España?», se preguntó.

MARCOS MIGUEZ

Alonso se contradijo en sus argumentos sobre la represión franquista que causó miles de víctimas. Afirmó que «no es cierto, no fusilaba a gente, él no fusilaba a gente. Probablemente de los condenados a muerte él conmutaba o no conmutaba en virtud de la gravedad de los delitos. Fue un procedimiento infinitamente más justo que el que tuvieron los franceses o los italianos después de la Segunda Guerra Mundial, que perdieron la guerra. No se olviden de que Franco la ganó». En otro momento sí reconoció la represión, pero no tuvo reparos en justificarla: «Esa represión y esos fusilamientos, en su justo término y en las circunstancias de su época, lugar y lo que significó la Guerra Civil, no es ni comparable con lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial en Francia, y no digamos en Italia o Alemania. Todo fue en procesos judiciales. Es fácil cotejar el número de víctimas y el número de personas digamos, entre comillas, ajusticiadas por razón de su actuación durante la Guerra Civil. Esos procesos militares están ahí y en una causa general y, más pronto o más tarde, se acabará con la falacia que se está construyendo en torno a esos asesinatos». A las víctimas les recomendó que «pasen página, como la otra mitad de España».