El primer fichaje estrella de Podemos desacredita a Pablo Iglesias por sus disparates y ligereza

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

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BENITO ORDOÑEZ

«Lo poco que sabía se le ha olvidado», dice el exfiscal Jiménez Villarejo sobre el líder de la formación morada

11 oct 2017 . Actualizado a las 08:16 h.

Fue uno de los fichajes estelares de Podemos justo antes de las elecciones europeas del 2014. El entonces poco conocido Pablo Iglesias buscaba prestigio y solidez intelectual en su historial de luchador. Pero en las últimas semanas, la relación entre el exfiscal Anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, que fue unos meses eurodiputado de Podemos con Iglesias, saltó por los aires.

Ayer, en una entrevista en Onda Cero, Jiménez Villarejo confirmó que ha roto su relación con el partido morado por discrepar abiertamente de la estrategia seguida desde las elecciones del 20 de diciembre. El punto de inflexión definitivo llegó el pasado domingo, con su participación en la marcha de Barcelona convocada por Sociedad Civil Catalana, donde fue uno de los encargados de leer el manifiesto final. Su aparición desató fuertes críticas de sus antiguos compañeros de filas. Pablo Echenique llegó a decir que la marcha «fue liderada por la ultraderecha». «Yo me siento honrado de haber acudido a la marcha junto a personas de derechas, de centro y de izquierdas. Yo acudí en representación de un pequeño grupo político de izquierda no nacionalista. Señor Echenique, mírenos a la cara a todos y conozca nuestra historia», dijo.

Ese desencuentro constata la ruptura definitiva del exfiscal con el partido en el que militó durante más de un año y del que se dio de baja tras las elecciones catalanas del 27 de septiembre, en las que Podemos concurrió como Catalunya sí que es Pot. «Hicieron una campaña pésima y lograron peores resultados que Iniciativa en las anteriores elecciones», recuerda Villarejo. 

Falta de sintonía

Tras su distanciamiento con Iniciativa per Catalunya, Jiménez Villarejo se afilió a Podemos y fue miembro de su Consejo Ciudadano. Posteriormente concurrió a las elecciones europeas de mayo de 2014, en la lista que encabezó Pablo Iglesias, y ambos salieron elegidos. Sin embargo, el fiscal no pudo soportar mucho tiempo el trasiego de los viajes a Bruselas y la intensa actividad que desarrollaba en la Eurocámara, donde Villarejo asistía a todas las reuniones de principio a fin.

Renunció al cargo poco después, pero no por razones de sintonía política. En cambio, sí que fueron razones de índole política las que le llevaron a anunciar meses más tarde que abandonaba la formación que dirige Pablo Iglesias. Villarejo criticó con dureza a Iglesias por tachar de «presos políticos» a los cargos públicos de Cataluña que fueron detenidos durante el operativo relacionado con el referendo del 1 de octubre y lamentó los «disparates» que, a su juicio, hace la formación «habitualmente».

Censuró la «ligereza y falta de responsabilidad» con la que hablan todos los dirigentes políticos y señaló directamente esas palabras de Iglesias: «Le recordé (a Iglesias) que, pese a ser profesor de Universidad, lo poco que sabía se le ha debido de olvidar», afirmó apuntando que en 1976 «se produjeron más de 4.000 detenciones por el ejercicio de derechos fundamentales».