A-cero extiende su actividad con un nuevo centro de producción en Asturias

La Voz REDACCIÓN

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La quinta de Luanco
La quinta de Luanco A-CERO

La compañía que se dedica a la industrialización construcción de prefabricados prevé lograr una cifra de negocio de 45 millones de euros

19 may 2021 . Actualizado a las 10:32 h.

El estudio de Arquitectura A-cero prevé lograr una cifra de negocio de 45 millones de euros de aquí a 2022 a través de su filial A-Cero Tech, dedicada a la industrialización constructiva, y abrir durante este año un nuevo centro de producción de prefabricados en Asturias.

El estudio, fundado en 1996 por los arquitectos Joaquín Torres y Rafael Llamazares, espera alcanzar con esta división una cifra de negocio por encima de los 15 millones de euros a cierre de este año y de 30 millones para 2022, según ha señalado la firma.

Nuevo centro de producción de prefabricados en Asturias 

Además, la apertura de este nuevo centro en Asturias duplicará la superficie actual y aumentará la capacidad de producción, dando así respuesta a la demanda del mercado, principalmente de viviendas de alta gama.

Su primera fábrica de prefabricados se instaló en Valencia y contaba con una superficie de 4.000 metros cuadrados. Sin embargo, dado el buen comportamiento de la línea de negocio fue trasladada a Talavera de la Reina (Toledo) en unas instalaciones de más de 10.000 metros cuadrados, las cuales aumentan la capacidad de producción de los nuevos diseños y cuentan con novedosos procesos de producción.

El estudio de Arquitectura A-cero, que creó hace más de 10 años su línea de negocio dedicada a la industrialización constructiva, instaló en 2019 en Madrid la primera vivienda modular haciendo uso de sus primeros diseños industrializados.

Este posicionamiento en la industrialización de viviendas ha conllevado el diseño y ejecución de más de 100 viviendas, un centro hospitalario en Majadahonda (Madrid), un colegio de educación primaria en Getafe (Madrid) así como otras instalaciones socio-culturales y equipamientos públicos.

Según señala el estudio, la industrialización de la edificación residencial y no residencial supone una reducción considerable de los plazos de obra, consiguiéndose ratios de entrega de viviendas de 4 meses.

Además, conlleva una especialización del proceso de montaje de la vivienda, lo que hace necesario una mano de obra más cualificada y especializada, supone un mayor control de calidad de los materiales utilizados y de las fases iniciales de diseño, y conlleva una ejecución más sostenible dada la reducción en la generación de residuos en el proyecto, informa Efe.