Las última inversión de Asturiana de Zinc «garantiza su futuro a largo plazo» en la región, asegura la multinacional

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Electrólisis de Asturiana de Zinc
Electrólisis de Asturiana de Zinc

La empresa incorporará una nueva nave de electrolisis en la que ha invertido más de 100 millones

13 jun 2022 . Actualizado a las 18:08 h.

Asturiana de Zinc (AZSA) incorporará una nueva nave de electrolisis en la que ha invertido más de 100 millones de euros, que supondrá un gran impulso en la transformación digital de los procesos en el marco de la «Industria Conectada 4.0», que no podría realizarse con la tecnología de las naves más antiguas.

La nave de electrolisis, que se encuentra en fase de pruebas, incorpora la mejor tecnología disponible a nivel mundial, según han explicado este lunes a Efe fuentes de la empresa. Las nuevas instalaciones reemplazarán a las naves A y B, que operan en gran medida con tecnología obsoleta, según el diseño realizado en los años sesenta del pasado siglo. AZSA cuenta actualmente con cuatro salas de electrolisis: la nave A (construida en 1960), nave B (1974), nave C (1991) y nave D (2001).

La capacidad de producción de la nueva nave es de 248.000 toneladas al año de cátodos de zinc, lo que supone unas 10.000 toneladas más que la suma de las dos que sustituye. La ingeniería y gestión del proyecto se ha desarrollado con recursos propios de la factoría y de su división ADZ Tecnología. Gran parte de la construcción y suministro de equipos se ha realizado través de empresas locales, alguna de ellas parte del Grupo Glencore, como Mefasa y Concasa.

Esta inversión permitirá a AZSA enfrentarse de una forma más sólida a los nuevos retos que la industria del zinc tendrá en el futuro (principalmente consumo energético, desarrollo sostenible y gestión de residuos) y es una apuesta por el mantenimiento de la actividad industrial en Asturias. Según ha explicado la empresa, la inversión demuestra el compromiso del Grupo Glencore con las instalaciones de Asturias, «que garantizan su futuro a largo plazo».

El diseño de la nueva nave, más moderno y tecnológico introduce mejoras significativas en el proceso de producción, como la reducción de riesgos en seguridad y salud, minimizando o directamente eliminando actividades que se realizan de forma manual en la actualidad, y con mejores condiciones en la zona de trabajo. También contribuirá al incremento de la eficiencia energética, reduciendo el consumo de energía eléctrica, lo que situará a AZSA como una de las compañías con mejor rendimiento energético entre las de su clase.

Además, supondrá una reducción de necesidades de mantenimiento y consumo de reactivos, alargando la vida útil de electrodos y otros elementos, lo que supone un aprovechamiento más eficiente de los recursos naturales.

En los trabajos de construcción de la nave han participado unas 350 personas en Asturias, a las que se sumaron unas 80 en otras regiones de España y más de 150 de fuera del país, informa EFE.