Este trago, que los gallegos bien pueden preparar con licor café y vodka, se convirtió en un imprescindible de las noches de juerga de los amantes de este magnífico film de los hermanos Coen

La comedia de culto de los hermanos Coen, El Gran Lebowski, es un viaje alucinógeno donde el vago protagonista amante de los bolos y vestido siempre con su albornoz, el Nota (the Dude) Lebowski, se bebe Rusos Blancos como si fuesen batidos.

-Entonces, tú eres Lebowski.

-Sí.

-Maude me contó todo de ti. Volverá en un minuto. Siéntate. ¿Quieres una bebida?.

-Si, claro. Un Ruso Blanco.

-El bar esta allí.

El primer contacto con el personaje interpretado por Jeff Bridges es, precisamente, en el supermercado, comprando ingredientes para su bebida favorita, en este caso half-and-half, una mezcla de leche y nata. A lo largo de una historia en la que están involucrados una alfombra sucia, un millonario, una identidad errónea, una mujer secuestrada, estrellas del porno, bolos, veteranos de Vietnam y arte, los cócteles son una constante.

El Nota es un amante del Ruso Blanco o Caucásico, como así lo bautiza en una escena, hasta el punto de protegerlo mientras lo meten en una limusina «Careful, man, there's a beverage here!» («Cuidado, tío, llevo una bebida») o incluso llegar a hacérselo con leche en polvo sin lactosa.

Digamos que, gracias a este personaje, el Ruso Blanco, un cóctel de estilo after-dinner, se convirtió en una bebida popular entre el público y vivió una segunda juventud, si es que alguna vez tuvo una primera.

Miguel Arbe

El trago en cuestión es muy simple y esta es su receta:

  • 40ml de vodka
  • 20ml de licor café
  • 30ml de half-and-half (mitad de leche y mitad de nata)

En un vaso bajo de tipo old-fashioned o whisky lleno de hielo vertemos el vodka y el licor café (tradicionalmente se utiliza Kahlua, pero nuestro licor café gallego funciona a las mil maravillas), revolvemos un poco y completamos con la nata vertiéndola lentamente para que flote sobre la mezcla de alcoholes. 

Se suele servir con la separación de colores y que el bebedor lo mezcle a su ritmo, pausado, como El Nota.

¡Salud!